Tuesday, January 10, 2012

SEGUNDO DOMINGO DEL TIEMPO ORDINARIO - CICLO B

 ü  Estamos celebrando la semana de las vocaciones. La lectura del libro de Samuel y el Evangelio de Juan nos presentan dos episodios que tienen que ver con la vocación.

ü  La llamada es difícil a veces de descubrir o percibir, necesitamos de alguien que nos ayude en el proceso de descubrir la llamada. (Eli en el caso de Samuel; Juan Bautista en el caso de los dos primeros discípulos)

ü  La llamada comporta responder a la invitación “vengan a ver.”

ü  La segunda lectura nos recuerda que nuestro cuerpo es templo del Espíritu Santo.               

PRIMERA LECTURA  DEL PRIMER LIBRO DE SAMUEL

Ø  El tema central del primer  libro de Samuel es el advenimiento de la monarquía bajo la guía de Samuel, juez y profeta.

Ø  Samuel prolonga la tradición de los jueces: Gedeón, Jefté, Sansón… pero también recibe una vocación nueva: ser mediador de la Palabra de Dios, ser profeta. Dios que nos guía en el camino de la historia humana nos va llevando poco a poco a pasar de una situación a otra para poderle descubrir actuando en nuestra historia.

Ø  La monarquía fue para los Israelitas una experiencia ambivalente. El autor del libro, con mucha honradez, nos presenta estos dos aspectos: positivo y negativo de la monarquía.

Ø  El autor hace una obra de arte en la redacción de los dos libros de Samuel

Ø  En estos libros encontramos duplicados, e incoherencias

Ø   Sin embargo , como dijimos al comentar el cuarto domingo de Adviento, hay  en estos dos libros un hilo conductor, una teología homogénea, la teología del Deuteronomio que se encuentra también en los libros de Josué y de Jueces.

Ø  A todos los libros históricos que se inspiran en la teología del Deuteronomio los llamamos Historia Deuteronomista.

Ø  Estos libros no solo son historia, son interpretación teológica de la historia. El verdadero protagonista es Dios, que actúa y pide a Samuel obre incluso cuando Samuel piensa diferente como en el caso de la elección de rey para Israel. (Podemos mirar 1 Sm 8,6; 8,7.22; 1 Sm 9,16-17; 1 Sm 16,1.12

Ø  Al releer su historia Israel descubre la infidelidad del pueblo a la alianza con Yahvé desde su entrada en la tierra, el pueblo a desoído la llamada que le hacía Dios a través de los profetas.  

LA LECTURA DEL DOMINGO Samuel 3,3-10.19

«  El libro nos muestra el contraste entre la decadencia religiosa, personificada en los hijos de Eli, el sacerdote, y el florecer de una nueva época encarnada en el joven Samuel

«  Este pasaje nos presenta la llamada de Dios al joven Samuel  

«  En este pasaje no son protagonistas Eli y Samuel, sino la Palabra de vida que llama a su servicio.

«  Samuel que hasta ahora ha estado al servicio de Eli, pasará ahora a dedicarse plenamente al servicio de la Palabra.

«  Samuel  tiene mucho renombre en Israel por ser servidor de la Palabra, ser profeta.

«  Samuel no sabe al principio quien le llama, cree que es el sacerdote Eli.

«  Eli le ayuda a estar dispuesto a responder a la palabra oida, “habla Señor que tu siervo escucha.”

«  Porque dice el texto que Samuel todavía no conocía al Señor, necesita de la ayuda de Eli para poder entender que quien le llama es el Señor.  

SALMO RESPONSORIAL – Salmo 40 – 2,4,7-8,8-9,10

*      Este salmo es mixto está compuesto de:

o   Un himno de acción de gracias de los versos 2-11
o   Una súplica individual versos 12 al 18

*      Este domingo el salmo responsorial está tomado de la primera parte del salmo 40 

AQUÍ ESTOY SEÑOR PARA HACER TU VOLUNTAD
Esperé confiadamente en el Señor:
él se inclinó hacia mí y escuchó mi clamor.  
Puso en mi boca un canto nuevo, un himno a nuestro Dios.

              AQUÍ ESTOY SEÑOR PARA HACER TU VOLUNTAD
 Tú no quisiste víctima ni oblación; pero me diste un oído atento;
no pediste holocaustos ni sacrificios, entonces dije: «Aquí estoy.

AQUÍ ESTOY SEÑOR PARA HACER TU VOLUNTAD
En el libro de la Ley está escrito lo que tengo que hacer:
yo amo, Dios mío, tu voluntad,  y tu ley está en mi corazón».
 Proclamé gozosamente tu justicia en la gran asamblea;
no mantuve cerrados mis labios, tú lo sabes, Señor.

                           AQUÍ ESTOY SEÑOR PARA HACER TU VOLUNTAD 

EVANGELIO JUAN 1,35-42
Ø  En los tres ciclos de lecturas A<B<C en este segundo domingo la liturgia usa el evangelio de Juan.

Ø  En una de las Misas de Navidad leímos del evangelio de Juan, la primera parte de este mismo capítulo 1.

Ø  Allí Juan evangelista nos presenta a Jesús como el Verbo, la Palabra viva y eficaz,  del Padre y que ha puesto su tienda entre nosotros.

Ø  Hoy Juan el Bautista lo señala como el cordero de Dios

Ø  De alguna manera este evangelio del segundo domingo del tiempo ordinario es continuación de la Epifanía del Señor, que quiere decir manifestación del Señor.

o   También la Navidad es una epifanía, una manifestación, un hacerse Dios visible en medio de nosotros en un bebé recién nacido

o   El bautismo del Señor es otra manifestación, en que el Padre envía su Espíritu sobre Jesús adulto y nos dice  que Jesús es su Hijo preferido, su Hijo amado,   y nos invita a escucharlo.

Ø  Y al escuchar estas palabras dos discípulos de Juan siguen a Jesús

o   Jesús les pregunta y les invita “vengan y vean”.

o   Y estos dos discípulos que fueron y vieron a su vez hacen lo mismo que Juan bautista hablan de Jesús a otros

Ø  Andrés uno de los dos discípulos habla a su hermano Simón y lo conduce a Jesús

o   Y en este encuentro Simón recibe un nuevo nombre, se llamará Pedro que quiere decir “piedra, roca”.

o   El cambio de nombre en la Biblia es siempre señal de recibir una llamada, una vocación. 

SEGUNDA LECTURA  1 Cor 6,13-15; 17,20
§  Los Corintios tal vez apoyándose en alguna de las afirmaciones de Pablo en cuanto a la libertad cristiana, interpretaban que no hay ningún límite, pero Pablo aquí les hace reflexionar sobre su conducta. El límite de nuestra libertad es Dios. “Todo es vuestro, pero vosotros sois de Cristo” dice Pablo en el c.3 de esta misma carta.

§  Nuestro cuerpo

o   no es para entregarse a la inmoralidad
o   nuestro cuerpo por el contrario pertenece a Dios
o   Y Dios que resucitó a Cristo, también nos resucitará a nosotros

§  Pablo les pregunta ¿no ven que sus cuerpos son miembros de Cristo? Recordemos la teología de Pablo sobre la comunidad cristiana, la Iglesia. Ésta es el cuerpo de Cristo y cada uno de nosotros somos parte de este cuerpo.

§  Pablo nos dice que nos hacemos como aquello a lo que nos unimos:

o   Recordemos lo que leemos en el Génesis: 2,24

o   Si nos unimos al Señor nos hacemos espíritu como Él, es decir que aun en la carne vivimos la vida del Espíritu, que de acuerdo al Catecismo de la Iglesia Católica, equivale a la vida moral. (En cambio si nos unimos a una prostituta nos hacemos igual, nos prostituimos, nos deshumanizamos, nos convertimos en objetos del placer propio y ajeno. Esta parte no se leerá este domingo)

o   Nuestros cuerpos son templos del Espíritu Santo, que habita en nosotros. Desde nuestro bautismo se nos ha dado el Espíritu para que al habitar en nosotros nos vaya guiando hacia la plenitud del conocimiento y de la vida de Dios.

o   La consecuencia de esta verdad es que ya no nos pertenecemos, porque hemos sido adquiridos a muy alto precio. Y nuestro servicio y culto a Dios tiene que ser real y verdadero con todo nuestro ser y esto comporta con nuestro cuerpo también.  

§  Termina esta lectura con la invitación que nos hace Pablo:  GLORIFIQUEN A DIOS CON  SUS CUERPO

RINCON CLARETIANO 
Con tantos sinsabores iba Dios como preparándome para recibir la grande, la indecible alegría que había de inundar mi alma al llegar la Bula de Roma, que vino el 16 de julio de 1855, con tanta prontitud como yo esperaba y se la había dicho al Arzobispo siempre que me ponía tantas dificultades. Las luchas y peleas, lágrimas y suspiros que me cuesta la fundación de esta primera casa, sólo Dios que se complace en los suspiros de un corazón atribulado (por su amor), las sabe. (María Antonia París, Fundadora de las Misioneras Claretianas, Autobiografía 202)

Yo bajé del púlpito fervorosísimo, cuando he aquí que al concluir la función salimos de la Iglesia para irme a la casa de mi posada, acompañado de cuatro sacerdotes y de mi paje Ignacio, de un sacristán con un farol o linterna para alumbrar, pues que el tiempo estaba obscuro y eran las ocho y media de la noche. Habíamos salido de la Iglesia, ya estábamos en la calle Mayor, calle ancha y espaciosa; había por uno y otro lado mucha gente, y todos me saludaban. Se acercó un hombre como si me quisiera besar el anillo, pero al instante alargó el brazo armado con una navaja de afeitar y descargó el golpe con toda su fuerza. Pero como yo llevaba la cabeza inclinada y con el pañuelo que tenía en la mano derecha me tapaba la boca, en lugar de cortarme el pescuezo como intentaba, me rajó la cara, o mejilla izquierda, desde frente [a] la oreja hasta la punta de la barba, y de escape me cogió e hirió el brazo derecho, con que me tapaba la boca, como he dicho. (Atentado en Holguín-Cuba. San Antonio María Claret, Fundador de las Misioneras Claretianas, Autobiografía 575 )


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