Monday, August 29, 2016


DOMINGO XXIII DEL TIEMPO ORDINARIO – CICLO C – SEPTIEMBRE 4, 2016

El domingo pasado las lecturas nos invitaban a la humildad, hoy la primera lectura y el evangelio nos hablan de la necesidad de la sabiduría, la prudencia

·         Sabiduría de reconocer que los pensamientos de Dios van mucho más allá de los nuestros

·         Prudencia de saber elegir en nuestra vida lo que es de verdad esencial.

LIBRO DE LA SABIDURÍA

ü  Basándose en el contenido y estilo literario de este libro, la fecha de su composición se sitúa hacia el 50 A.C.

ü  En un tiempo de grande agitación para los judíos.

ü  Se escribió en Alejandría de Egipto por un judío familiarizado con la cultura y lengua griega  

ü  Dios quiso a través de este libro mostrar al pueblo judio que la verdadera sabiduria estaba en la revelación de Dios y no en las religiones paganas.

ü  El libro puede dividirse en 3 partes:

o   Primera – La sabiduría divina y el destino humano en la vida y después de la muerte

o   Segunda, el autor pone palabras en boca de Salomón para alabar la Sabiduría y orar para obtenerla

o   La Sabiduría de Dios al guiar al pueblo en el éxodo, centrándose principalmente en la providencia  de Dios.

PRIMERA LECTURA – Sab 9,13-18b

v  ¿Quién puede conocer lo que Dios piensa hacer?

v  Los planes de los humanos son inciertos

v  Nuestro cuerpo, nuestra parte material constituye un peso con sus muchas preocupaciones

v  Y se nos hace difícil entender

v  Cuando las cosas no son de aquí sino del cielo, ¿quién puede conocerlas?

v  Sólo aquel a quien tú, Dios, le hayas dado la sabiduría, tu espíritu santo

v  Así se hace recto el camino aquí en la tierra.

Qué interesante descripción.  Esta sabiduría no está limitada al pueblo de Israel, ni siquiera al pueblo cristiano, todo ser humano que vive su vida desde los valores que Dios ha puesto en nuestro corazón es capaz de vivir con esta sabiduría, que no está en los libros.

Cuántos de nosotros hemos conocido personas bien humildes con pocos conocimientos pero que respiran una paz, una capacidad de escucha y de consejo que nos dejan admirados.

SALMO RESPONSORIAL – Sal 90,3-4-5-6.12-13.14-17

R. (1) Tú, Señor, nuestro refugio.
Tú haces volver al polvo a los humanos,
Diciendo a los mortales que retornen.
Mil años para ti son como un día
que ya pasó; como una breve noche.
R.
Tú, Señor, nuestro refugio.
Nuestra vida es tan breve como un sueño;
Semejante a la hierba,
que despunta y florece en la mañana
y por la tarde se marchita y se seca.
R.
Tú, Señor, nuestro refugio.
Enséñanos a ver lo que es la vida
y seremos sensatos.
¿Hasta cuando, Señor, vas a tener
compasión de tus siervos? ¿Hasta cuando?
R.
Tú, Señor, nuestro refugio.
Llénanos de tu amor por la mañana
y júbilo será la vida toda.
Haz, Señor, que tus siervos y sus hijos,
puedan mirar tus obras y tu gloria.
R. Tú, Señor, nuestro refugio.

v  La primera estrofa que leeremos 

o   nos habla de la brevedad de nuestra vida, (mil años…)

o   de que participamos de la vida con el resto de lo creado (polvo)

v  La segunda estrofa ofrece otras imágenes para describir esta brevedad

o   Un sueño

o   La hierba que hoy es y mañana ya no existe

v  La tercera estrofa es una petición de sabiduría

o   Conocer de  verdad qué es nuestra vida

o   Sólo entonces seremos sensatos, sabios

o   Hay como una queja, por la tardanza en que esto ocurra

v   La cuarta estrofa es una oración

o   Pidiendo el gozo en nuestra vida

o   Para que podamos mirar las obras y la gloria de Dios

EVANGELIO  Lc 14,25-33

Lucas  nos presenta a Jesús diciendo una de esas afirmaciones que nos dejan pensativos y preocupados, ¿qué querrá decir?

Ø  Sólo si “odiamos” a los nuestros y a nuestra vida podremos ser sus discípulos

Ø  ¿Qué quiere decirnos Señor?

o   Tu que eres el autor de la Ley que nos manda amar a nuestros padres, y respetar toda vida, nos dices ahora que tenemos que “odiarlos” si queremos seguirte?

o   Odiar no tiene el significado que nosotros le damos ahora en nuestro tiempo, odiar es amar menos, es no preferir

o   ¿Nos estarás diciendo que te tenemos que amar, preferirte  a ti más a los nuestros y a nosotros mismos?

Ø  Sigue luego en este relato evangelico una serie de afirmaciones que tal vez nos aclaren lo que el Señor  nos está diciendo, recordemos que el tema de este domingo es la sabiduría

o   Quien  no lleva su cruz y me sigue no puede ser mi discípulo.

o   ¿Qué es la cruz propia?

o   Creo que es nuestro propio ser, nosotros mismos

o   Yo tengo que seguir a Jesús, tal como soy, no como lo sigue otro, soy yo quien necesita desarrollar una relación personal, de cercanía y de seguimiento de Jesús

o   Cada uno de nosotros lleva un cargamento positivo en su vida y otro negativo que a veces se nos hace tan pesado como una cruz.

o   La cruz puede ser también una relación, un ser amado que no nos corresponde o que no obra como nosotros deseamos, un trabajo pesado, ….

o   Cada cual de nosotros puede pensar en cuál es mi cruz con la que el Señor me llama a que le siga.

Ø  Jesús  nos da otra explicación mediante unas reflexiones de prudencia

o   Quién empieza a construir, si quiere acabar la obra, sera mejor que calcule sus posibilidades actuales.

o   Porque si no hace esto va a ser la causa de la burla de quienes lo ven.

o   Qué pueblo que quiere entrar en guerra con otros  no calcula primero sus posibilidades para enfrentarlo y ganar la batalla.

o   Si ve que no puede, lo prudente será enviar una delegación de paz

Ø  Termina la lectura de hoy diciendo

o   Si no renunciamos a nuestras posesiones no podremos ser sus discípulos

Ø  Creo que esta última frase explica lo que significa “odiar a los suyos y a la propia vida”

o   No se trata de abandonar a los nuestros

o   Se trata de cambiar nuestra relación con ellos

o   De poseerlos para nuestra conveniencia, satisfacción, egoismo

o   Pasar a una relación de amor desinteresado, no para nuestro provecho sino para el bien de los que amamos. De querer pasar a amar.

Ø  Porque lo que si estamos llamados a hacer es a poner al Señor por encima de todo cuanto “poseemos” ¿Qué es lo que posees y no quieres dejar?

SEGUNDA LECTURA Fil 9-10,12-17

Esta carta de Pablo a Filemón tiene un solo capítulo, por eso lo que citamos son los versículos.

*      Pablo se  nos presenta como un hombre anciano y además en prisión

*      Habla a Filemón que es cristiano como a un amigo, un compañero

*      Le habla en favor de un  tal Onésimo que Pablo considera como su hijo “engendrado” en su cautiverio y al que ama entrañablemente

*      Por lo que dice esta lectura, Onésimo era esclavo de Filemón y se escapó, llegando a encontrarse con Pablo que lo “engendró” a la fe en Cristo

*      Ahora envía de nuevo a Onésimo a Filemón para que lo reciba de vuelta, que no lo acuse ante las autoridades, pero que lo reciba como hermano en la fe

*      ¿Y por qué Pablo puede pedir esto? Porque Pablo y Filemón son amigos, compañeros.  

EXHORTACIÓN APOSTÓLICA POSTSINODAL

LA ALEGRÍA DEL AMOR (AMORIS LAETITIA)

DEL PAPA FRANCISCO 

El Evangelio nos recuerda también que los hijos no son una propiedad de la familia, sino que tienen por delante su propio camino de vida. Si es verdad que Jesús se presenta como modelo de obediencia a sus padres terrenos, sometiéndose a ellos (cf. Lc 2,51), también es cierto que él muestra que la elección de vida del hijo y su misma vocación cristiana pueden exigir una separación para cumplir con su propia entrega al Reino de Dios (cf. Mt 10,34-37; Lc 9,59-62). Es más, él mismo a los doce años responde a María y a José que tiene otra misión más alta que cumplir más allá de su familia histórica (cf. Lc 2,48-50). Por eso exalta la necesidad de otros lazos, muy profundos también dentro de las relaciones familiares: «Mi madre y mis hermanos son estos: los que escuchan la Palabra de Dios y la ponen por obra» (Lc 8,21). Por otra parte, en la atención que él presta a los niños —considerados en la sociedad del antiguo Oriente próximo como sujetos sin particulares derechos e incluso como objeto de posesión familiar— Jesús llega al punto de presentarlos a los adultos casi como maestros, por su confianza simple y espontánea ante los demás: «En verdad os digo que si no os convertís y os hacéis como niños, no entraréis en el reino de los cielos. Por lo tanto, el que se haga pequeño como este niño, ese es el más grande en el reino de los cielos» (Mt 18,3-4).(18)

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