Monday, September 30, 2019


27 DOMINGO DEL TIEMPO ORDINARIO – CICLO C- 2019

El tema de la celebración de este domingo es la fe

Ø  El profeta habla con confianza a su Dios para quejarse de que parece estar sordo a su súplica.

Ø  Fe tan fuerte como la fuerza necesaria para arrancar un árbol fuerte y

Ø  Tan llena de novedad como sería el plantar un árbol en el mar.   

Ø  Tan sencilla que descubra la presencia incomprensible del Dios que está detrás de toda realidad.   

EL PROFETA HABACUC

Ø  El nombre de este profeta es único en la Biblia, podría venir de una planta “albaca”

Ø  No se sabe de él ni origen, ni familia, ni lugar

Ø  Y los tres capítulos que forman el libro son difíciles de entender

Ø  El contenido es una proclamación recibida en el transcurso de una visión

Ø  El profeta está preocupado y sufre por la realidad social y le pide a Dios le explique

Ø  El tiempo de su composición entre el 606 a.C  y el exilio de Babilonia 587 a.C)

Ø  El mensaje parece ser: hay que dejar la forma tradicional de entender el premio y castigo, es decir la retribución de Dios. Hay que entender de otra forma la actuación de Dios en la historia humana.

PRIMERA LECTURA Habacuc 1,2-3;2,2-4

ü  El profeta se queja porque pide ayuda al Señor y parece que el Señor no escuche

ü  ¿Por qué tengo que ver violencia y destrucción?

ü  La respuesta de Dios es decirle al profeta que escriba la visión

ü  “Si tarda, espérala, porque ciertamente vendrá, sin falta”

ü  La lectura termina diciendo “el justo vivirá por su fe”

ü  Esta lectura la tenemos uno de los días de adviento en la liturgia de las horas.

ü  Llena el corazón de esperanza y de fuego de amor, saber que ciertamente vendrá.

ü  Y es cierto el Señor ha venido y sigue viniendo a nuestra vida, a veces como el profeta nos quejamos porque no nos damos cuenta de que ya está en nuestra vida. 
Salmo 94, 1-2. 6-7. 8-9

R. Señor, que no seamos sordos a tu voz.
Vengan, lancemos vivas al Señor,
aclamemos al Dios que nos salva.
Acerquémonos a él, llenos de júbilo,
y démosle gracias.
R. Señor, que no seamos sordos a tu voz.
Vengan, y puestos de rodillas,
adoremos y bendigamos al Señor, que nos hizo,
pues él es nuestro Dios y nosotros, su pueblo;
él es nuestro pastor y nosotros, sus ovejas.
R. Señor, que no seamos sordos a tu voz.
Hagámosle caso al Señor, que nos dice:
"No endurezcan su corazón,
como el día de la rebelión en el desierto,
cuando sus padres dudaron de mí,
aunque habían visto mis obras".
R. Señor, que no seamos sordos a tu voz.



v El salmista nos invita

o   a la alabanza a Dios,

o   a la adoración de Dios

o   a escucharle 

EVANGELIO  Lc 17,5-10

Ø    Esta lectura tiene como dos partes

Ø  La primera en que los apóstoles le piden a Jesús que les aumente la fe

Ø  Tal vez ellos al escuchar lo que Jesús les hablaba y la misión que les iba a confiar se dieron cuenta que su fe tradicional, todavía infantil, no les iba a ayudar.

Ø  Y por eso esa petición, que a veces  nosotros también hacemos

Ø  No es que no tengamos fe, sino que esta fe es todavía la del catecismo de cuando éramos niños, o la fe de la abuelita pero que todavía no he hecho mía, y por eso  no me ayuda.

Ø  Y Jesús les da una respuesta que nos sorprende.

Ø  Parece que con esta comparación les quiere decir que necesitan:

o    una fe tan fuerte como la fuerza que se necesita para arrancar una morera, árbol fuerte y difícil de arrancar de raíz

o   Una fe capaz de aceptar y proponer la novedad, como es novedoso que un árbol se siembre en el mar.

Ø  Les pongo a continuación algo que he leído en un comentario de José Antonio Pagola que me ha parecido tan bonito y  me ha hecho bien, y deseo compartir con ustedes.

Decía el teólogo Karl Rahner, este “abandonarnos” propio de la fe es la “máxima osadía del hombre”. Una ínfima partícula del cosmos(universo) se atreve a relacionarse con la “totalidad incomprensible y fundante del universo”, y lo hace, además, confiando absolutamente en su poder y su amor. Los cristianos hemos de tomar más conciencia de la audacia que supone atrevernos a confiar en el misterio de Dios.

El mensaje original de Jesús ha consistido precisamente en invitar al ser humano a confiar incondicionalmente en el Misterio insondable que está en el origen de todo. Esto es lo que resuena en su anuncio “No tengan miedo… Confíen en Dios. Llámenlo Abbá, Padre querido. Él cuida de ustedes. Hasta los cabellos de su cabeza están contados. Tengan fe en Dios. 

SEGUNDA LECTURA 2Tm 1,6-8;13-14

ü  Reaviva el don que recibiste con la imposición de mis manos. Vuelve al primer amor.

ü  Dios no nos quiere cobardes, sino atrevidos movidos por el amor y no por el miedo.

ü  No te avergüences de dar testimonio de Jesús, tampoco te avergüences de mí, aunque esté en la cárcel.

ü  Lleva la parte del duro trabajo que te corresponde, ¿cuál es este trabajo? Es el anuncio del evangelio de palabra y con la vida.

ü  Guarda el tesoro que está en ti y en todos nosotros, con la ayuda del Espíritu Santo. ¿Cuál es ese tesoro? Es la fe recibida y que necesitamos hacer crecer en nosotros, con la amistad e intimidad con Jesús en la oración en la vida.  

 RINCON CLARETIANO

Ya que he dicho algo de lo mucho que agrada a Dios Nuestro Señor un corazón desinteresado, quiere y me manda este gran Rey de cielos y tierra que diga cómo me ha amparado, guiado y gobernado, desde que su mano poderosa me sacó del convento de Tarragona (que fue mi primer cielo) hasta conducirme a este nuevo mundo, ciudad de Santiago de Cuba; con tanta seguridad en medio de tantos y tan inminentes riesgos, que sólo vuestro poder infinito, oh Dios, pudo salvarme la vida. Venerable María Antonia París, Fundadora de las Misioneras Claretianas. Autobiografía 93 

Con muchísima frecuencia, desde muy niño, acompañado de mi hermana Rosa, que era muy devota, iba a visitar un Santuario de María Santísima llamado Fussimaña, distante una legua larga de mi casa. No puedo explicar la devoción que sentía en dicho Santuario, y aun antes de llegar allí, al descubrir la capilla, yo me sentía conmovido, se me arrasaban los ojos en lágrimas de ternura, empezábamos el Rosario y seguíamos rezando hasta la capilla. Esta devota imagen de Fussimaña la he visitado siempre que he podido, no sólo cuando niño, sino también cuando estudiante, sacerdote y arzobispo, antes de ir a mi diócesis. San Antonio María Claret, Fundador de las Misioneras Claretianas. Autobiografía 49. BIBLIOGRAFÍA 
CLARET, San Antonio María. Autobiografía.

PAGOLA, José Antonio. El camino abierto por Jesús. Lucas.

PARIS, Venerable María Antonia París. Autobiografía

SAGRADA BIBLIA. Versión oficial de la Conferecia Episcopal Española.




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