Tuesday, May 21, 2019




SEXTO DOMINGO DE PASCUA DE RESURRECCIÓN-CICLO C – 2019
*      Las lecturas de este sexto domingo nos van preparando ya para el regreso de Jesús al Padre, es decir la nueva forma de estar entre nosotros, que no será visible, sino sacramental, siendo la Iglesia el sacramento de Cristo que se nos da a lo largo de la vida a través de los sacramentos de la Iglesia.
*      Como nos dice el Concilio Vaticano II, Cristo es el sacramento del Padre y la Iglesia es el sacramento de Cristo.  
*      De la ascensión en adelante, nosotros los seguidores de Jesús seremos su visibilidad para nuestros hermanos y hermanas que caminan con nosotros por las rutas de la historia.

PRIMERA LECTURA  Hechos de los Apóstoles 15,1-2,22-29
Ø  La Iglesia, las primeras comunidades, enfrentan su primer gran problema de cuya solución depende el que la Iglesia sea fiel al proyecto de Jesús.  
Ø  Algunos hermanos venidos de Jerusalén donde la comunidad de los seguidores de Jesús todavía están atados a las prácticas judías, no han entendido todavía que Jesús nos trajo algo nuevo, lo que la semana pasada llamábamos cielos nuevos y tierra nueva, o en palabras de Pablo “la nueva creación.”
Ø  Estos hermanos inquietan a los de Antioquía diciéndoles que no basta el bautismo que hay que circuncidarse. Esto es lo que Dios pidió a Abraham en la alianza hecha con él y con sus descendientes.
Ø  Pero Jesús ha venido para revelarnos plenamente el alcance de esta alianza, llamada ahora nueva alianza, en que todos los pueblos pueden entrar a formar parte de la comunidad de Jesús, dejando que él los transforme con su vida a través de la fe en Él.    
Ø  Los de Antioquía recurren a los Apóstoles, los testigos de la resurrección de Jesús, los guías y pilares  de la naciente Iglesia.
Ø  Éstos se reúnen e invocan al Espíritu Santo para que les ilumine sobre la verdad de lo que el Señor quiere de ellos. Y entienden que no hay que circuncidarse, que se entra en la comunidad de los creyentes por la puerta de la fe a través del bautismo.  Sólo conservan algunas condiciones (abstenerse de carne sacrificada a los ídolos, sangre,  carne de animales estrangulados y de uniones matrimoniales ilícitas). Todo lo referente a las comidas se hace extraño para nosotros, pero Pablo explicará que nada está prohibido, en cuanto a comidas,  al seguidor de Jesús, a menos que pueda ser causa de escándalo para algún hermano o  hermana más débil en la fe, entonces como dice Pablo, me abstendré no porque esté mal, sino por amor a mi hermano o hermana. Lo de las uniones ilícitas sigue estando en pie pues es consecuencia de la voluntad de Dios expresada en el  sexto mandamiento,  y de la dignidad de las personas.

SALMO RESPONSORIAL Sal 67
«  El salmo 67 tiene tres estrofas separadas por un estribillo que se encuentra en los versos 4 y 6
«  Todo don procede de la bondad divina y es motivo de júbilo agradecido

R.   Que te alaben, Señor, todos los pueblos. Aleluya.
Ten piedad de nosotros y bendícenos;
vuelve, Señor, tus ojos a nosotros.
Que conozca la tierra tu bondad
y los pueblos tu obra salvación.
R
.   Que te alaben, Señor, todos los pueblos. Aleluya.
Las naciones con júbilo te canten,
porque juzgas al mundo con justicia;
con equidad tú juzgas a los pueblos
y riges en la tierra a las naciones.
R.
.   Que te alaben, Señor, todos los pueblos. Aleluya.
Que te alaben, Señor, todos los pueblos,
que los pueblos te aclamen todos juntos.
Que nos bendiga Dios
Y que le rinda honor el mundo entero.
R.
.   Que te alaben, Señor, todos los pueblos. Aleluya..

SEGUNDA LECTURA Ap 21,10-14; 22-23
ü  En lugar de detenernos hoy en el texto de la lectura, que de algún modo ya ha sido explicado en domingos anteriores, hoy nos dedicaremos a considerar 4 claves de lectura que nos ayuden a saborear este hermoso y esperanzador libro.
ü  Sabemos que para entender un mensaje necesitamos tener la clave, es decir, lo que llevó al autor a escribir, lo que tenía en su mente, lo que quiso transmitir.
ü  El autor aquí es doble: hay un autor humano que escribe en un determinado tiempo, con una determinada psicología, un momento concreto de la historia, una lengua tal vez distinta a la nuestra, una sociedad ciertamente distinta a la nuestra, y una comunidad de fe. Necesitaremos que alguien nos explique todo esto para poder saborear el mensaje.
ü  Pero hay un autor diríamos principal, el verdadero autor, el Espíritu Santo, y sólo podremos entender el mensaje, además de la ayuda de lo que acabo de poner en el apartado anterior, en la oración. En la oración nos ponemos a la escucha de lo que el Espíritu quiere decir a la Iglesia, y qué palabra de Jesús quiere recordarle.(Jn 14,26)
ü  Veamos pues estas claves de lectura, que son cuatro:
1.      Clave histórica. Estamos ante una “teología de la historia”. En realidad toda la Biblia se entiende como lectura de la historia a los ojos de Dios. La literatura apocalíptica abre a la esperanza: la historia tiene sentido, las fuerzas del mal no tienen la última palabra, el triunfo pertenece a Cristo, el cordero degollado y ahora vivo.
2.      Clave simbólica.  En la literatura apocalíptica se usa el símbolo: colores, números, animales, plantas, fenómenos naturales para expresar una experiencia más profunda que va más allá de los límites de lo visible, lo controlable.
Dicen que no basta con conocer intelectualmente el sentido de los símbolos, hay que dejarse envolver por su atmósfera, dejarse impresionar por su fuerza, permitir al símbolo expresar su riqueza.
3.      Clave crítica.  Este libro desconcertante y apasionante ha sido escrito para tiempos críticos, de crisis total. No anuncia el final del mundo, sino en momentos de la historia en que parece no hay salida. Es el libro de los justos que confían a Dios su causa, el libro de todos los tiempos.
4.     Clave cristológica. El término griego apocalipsis significa precisamente revelación. Jesús resucitado es el cordero degollado, pero que está vivo, que está junto al trono de Dios y nos revela la voluntad de Dios y el significado de la historia  al abrir el libro de los siete sellos.. Este maravilloso libro nos presenta a Jesús, Cristo resucitado y que vive para siempre, vencedor de la muerte y del pecado, contra él las fuerzas del mal no pueden nada. El es el Alfa y la Omega, principio y fin de la historia.

EVANGELIO Jn 14,23-29
De nuevo la liturgia de este domingo nos lleva a la conversación de Jesús con los suyos después de la cena pascual antes de su muerte. Ya la semana pasada estuvimos allá y escuchamos su mandamiento nuevo.
Hoy escucharemos de nuevo lo que nos quiere decir acerca de este su mandamiento.

«  Quien me ama guardará mi palabra. Esto no es difícil de traducir a nuestra vida, nosotros guardamos en el corazón las palabras dichas por nuestros seres queridos.
«  A los que guardan la palabra de Jesús, el Padre los amará
«  Y, ahora viene algo verdaderamente sorprendente, que va más allá de todas nuestras expectativas: Vendremos y haremos nuestra morada con él/ella. ¿Quiénes son este plural de nosotros? Por la lectura nos damos cuenta que es el Padre y Él, Jesús. En las palabras que Jesús sigue diciendo a sus discípulos en este nosotros entra también el Abogado: el Espíritu Santo.
«  La palabra de Jesús no es suya es del Padre que lo ha enviado a decirnos esta palabra. No habla en plural, porque no hay más que una palabra, el Verbo creador y encarnado en Jesús de Nazaret, enviado del Padre para decirnos esta palabra que es él mismo.
«  Jesús nos ha dicho lo que había venido para decirnos, ahora será el Abogado, el Espíritu quien continuará enseñándonos recordándonos todo cuanto Jesús nos ha dicho. Y nos lo recordará a lo largo de la historia, como vemos entre símbolos en el libro de la Revelación, y en manera concreta en el libro de los Hechos, recordemos la lectura de hoy.
«  Jesús nos deja su paz, nos invita a no tener miedo, incluso alegrarnos de que él se va, porque esto es lo que nos conviene a nosotros. Y además tenemos que alegrarnos porque él regresa al Padre.


En algunos lugares la Ascensión del Señor se celebrará el domingo VII de Pascua. Para USA en el VI Domingo se puede, si se desea,  leer la segunda lectura y el evangelio del domingo VII. No habrá “Rincon Claretiano” esta semana para poner el comentario de la segunda lectura y evangelio del domingo VII de Pascua.


SEGUNDA LECTURA DEL DOMINGO VII DE PASCUA – Rev. 22,12-14. 16-17.20
v  Esta lectura está llena de simbolismos, de imágenes del Antiguo Testamento
v  Empieza diciendo que una voz dice “He aquí que vengo pronto” y termina diciendo “Sí, vengo pronto” y la respuesta es Ven Señor Jesús.
v  La voz del principio y del final sabemos ahora que es Jesús, el Señor.
v  Él es
o   Quien trae la recompensa
o   El Alfa y la Omega, el primero y el último. El símbolo que se usa aquí es el alfabeto griego cuya primera letra es Alfa y la última Omega.
o   Él es la raíz y descendiente de David, así lo leemos en el Antiguo Testamento, que el Mesías será llamado Hijo de David.
o   Él es la estrella brillante de la mañana,  ¡ qué bella comparación!
v  El Espíritu y la esposa le dicen “Ven”.
o   El autor del libro nos invita a repetir esta misma petición “Ven”
o   El autor invita también a quien tiene sed y desea el don del agua viva a venir a Jesús fuente de la vida.
v  Dejémonos envolver por la belleza de estos símbolos y comparaciones, escuchemos las palabras como dichas para nosotros directamente, dejemos que el Señor ponga dentro de nosotros el agua que salta hasta la vida eterna.
EVANGELIO – Juan 17,20-26
Jesús ora al Padre
Ø  Por nosotros que hemos creído por la predicación de los que lo vieron, los apóstoles
Ø  Pide  nuestra unión, como el Padre es uno con Él.
Ø  Que también nosotros estemos en ellos.
Ø  Y que así el mundo crea que el Padre nos ha enviado a su Hijo Jesús
Ø  Y vuelve a repetir el anhelo, el deseo, de que seamos uno.  La repetición hace pensar en lo difícil de esta petición, a nosotros los seres humanos nos cuesta llegar a ser uno en comunidad y el ansia de Jesús para que esto sea verdad por nuestro bien.
Y Jesús dice algo muy hermoso al Padre
Ø  Nosotros somos el regalo del Padre a Jesús, somos un regalo, somos su regalo. Un regalo es algo que siempre nos hace felices pues nos recuerda el amor de quien nos lo ha dado. Nosotros le recordamos a Jesús que el Padre nos ha dado a Él.
Ø  Quiere que estemos donde Él está, con Él
Ø  Para que podamos ver su gloria, ésta es la gran dicha y felicidad de cada uno de nosotros, un día veremos su gloria, su belleza y gozaremos de su bondad, sin velos.
Ø  Y Jesús está también preocupado por el mundo, para que el mundo le conozca y sea feliz.


 


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