DOMINGO DE RAMOS - 2018
Evangelio.
Mc 14, 1–15, 47
Ø El evangelista Marcos nos da una introducción a la
pasión.
Ø Nos sitúa en el tiempo “los panes ácimos”, y nos dice la
decisión de las autoridades judías de dar muerte a Jesús, pero no en la Pascua.
Ø Esta es la ironía que tienen las decisiones humanas
cuando no cuenta con el designio divino y el bien de los demás.
Ø La muerte de Jesús, el verdadero cordero pascual,
tenía que ser en tiempo de la Pascua, ya que él es la pascua definitiva que
realiza la liberación total.
Ø Y también nos cuenta el acto de amor y ternura de
aquella mujer amiga, la hermana de Lázaro, María, que derrama sobre Jesús un
perfume que tal vez ella tenía para usarlo en ocasiones especiales, y lo
derrama todo sobre Jesús.
Ø Quienes no entienden de ternura, de gratuidad
protestan, ‘’’ se podía haber vendido….para los pobres.”
Ø Judas Iscariote decide ir a los sumos sacerdotes y
entregarlo por dinero.
Ø Ya tenemos el escenario del acontecimiento más grande
de la historia.
JESÚS CELEBRA LA PASCUA JUDÍA
Ø
En este
relato se alternan las escenas dentro y fuera.
Fuera
Ø
¿Dónde quieres que vayamos a prepararte la
cena de Pascua?" le preguntan los apósotoles.
Ø
Jesús
les da una descripción de a quien encontrarán al entrar en el pueblo, si lo
siguen sabrán donde preparar la cena. ¿Por qué no se lo dice claramente? No
sabemos se han hecho diversas conjeturas. Los discípulos van, entran en la
ciudad y preparan todo.
Dentro
Ø
Llega
Jesús al atardecer, cuando se celebraba el rito haciendo memoria de las
maravillas que Dios había hecho en favor de su pueblo en la salida de Egipto.
Ø
Jesús
les avisa que uno de ellos lo entregará, están tristes… preguntan…"¿Soy
yo?"
Ø
Jesús
responde sin denunciar directamente a Judas que está presente. Y, lleno de
dolor exclama ¡ay del que va a entregar al Hijo del hombre!
¡Más le valiera no haber nacido!"
Ø
Y Jesús
transformará esta Cena para siempre con un gesto y unas palabras que cambiarán
la historia de la humanidad.
Ø
Jesús
tomó
o
un pan, pronunció la bendición, lo partió y se
lo dio a sus discípulos, diciendo: "Tomen: esto es mi cuerpo".
o
Y
tomando en sus manos una copa de vino, pronunció la acción de gracias, se la
dio, todos bebieron y les dijo: "Ésta es mi sangre, sangre de la alianza,
que se derrama por todos.
o
Jesús
hace sacramentalmente, bajo signos lo que realizará en la cruz al día
siguiente: entregará su vida por todos nosotros. Se quedará para siempre entre
nosotros para que podamos dar el verdadero y único culto al Padre.
Ø
Después
de cantar el himno, salen para ir al monte de los Olivos, pero antes Jesús les
advierte que todos ellos lo abandonarán, como huyen las ovejas cuando alguien
hiere o mata al pastor.
Ø
Y le
avisa ya que cuando resucité después de su muerte irá a Galilea.
Ø
Pedro
no puede aceptar lo de traicionar a su Maestro, no es consciente de su
debilidad humana, pero Jesús le dice que le negará tres veces antres de que el
gallo cante dos.
Ø
La afirmación de Pedro se hace más dolorosa pues
nosotros sabemos que lo que Jesús le ha dicho es la verdad de lo que pasará.
Fuera
Ø
Van al
huerto, Jesús deja la mayoría de sus apóstoles a la entrada
Ø
Y se
lleva a los tres que fueron testigos de su transfiguración: Pedro, Santiago y
Juan para que le acompañen.
Ø
Se
aleja un poco de ellos y empieza su oración llena de tristeza, dolor y miedo. El que tiene miedo es la Palabra, el
Hijo, la Segunda Persona de la Trinidad, Dios que se ha hecho hombre y ha
querido sufrir lo mismo que nosotros sufrimos.
Ø
Como
nosotros, busca a sus amigos para confiarles su estado de ánimo, pero nos dice
el evangelista que ellos se durmieron.
Ø
Jesús
pide al Padre “si es posible… Tú lo puedes todo…. Pero como había dicho unos
días antes Él ha venido para esta hora en que va a ser fiel a la voluntad de
salvación del Padre aunque a Él le cueste su vida.
Ø
Vuelve
a sus discípulos y lo encuentra dormidos y les dice “ya pueden seguir
durmiendo…. ¿por qué? Porque Él ya ha recibido del Padre la fuerza para seguir
adelante pues para esto puso su tienda entre nosotros.
Jesus y Judas
Ø
Judas
viene capitaneando un grupo de gente armada y lo besa. ¿qué sentiste Judas al
dar un beso de traición a tu Maestro? Los besos no son para esto.
Ø
Y Jesús
se entrega en las manos de aquellos hombres armados, aquellos hombres por
quienes ha venido al mundo y ahora se entrega sin defenderse. El que así obra
es La Palabra eterna del Padre, la Palabra creadora, que en el mismo momento en
que es maltratado está creando les está dando la vida a aquellos hombres.
Ø
Sus
apóstoles huyen, pero un muchacho envuelto en una sábana lo sigue para ver que
pasa, la tradición nos dice que seguramente era Marco, el mismo que ahora
escribe el evangelio.
Jesús y Pedro – Juicio religioso
Ø
Hemos
visto a Jesús con uno de sus apóstoles: Judas
Ø
Veamos
ahora qué pasa con otro de sus apóstoles. No sabemos si Judas amaba a su
Maestro, pero si sabemos por los evangelios que Pedro amaba mucho a su Maestro
de quien era no solo apóstol sino también amigo.
Ø
¿Qué te
pasó Pedro?
Ø
Mientras
Jesús es interrogado en el juicio religioso, Pedro está fuera, poniéndose en
peligro.
Ø
Jesús
es interrogado pero no responde, sólo lo hace cuando le cuestionan sobre su
identidad ¿eres el Mesías? Ya no pude callar, tiene que dar testimonio de quien
es “Sí lo soy”.
Ø
Y es
condenado por ser quien es, por ser el Mesías que Israel ha esperado tanto
tiempo y que vienen para salvarnos a todos.
Ø
Y como
sigue pasando en tantos lugares de nuestro mundo, los que tienen el poder, las
armas, se olvidan de que el enemigo, el preso, el criminal es también un ser
humano con una dignidad que hemos de respetar, y empiezan a torturarlo, a
divertirse haciéndole sufrir.
Ø
¡Cuánta
ignorancia la nuestra! Éste que nos atrevemos a torturar Jesús o cualquiera de
los demás seres humanos es hijo de Dios, hermano nuestro “cuando lo hicieron a
uno de estos… a mi me lo hicieron.!
Ø
Pedro
niega conocer a este hombre…. El gallo canta y Pedro recuerda las palabras del
Maestro, de su amigo querido y rompe a llorar.
Jesús y Pilato
– Juicio político
Ø
Al día
siguiente, viernes, llevan a Jesús a Pilato
Ø
Pilato
le pregunta “¿eres el rey de los judíos?
“Sí lo soy”
Ø
Pero
cuando Pilato le pregunta de nuevo, Jesús no responde. ¿Para qué responder a
quien no tienen interés en escuchar?
Ø
Pilato,
que es cobarde, como tantas veces cuando tenemos lugares de poder, desea
liberarlo pues se da cuenta de que es por envidia que se lo han traido, pero
tiene miedo…
Ø
Hace
escoger entre Jesús y Barabás, y la muchedumbre elige a Barabás, cuantas veces
se ha repetido en la historia esta escena….. incluso en nuestros días se sigue
repitiendo…
Ø
Pilato
da gusto al pueblo, y permite que
sus soldados se diviertan torturando a Jesús.
Ø
Cuando
se han divertido a su gusto, le cargan la cruz para que la lleve al lugar de la
crucifixión, en el monte calvario.
Ø
Como Jesús
están ya tan destrozado y débil para poderlo crucificar y que no muera antes le
obligan a un padre de familia, un trabajador que regresa del campo, Simón de
Cirene a cargar la cruz.
Ø
En la
película “La Pasión” esta escena está muy bien presentada y hace pensar. Simón
que está enojado con ese hombre por tenerle que llevar la cruz, al contacto con
él, poco a poco va cambiando, al ver su bondad, su inocencia y lo defiende.
Ø
No
sabemos qué pasó en la realidad, pero la verdad es que quien se acerca a Jesús,
o a alguien que necesita ayuda, llega a encontrarse con Él y enamorarse de Él y
su vida cambia.
Ø
Jesús
ya clavado en la cruz, en la oscuridad de su dolor, de su abandono, todos se
han ido. ¿Dónde están los leprosos, los epilépticos, los muertos, los enfermos
de todas clases, los hambrientos…..? y ¿Dónde está el Padre? Jesús está colgado entre el cielo y la tierra
y está solo, incluso su Madre no puede hacer nada más que mirar y llorar. ¿Por
qué me has abandonado?....
Ø
Y Jesús
recobra la calma, vuelve a sentir la presencia del Padre que nunca lo ha
abandonado, y se entrega en sus manos.
Ø
Su
forma de morir, gritando, cosa que un crucificado no podía hacer pues le
faltaba el aire, es lo que le hace descubrir al centurión que aquel ajusticiado
era especial "De veras este hombre
era Hijo de Dios".
Ø
El velo
del templo que separa el santuario del resto del templo se rasga, ya no se
necesita, Jesús es el templo y el santuario. Se hace realidad lo que dijo a la
Samaritana “adorar al Padre en espíritu y en verdad, en todas partes.” Ya no
necesitamos buscar al Señor en lugares especiales que llamamos sagrados, pues
toda la creación es sagrada desde que Jesús ha muerto en esa cruz para
salvarnos y redimir toda la creación.
Por eso Dios lo exaltó sobre todas las cosas y le
otorgó el nombre que está sobre todo nombre, para que, al nombre de Jesús,
todos doblen la rodilla en el cielo, en la tierra y en los abismos, y todos
reconozcan públicamente que Jesucristo es el Señor, para gloria de Dios Padre.
RINCON CLARETIANO
Aquí vi a
Nuestro Señor Jesucristo, que lo tenía presente de un modo muy especial, con
tanta pena por los males de la Iglesia, que parecía como que le saltaran
lágrimas de sus divinos ojos, y me dijo con gran sentimiento: «Mira, hija mía, si con lágrimas pudiera
renovar el espíritu de mi Iglesia, de sangre viva las lloraría; pues que no me
contenté en agotar toda la de mis venas para su creación, sino que me dejé a Mí
mismo en prenda y memoria del infinito amor que le tengo para su conservación
hasta el fin de los
siglos». Venerable Maria Antonia París, Fundadora de las Religiosas de
María Inmaculada Misioneras Claretianas, Autobiografía 9.
¿Quién hará
caso, amadísimo Teófilo, de persecuciones, calumnias y otros obstáculos que se
presentarán a un misionero, viendo que Jesucristo, San Pablo, los demás
Apóstoles y todos los misioneros verdaderos han tenido que pasar por ese
camino? […]
Tú procura callar, trabajar y esperar, que el
Señor hará desaparecer aquella tempestad. Y, si tan recia es la persecución,
te huirás a otra ciudad; pero nunca desampararás ni abandonarás tu ministerio o
misión, pues lo que pretende el enemigo es espantarte como niño tímido.
¡Dichoso tú si sufres hasta la muerte! San Antonio María Claret,
Fundador de las Religiosas de María Inmaculada Misioneras Claretianas, Carta al
Misionero Teófilo, 9.
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