Sunday, January 22, 2017


CUARTO DOMINGO DEL TIEMPO ORDINARIO

ENERO 29, 2017



 En este cuarto domingo del tiempo ordinario el evangelio nos ofrece la proclamación de la Ley del Reino de Dios, que lleva a perfección la Ley del Sinaí, sustituyéndola por las Bienaventuranzas,  y al final de su vida Jesús condensará toda la ley en su mandamiento nuevo “Ámense unos a otros como yo los he amado”.

PRIMERA LECTURA – Profeta Sofonías 2,3;3,12-13

Ø  Sofonías predicó alrededor del años 650 A.C. en el reino de Judá

Ø  En su tiempo había una gran degradación religiosa en el país  junto con muchas intrigas políticas

Ø  Sofonías anuncia a esta sociedad suya la venida del Juicio de Dios, el Día del Señor.

o   El día del Señor es día de purificación, no de destrucción.

o   Poco a poco a través de la predicación de los profetas y sobre todo al venir Jesús a nuestra realidad, este día se convierte en el gran día de Dios, en día de gozo por el encuentro con Él.

o   El juicio de Dios nos hace justos, quita de nosotros todo aquello que nos impide ser lo que el Señor quiere para nosotros, que es nuestro bien, nuestra felicidad, en último término nuestra salvación.

Ø  En la lectura de hoy el profeta promete paz y justicia al resto del país.

o    Este término o concepto del resto de Israel se refiere a los  que se llamaron ānāwîm=los necesitados de Israel que prefieren servir a Dios por encima de ventajas financieras.

o   Jesús en el evangelio tomará este concepto y los llamará felices, no porque sean mejores que los otros, sino porque saben que Dios se ocupa de ellos en sus necesidades en su pobreza.

o   La promesa de la paz “Shalom”, que significa mucho más que la falta de conflictos, este término nos habla de la plenitud en todos los aspectos de nuestra vida y relaciones humanas, podríamos decir que de alguna manera es sinónimo de felicidad.

Ø  Estos pobres

o   Se refugiarán en el nombre del Señor es decir confiarán en Él por encima de todo (nombre para en la Biblia, es lo mismo que la persona misma)

o   No harán el mal, ni mentirán. La mentira aquí como sinónimo del mal, la mentira que es contraria a la verdad y que hace tanto daño tanta destrucción en las personas

o   Vivirán en paz, nadie les causará disturbios.

o   Tal vez podamos concluir que gozarán de verdad, de paz, de protección porque se han entregado sin reservas en las manos del Dios de Israel y le permiten  que los ame, los cuide y los proteja.

o   Dios no rechaza a nadie, siempre está dispuesto a acogernos con todo cariño y ternura, el problema no está  en Dios, está en el ser humano que necesita abrirse totalmente a Dios y con frecuencia nos cerramos, viéndonos entonces privados del beneficio de la experiencia de la ternura de Dios en nuestra vida.

EVANGELIO de MATEO 5,1-12

«  Empezamos en este cuarto domingo del tiempo ordinario la lectura del Sermón de la Montaña que se encuentra en los capítulos 5,6 y 7 del evangelio según Mateo.

«  Hoy iniciamos esta lectura con el texto de las bienaventuranzas.

«  Jesús nos sorprende, como siempre, llama bienaventurados aquellos que la sociedad considera desgraciados, despreciables, que no cuentan, ni interesan porque no producen beneficios materiales y más bien nos incomodan.

«  Dice el texto de Mateo que Jesús vio a la multitud, se subió a la ladera de la montaña, se sentó y sus discípulos lo rodearon, entonces empezó a enseñarles:

o   La multitud que estaba allá, pero el Señor ve la multitud de los que somos pobres, que sufrimos, que estamos necesitados de tantas cosas de todos los tiempos. En realidad nos ve a todos, pobres, necesitados aunque haya quien tenga mucho, pues como creaturas humanas dependemos en todo de nuestro Creador.

o   Sube, subir requiere cierto esfuerzo, vivir las bienaventuranzas va a pedirnos un esfuerzo

o   Se sienta, como  maestro se sienta para enseñar a sus discípulos que empiezan a sentarse a su alrededor y que están ansiosos de oír sus palabras:

§  Bienaventurados, felices!!!! ¿Quiénes? Y ¿por qué motivo?

§  Dice el Catecismo de la Iglesia Católica en el n.1716: “Las bienaventuranzas están en el centro de la predicación de Jesús. Con ellas Jesús recoge las promesas hechas al pueblo elegido desde Abraham, pero las perfecciona ordenándolas no sólo a la posesión de una tierra, sino al Reino de los cielos:

§  Bienaventurados, felices: los pobres de espíritu, los mansos, los que lloran, los que tienen hambre y sed de justicia, los misericordiosos, los limpios de corazón, los que buscan la paz, los perseguidos, cuando los injurien o persigan

§  ¿por qué? PORQUE SU RECOMPENSA SERÁ GRANDE EN LOS CIELOS

o   El catecismo en el número que sigue (1717) dice “Las bienaventuranzas

§  dibujan el rostro de Jesucristo y describen su caridad

§  expresan la vocación de los fieles asociados a la gloria de su Pasión y de su Resurrección (bautismo)

§  iluminan las acciones y las actitudes características de la vida cristiana

§  son promesas paradójicas que sostienen en el sufrimiento

§  anuncian las bendiciones y las recompensas

§  quedan inauguradas en la vida de María, la Madre de Jesús, y en la vida de todos los santos, que han amado a Dios con un amor heroico.

o   El catecismo sigue diciendo:

§  1719 Las bienaventuranzas

·         descubren la meta de la existencia humana

·         Dios nos llama a su propia bienaventuranza

·         Esta vocación se dirige a cada uno en particular y a la comunidad eclesial (Iglesia).

§  1720 En el Nuevo Testamento se utilizan diversas expresiones para caracterizar o expresar la bienaventuranza:

·         La llegada del Reino de Dios

·         La visión de Dios

·         La entrada en el gozo del Señor

·         La entrada en el Descanso de Dios

§  Dice San Agustín en su obra “La ciudad de Dios”

·         Allí descansaremos y veremos

·         Veremos y nos amaremos

·         Amaremos y alabaremos

·         He aquí lo que acontecerá al fin sin fin

·         ¿Y qué otro fin tenemos, sino llegar al Reino que no tendrá fin?

o   Pongo a continuación las bienaventuranzas aplicadas a la iglesia, tomado del libro de José Antonio Pagola,  El camino abierto por Jesús.

o   Dichosa la iglesia con alma de pobre, porque tendrá menos problemas, estará más atenta a los necesitados y vivirá el evangelio con más libertad. De ella es el Reino de Dios.

o   Dichosa la iglesia llena de mansedumbre. Será un regalo para este mundo lleno de violencia. Ella heredará la tierra prometida.

o   Dichosa la iglesia que sufre por ser fiel a Jesús. Un día será consolada por Dios.

o   Dichosa la iglesia que busca con pasión el Reino de Dios y su justicia. En ella alentará lo mejor del espíritu humano. Un día su anhelo será saciado.

o   Dichosa la iglesia a la que Dios le arranca el corazón de piedra y le da un corazón de carne. Ella alcanzará misericordia.

o   Dichosa la iglesia que introduce en el mundo paz y no discordia, reconciliación y  no enfrentamiento. Ella será “hija de Dios”.

o   Dichosa la iglesia perseguida por seguir a Jesús. De ella es el reino de Dios.

SEGUNDA LECTURA:  1 Corintios 1,26-31

*      Seguimos la lectura continuada de esta carta

*      Pablo invita a la Comunidad de Corinto que se miren a si mismos:

o   Han sido llamados, pero pocos tienen influencia en la sociedad

o   Pocos son de nacimiento noble, de acuerdo a la sociedad

o   Porque Dios elige lo que el mundo desprecia para avergonzar a los “sabios”

o   Elige los que son nada para reducir a nada los que creen ser  algo

o   De tal manera que los seres humanos no se pueden vanagloriar ante Dios

o   Dios es quien nos ha dado la vida en Cristo Jesús a

o   Quien ha hecho nuestra sabiduría, nuestra justicia, nuestra santificación y nuestra redención.

o   Quien quiera gloriarse, gloríese en el Señor.

*      Pablo nos recuerda una gran verdad, lo bueno que hay en nosotros lo ha puesto Dios, por nuestra propia cuenta no tenemos nada, entonces ¿por qué andamos tan vanidosos y orgullosos de nosotros mismos? Nuestra gloria está en el Señor que nos crea y nos recrea con su Pascua.

 RINCON CLARETIANO

A los Señores Obispos hemos dicho que les pide Dios el conformar sus vidas y costumbres con las de los Santos Apóstoles. Copia viva quiere Nuestro Señor de sus Apóstoles en sus Obispos, pues que gobiernan la misma Iglesia, que ellos plantaron, es preciso la rieguen con las mismas aguas que ellos la fecundaron. Quien ocupe los mismos puestos, es preciso tenga y cumpla los mismos cargos.

No pide nada nuevo Nuestro Señor en su Iglesia, sólo sí nos pide a todos lo que le hemos prometido. La guarda de su Santísima Ley pide Nuestro Divino Redentor, y singularmente la pide a los Señores Obispos de un modo tan especial, y con tanta ansia que no sé cómo expresar; sólo de ellos lo exige, como que todo el bien de la tierra dependiera de ellos.

Hemos dicho que nadie se excuse. La Ley Santa del Señor es una y la manda predicar igualmente en todo el mundo sin excepción de personas, reinos ni provincias. Luego en todas partes y personas está su gracia pronta para cumplirla.  (María Antonia París, Fundadora de las Misioneras Claretianas. Puntos para la Reforma de la Iglesia 11-13).

Los Obispos son los sucesores de los Apóstoles y, al efecto, deben ser por su buen ejemplo la luz del mundo… 
 
Ellos deben ejercitarse en las obras buenas, de tal modo que su ejemplo sea como una resplandeciente luz que alumbre a los demás y les excite a glorificar a su Padre celestial … Deben los Obispos ser amigos de tener oración, a imitación de Jesús… En el fuego que arde en la meditación es en donde se quita toda la escoria, se derriten y funden los hombres, y se amoldan a la imagen de Jesús, se llenan del Espíritu Santo, y empiezan a hablar, como los que se hallaron en el Cenáculo; así empezaron, pues, los Apóstoles con la oración, así continuaron y perseveraron fieles hasta el fin, sellando con la sangre de sus venas las verdades que habían predicado; lo propio deben hacer los Obispos, si quieren cumplir con sus sagrados deberes, ser fieles y alcanzar la corona de la gloria…  Deben los Obispos ser la sal de la tierra con su doctrina,  preservando con la sal de la sabiduría, instrucción y predicación oportuna e inoportuna de la corrupción de los errores y vicios y aunque parezca que los oyentes no se aprovechan, no desistir por eso, pues, cuando menos, siempre se hace un grande bien, no dejando prescribir los vicios y errores; pero sabido es que la Palabra de Dios jamás vuelve vacía pues que los justos se arraigan más y más en la virtud y los malos no dejan algunos de aprovecharse, y si no se nota de pronto, se conoce después. Así como a los Obispos toca exclusivamente apacentar su rebaño con la sana doctrina. (San Antonio María Claret, Fundador de las Misioneras Claretianas. Plan para restaurar la belleza de la Iglesia “A los Obispos”).



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