Tuesday, March 25, 2014

CUARTO DOMINGO DE CUARESMA – MARZO 30, 2014


  • El cuarto domingo de Cuaresma se llama domingo de laetare, es decir domingo de alegrarse, pues nuestro camino cuaresmal está ya en la mitad de su recorrido,  la Pascua se ve ya más cercana. Se llama laetare porque la antífona para empezar la misa en latin empieza así “Laetare…”
  • En este domingo los catecúmenos que se preparan para los sacramentos de iniciación cristiana pasan su segundo escrutinio, es decir la segunda oportunidad de entrar dentro de sus corazones y examinarse como va su vida, su deseo de seguir al Señor.
  • El domingo pasado el tema de la liturgia fue el agua, hoy el tema es la luz.
LIBROS DE SAMUEL
Ø  Los dos libros de Samuel se encuentran entre el libro de los Jueces y los de los Reyes 

Según la tradición judía                                                          Según la tradición cristiana
 

Forman parte de los Profetas anteriores

Josué, Jueces, 1 y 2 Samuel, 1 y 2 Reyes                    Forman parte de los libros históricos juntamente con: Josué,Jueces,1 y 2 Samuel, 1 y 2 Reyes 1 y 2  Crónicas, Rut, Esdras, Nehemías, Tobit, Judit, Ester y 1 y 2 Macabeos

Ø  Las repeticiones, los distintos estilos literarios que encontramos juntos en estos libros hacen pensar en una redacción no solamente de un autor, sino en distintas redacciones a lo largo de varios siglos.

Ø  Todo la información de cada libro está organizada de acuerdo a un esquema particular

Ø  Además de mirar a la expresión literaria de estos libros, necesitamos mirar y considerar la teología que transmiten.

Ø  La preocupación central: la cuestión de la monarquía

Ø  En torno a este tema central encontramos otros que giran alrededor del principal: historia, iniciativas humanas, la vocación, la confrontación religiosa y algún otro tema.

PRIMERA LECTURA: 1 Sm 16,1b,6-7,10-13a
ü  El autor del libro de Samuel nos narra como David fue ungido rey de Israel.

ü  En realidad fue ungido rey, pero no ejerció su misión hasta después de la muerte del rey Saul. En el segundo libro de Samuel c. 4 hay otra versión de cómo David llega a ser rey de Israel.

ü  Samuel es enviado por Dios para ungir rey a un hijo de Jessé de Belén en Judá

ü  Samuel se deja llevar de las apariencias agradables de los jóvenes, pero el Señor le va diciendo que no hasta que al pasar David le manda que lo unja.

ü  Al ser ungido el Espíritu de Dios baja sobre él.

ü  Nosotros somos ungidos en nuestro bautismo y en nuestra confirmación, y somos ungidos reyes para ser reyes como Jesús, que vino a servir y no a ser servido. 

SALMO RESPONSORIAL Sal 23, 1-3a-3b-4,5,6
El Señor es mi pastor,
nada me puede faltar.
El me hace descansar en verdes praderas,
me conduce a las aguas tranquilas
y repara mis fuerzas; 

me guía por el recto sendero,
por amor de su Nombre.
Aunque cruce por oscuras quebradas,
no temeré ningún mal,
porque tú estás conmigo:eza
y mi copa rebosa. 

Tu bondad y tu gracia me acompañan
a lo largo de mi vida;
y habitaré en la Casa del Señor,
por muy largo tiempo. 

v  El salmo 23 es uno de los más hermosos salmos del salterio. Lo usamos casi siempre en las misas de funerales, pues describe la realidad de lo que el Señor hace por cada ser humano, seamos conscientes de ello o no.

v  En la primera lectura leimos como David fue escogido rey de Israel. También hemos visto como nosotros somos ungidos en nuestro bautismo para ser reyes que sirven a sus hermanos y hermanas en el camino de la vida.

v  Para saber ser servidores necesitamos la presencia y el acompañamiento de Dios en nuestra vida.  

SEGUNDA LECTURA: Ef 5,8-14
*      El autor de la carta a los Efesios nos recuerda como hemos pasado de ser tiniebla a ser luz en Cristo por nuestro bautismo, aunque no menciona en este fragmento el bautismo, pero si  la conducta cristiana en versos anteriores.

*      Ahora que somos luz, se nos invita a vivir en la luz de Cristo, porque la luz hace que hagamos obras buenas, obras de luz.

*      Se nos invita a dejar de lado todo cuanto ha sido y es tiniebla, malas obras, en nuestra vida para ser luz.

*      Si recordamos en el evangelio de Mateo Jesús nos dice que la luz se enciende para ponerla en lugar visible. Podemos imaginar una población en lo alto de un monte totalmente a oscuras durante la noche. Si alguien enciende una luz en su casa, es como invitación a hacer lo mismo, pronto una casa tras otra encienden también una luz, pronto aquel monte oscuro está todo iluminado y atrae a quienes pasan por el camino. Así hemos de ser cada uno y toda la comunidad eclesial.

*      La lectura de hoy termina con una invitación apremiante “Levántate tú que duermes y Cristo te dará su luz”

*      Sí levantémonos, emprendamos con decisión el camino diario de la conversión a Cristo, dejemos que él nos ayude a pasar día a día de la tiniebla a la luz.  

EVANGELIO Jn 9,1-41
Como decíamos la semana pasada en relación al evangelio de la Samaritana, este domingo Juan nos vuelve a presentar una reflexión teológica sobre un hecho real, un ciego a quien Jesús le devuelve la vista.
El relato lo podemos dividir también en diferentes escenas, como se hace en las representaciones teatrales.
Primera escena
ü  Yendo de camino Jesús con sus discípulos se encuentran a un hombre ciego que pide limosna, cosa muy corriente en aquel tiempo y también ahora.

ü  Los discípulos, como buenos Israelitas, conocen lo que dicen los que interpretan las escrituras: si te portas bien Dios te dará su favor y todo irá bien en tu vida. Si algo va mal es porque te portas mal. Recordemos el libro de Job, pues este evangelio de Juan podríamos decir es como una versión reducida de la historia de Job. Si estás tan mal es porque has pecado. Y le preguntan al Señor ¿quién ha pecado él o sus padres?

ü  La pregunta parece algo fuera de lugar, quien puede pecar antes de nacer, pues este hombre nació ciego.

ü  Jesús les dice que nadie ha pecado, que en este hombre se manifestará la gloria de Dios que puede sacar de la tiniebla a la luz, que puede devolver la vista corporal pero sobre todo espiritual.

ü  Jesús hace barro con su saliva y envía el hombre a la piscina de Siloé, enviado, para que se lave los ojos.

ü  Jesús quiere devolver la vista a este hombre, pero este hombre va a tener que colaborar. Lo mismo pasa en nuestra vida, el Señor quiere convertirnos a Él, pero nos pide nuestra colaboración con nuestras obras buenas o de luz.

ü  El hombre regresa pudiendo ver

Segunda escena
ü  Los vecinos del que había sido ciego estaban divididos en cuanto a la identidad de este hombre que ahora veía, unos decían que era el mismo, otros que se le parecía.

ü  El repetía una y otra vez, “soy yo”

ü  Entonces ¿cómo es que ves? El les decía el hombre llamado Jesús hizo barro, me lave y veo.

ü  Y ¿Dónde está este hombre?  No sé.

Tercera escena
ü  Lo llevan ante los fariseos. Juan nos aclara que Jesús había hecho esta obra buena en sábado, en sábado los fariseos habían interpretado cada vez con más cerrazón que no se podía hacer “ningún trabajo” y hacer barro era de alguna manera trabajar.

ü  Juan nos pone a continuación un diálogo muy interesante entre los fariseos, hombres sabios y letrados de posición social elevada y este pobre mendigo ciego que ahora veía. En esta conversación hay una gran dosis de ironía. Podemos imaginarnos como ellos miraban a este ignorante y la simplicidad y sentido común de este hombre sencillo, pero que como toda persona sencilla, tiene la sabiduría propia del ser humano salido de las manos del Creador.

ü  Este hombre no puede ser de Dios trabajando en sábado… ellos mismos estaban divididos respecto a esto.

ü  ¿Qué tienes tú que decir? Es un profeta

ü  Despiden al hombre momentáneamente y llaman a sus padres

Cuarta escena
ü  Para asegurarse de que se trata del que era ciego y no de otro preguntan a sus padres

ü  ¿es éste su hijo? Sí

ü  ¿cómo es que ahora ve? No sabemos, pregúntenle a él tiene edad para responder

ü  Sus padres no querían ponerse en problemas y ser echados de la comunidad de fe por causa de lo que Jesús había hecho a su hijo.

ü  No sabemos si se quedan o se van y presencia la segunda parte del interrogatorio de su hijo. Juan no nos dice nada.

Quinta escena
ü  De nuevo hacen entrar al que había sido ciego y siguen preguntando

ü  Da gloria a Dios, pues nosotros sabemos que este hombre es un pecador

ü  Si es pecador o no, no lo sé, lo que sí sé es que me ha devuelto la vista

ü  ¿cómo te abrió los ojos?

ü  ¿por qué me preguntan de nuevo? ¿acaso quieren hacerse discípulos suyos?

ü  Tú si eres discípulo de este hombre, nosotros somos discípulos de Moisés. A Moisés le habló Dios, pero no sabemos de donde viene este hombre

ü  Esto es lo que es sorprendente que ustedes no saben de donde viene, pero me ha abierto los ojos. Sabemos que Dios no escucha los pecadores. (Este hombre sabía bien que un milagro solo lo hace Dios y aquellos a través de los cuales Dios quiere actuar)

ü  Ante la sabiduría de este hombre pobre y sencillo, sin estatus en la sociedad religiosa, civil y política de Israel los jefes se sienten amenazados y lo expulsan de la comunidad de fe de Israel (la Sinagoga)

Sexta escena
Esta escena es el climax de la historia, toda este relato nos ha llevado a la revelación de Jesús a este hombre, así como en la historia de la samaritana todo nos lleva a la revelación de Jesús como Mesías

ü  Jesús sale al encuentro de este hombre, toda la historia de Dios con el ser humano es un constante salir Dios a nuestro encuentro.

ü  ¿Crees en el Hijo del hombre? ¿Quién es? ¿El que habla contigo? Sí creo

ü  Y Jesús como si hablara en voz alta lo que hay en su corazón, dice que la razón de venir él a este mundo es para que quien es ciego pueda ver y quien se cree que ve quede ciego, es decir se de cuenta de que está ciego y pida también como el ciego poder ver.

ü  Los fariseos preguntan ¿acaso somos ciegos nosotros? No, si lo fueran no tendrían pecado porque no verían, pero sí ven, sí saben, pero tapan la luz para no ver y tener que cambiar de vida.

ü  Pongámonos nosotros en lugar de este hombre, leamos este evangelio poniendo nuestro nombre donde el evangelista pone al ciego y preguntémonos si nuestra fe es como la de este hombre o como la de los fariseos, ¿en quién creemos? Y ¿a quién seguimos?

ü  Jesús se reveló a la Samaritana como el Mesías, aquí se revela como el Hijo del Hombre. Para aquellas gentes esto les decía que el esperado por siglos estaba ya aquí.

 

RINCON CLARETIANO

 A pesar de tan buenas razones tenía yo dificultad en embarcarnos con «Rosalía» porque el Excelentísimo Señor Claret había dicho que fuera con la «Teresa» y no quería apartarme ni una tilde de su disposición. Mientras estábamos esperando el último día por ver si llegaba la Teresa, se nos ofreció acompañarnos un sacerdote de mucha virtud, si queríamos pasar con «Rosalía». Con este motivo me dijeron los que entonces me gobernaban que bien podríamos aceptar tan buen ofrecimiento sin miedo de apartarnos ni en lo más mínimo de la voluntad de Su Excelencia Ilustrísima, antes era más honroso el andar bajo la sombra de un sacerdote.
Pero Dios Nuestro Señor que quería toda la honra para sí, y ser todo mi apoyo, hasta en lo más mínimo, dispuso que después de arregladas todas las cosas, sacadas las licencias del clérigo, que el Arzobispo se las dio con mucho gusto, a los cuatro días antes de marchar, llegaron los parientes de este buen sacerdote, al saber su resolución, y se enfurecieron tanto que parecían se lo querían comer. Y le dijeron tantas cosas, y tantos horrores del mar, que el pobre espantado se desdijo de su voluntario ofrecimiento. Y tuvo tanta vergüenza que no sabía cómo decírmelo. (Venerable María Antonia París, Fundadora de las Misioneras Claretianas, Autobiografía 129-130) 

El día 16 de julio de 1849, hallándonos ya reunidos, con aprobación del Ilmo. Sr. Obispo y del Sr. Rector, empezamos en el Seminario los santos ejercicios espirituales nosotros sólos con todo rigor y fervor, y como cabalmente en este día 16 es la fiesta de la Santa Cruz y de la Virgen del Carmen, por tema de la primera plática puse aquellas palabras del Salmo 22: Virga tua et baculus tuus ipsa me consolata sunt, v.4. Aludiendo a la devoción y confianza que hemos de tener en la santa Cruz y en María Santísima; aplicando además todo el salmo a nuestro objeto. De aquellos ejercicios todos salimos muy fervorosos, resueltos y determinados a perseverar, y, gracias sean dadas a Dios y a María Santísima , todos han perseverado muy bien. Dos han muerto y se hallan actualmente en la gloria del cielo gozando de Dios y del premio de sus trabajos apostólicos y rogando por sus hermanos. (San Antonio María Claret, Fundador de las Misioneras Claretianas, Autobiografía 490).

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