Friday, February 5, 2016


QUINTO DOMINGO DEL TIEMPO ORDINARIO – CICLO C - 2016

INTRODUCCIÓN

  1. El evangelista Lucas nos ha presentado diversas formas de mirar a Jesús.
  2. Hoy vamos a contemplar a Jesús llamando a los primeros discípulos.  Esta llamada cada evangelista nos la presenta de una manera un poco diferente, pero a fin de cuentas es la primera llamada de Jesús a sus colaboradores más íntimos. 
  3. Esta llamada ayudará a Pedro a reconocer su indignidad y saber que nuestros pecados no le impiden a Jesús de llamarnos a seguirle, en el camino del seguimiento iremos aprendiendo a dejar que el Señor vaya cambiando nuestro mal en gracia.
  4. Por lo tanto hoy vamos a reflexionar sobre la realidad de la vocación al seguimiento. 
  PRIMERA LECTURA Is 6,1-2a, 3-8

  • Isaías nos cuenta una visión de la Majestad de Dios que le fue concedida
  • Nos dice exactamente el tiempo, fue en el año en que murió el rey Ozías, es decir aproximadamente en el año 740 o 739 a.C.
  • A este rey en algunas partes de la Biblia se le menciona con el nombre de Azarías u Ozías de Judá  (2 Reyes 14:21; 2 Crónicas 26)

    • Isaías ve a Dios sentado en un trono alto. Isaías es un oficial de la corte del rey, se mueve en los medios reales y se entiende que su visión o entendimiento de Dios sea verlo como rey. Pero es un rey soberano, cuyas ropas son tan suntuosas que llenan todo el templo.
    • Arriba de este trono donde se halla el Rey, Isaías ve unos serafines. El nombre de estas figuras angélicas viene de la palabra “serap” que quiere decir “quemar”. Son seres encendidos de amor a Dios.
    • Estos serafines se gritan uno al otro “¡Santo, Santo, Santo es el Señor de los ejércitos! ¡Su gloria llena toda la tierra!
    • Debido al estruendo de las voces tiembla el lugar.
    • Grandiosa visión en que Dios es visto como soberano de una majestad maravillosa, rodeado de figuras de fuego.
    • Ante la visión de la presencia de Dios, el ser humano se siente nada, reconoce su indignidad, su pecado, se hace consciente de su pequeñez.
    • Por eso Isaías se confiesa hombre de labios impuros que vive en medio de un pueblo también de labios impuros.
    • El miedo se apodera de él pues era creencia común que quien veía a Dios moría, e Isaías ha visto  al Dios tres veces santos.
    • Pero Dios, que no se desdeña de estar en medio de un pueblo pecador, así nos lo demostró en la encarnación, manda uno de sus serafines para que con el fuego que está ante el altar, le purifique los labios, para que ya no sea impuro.
    • Y Dios que siempre que llama es para confiar una misión, parece hablar para consigo mismo y se pregunta ¿a quién enviaré? ¿quién irá en nuestro nombre?
    • Isaías que arde en amor al Dios que está contemplando responde con entusiasmo y entrega “Aquí estoy, envíame!
  • Esta es la narración de la vocación de Isaías.
  • Su misión será difícil, pues hablará pero no le escucharán, no entenderán porque tienen miedo que al escuchar puedan convertirse y tengan que seguir lo que Dios les dice y hacer lo que les pide.
  • Esta visión de la Majestad de Dios hará que Isaías vea la injusticia social como una ofensa no solamente al ser humano, pero al Dios tres veces santo. Sus oráculos contra las injusticias de su pueblo son oráculos que ven la injusticia como idolatría, ofensa a Dios.

 

SALMO RESPONSORIAL – Ps 138

 

EN PRESENCIA DE LOS ÁNGELES CANTARÉ PARA TI

 

Te doy gracias, Señor, de todo corazón,

te cantaré en presencia de los ángeles.

Me postraré ante tu santo Templo,

y daré gracias a tu Nombre.

 

Por tu amor y tu fidelidad,

porque tu promesa ha superado tu renombre.

Me respondiste cada vez que te invoqué

y aumentaste la fuerza de mi alma.

 

Que los reyes de la tierra te bendigan

al oír las palabras de tu boca,

y canten los designios del Señor,

porque la gloria del Señor es grande.

 

Si camino entre peligros, me conservas la vida,

extiendes tu mano contra el furor de mi enemigo,

y tu derecha me salva.

El Señor lo hará todo por mí.

Señor, tu amor es eterno,

¡no abandones la obra de tus manos!

 

Este es un salmo de acción de gracias tanto del pueblo y también de los reyes, todos tienen que alabar a Dios.  

 

EVANGELIO  Lc 5,1-11

  • Jesús está haciendo su ministerio, la gente le aprieta por todos los lados pues quiere escuchar las palabras fascinantes del joven maestro, Jesús el hijo de José de Nazaret.
  • Y Jesús decide subirse a una barca para poder hablar desde allí con más libertad. Elige la barca de Pedro que está con sus compañeros remendando las redes.
  • Desde la barca les habla y les habla, y todos escuchan con gusto.
  • Terminado de hablar le pide a Pedro que vaya mar adentro y eche las redes para pescar.
  • No se pesca en pleno día, y menos si por la noche, hora en que se debe pescar, no se ha pescado nada.
  • Pedro que es un pescador veterano y experimentado, echa las redes porque Jesús se lo dice. Hace un acto de confianza en el joven Maestro que los tiene a todos fascinados.
  • Como Isaías que reconoce su pecado, su indignidad en la presencia del Dios tres veces Santo, Pedro se siente pecador y así lo confiesa al ver la pesca extraordinaria que le hace vislumbrar que este joven Maestro es algo más de lo que aparece a simple vista.
  • Aléjate de mi que soy pecador. 
  • A Isaías un serafín le toca los labios con fuego, a Pedro Jesús le mira con ternura y le dice “No tengas miedo”
  • Como resultado de la visión Isaías es enviado a profetizar a su pueblo. De este encuentro con Jesús Pedro se convierte en pescador de hombres. Ambos son llamados a proclamar entre sus hermanos y hermanas las maravillas de Dios, a descubrir su presencia en medio de nosotros.
  • Isaías dice “Heme aquí, envíame” Pedro y sus compañeros dejan sus redes, su vida cotidiana, y siguen al Maestro.
    En este encuentro de Jesús con los pescadores de Galilea no hay fuego, ni humo, ni serafines, ni nada grandioso, todo transcurre en la sencillez y cotidianidad de la vida de esos hombres sencillos. Es que Dios se ha encarnado para vivir en medio de nosotros como uno de nosotros. 
     
    SEGUNDA LECTURA 1Cor 15,1-11

  1. Pablo recuerda a la comunidad de Corinto que el evangelio que les ha predicado, Pablo a su vez lo recibió de la comunidad de los creyentes, es decir que les transmite la tradición viva de la Iglesia naciente.
  2. Lo que les ha transmitido es
    • Que Cristo murió por nuestros pecados
    • Que fue sepultado y
    • Que al tercer día resucitó de entre los muertos. Todo esto de acuerdo a las Escrituras
    • Que se apareció a Cefas (Pedro), a los doce y luego a más de quinientos

  1. Por último el Señor resucitado y glorificado en el cielo se le apareció a él, como a un aborto.
  2. Se considera el último de los apóstoles, porque persiguió a la iglesia
  3. Pero reconoce que ha trabajado más que ninguno,
  4. Luego rectifica y confiesa que es la gracia la que ha hecho la obra.
  5. En la última línea que leeremos hoy, Pablo les hace ver a la comunidad de Corinto que a la predicación le sigue la fe.
     
     
    BIBLIOGRAFÍA

            CLARET, Antonio María. Autobiografía.

            SWEENEY, Marvin A. The Prophetic Literature

PARIS, María Antonia. Autobiografía

RAVASI, Gianfranco. Según las Escrituras – Ciclo C. San Pablo 2006. 

SCHÖKEL , Luis Alonso, La Biblia de nuestro Pueblo.

SAGRADA BIBLIA, Versión Oficial de la Conferencia Episcopal Española

 

 RINCON CLARETIANO

 


 

 
Trazas de que me valía para guardar el silencio mientras viví en el convento de la Enseñanza de Tarragona. Fue para mí esta santa casa un estudio, o mejor diré una escuela perfectísima en donde me enseño Dios Nuestro Señor la nata de la virtud religiosa, y los medios para adquirirla, que son la total abnegación de sí mismo por una continua contradicción de espíritus religiosos pero encontrados. Venerable María Antonia París, Fundadora de las Misioneras Claretianas. Autobiografía 237.
      Hay un proverbio vulgar que dice una verdad muy grande: Menea la cola el can no para ti, sino para el pan. Yo veo todos los días Señores y Señoras, que hacen mil fiestas, adulaciones y otras cosas a los Reyes no para los Reyes, sino para que les den..., pues yo no quiero ni pretendo nada; sólo pretendo salirme de la Corte. Quizás alguno dirá: —Tienes las dos grandes cruces. —Es verdad; pero ¿cómo las tengo? —La Gran Cruz de Isabel la Católica no la pedí, ni la quería cuando me la ofrecieron, pero me dijeron que, teniendo que ir a Cuba, era una necesidad tener el título y el nombramiento de Excelencia siendo la primera dignidad de la Iglesia y teniendo que alternar con el General de aquella Isla.  San Antonio María Claret, Fundador  de las Misioneras Claretianas. Autobiografía 632.

 

 

 

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