Sunday, March 15, 2020


CUARTO DOMINGO DE CUARESMA – A - 2020

  • El cuarto domingo de Cuaresma se llama domingo de laetare, es decir domingo de alegrarse, pues nuestro camino cuaresmal está ya en la mitad de su recorrido,  la Pascua se ve ya más cercana. Se llama laetare porque la antífona para empezar la misa en latin empieza así “Laetare…”
  • En este domingo los catecúmenos que se preparan para los sacramentos de iniciación cristiana pasan su segundo escrutinio, es decir la segunda oportunidad de entrar dentro de sus corazones y examinarse como va su vida, su deseo de seguir al Señor.
  • El domingo pasado el tema de la liturgia fue el agua, hoy el tema es la luz.

LIBROS DE SAMUEL

Ø  Los dos libros de Samuel se encuentran entre el libro de los Jueces y los de los Reyes

Según la tradición judía forman parte de los Profetas anteriores (Josué, Jueces, 1 y 2 Samuel, 1 y 2 Reyes). Esta clasificación corresponde a la tradición judía

Ø  Según la tradición cristiana los dos libros de Samuel forman parte de la historia deuteronomista (Josué,Jueces,1 y 2 Samuel, 1 y 2 Reyes)   

Ø  Los dos libros de Samuel formaban un solo libro que más tarde se agrupó con los dos de Reyes formando los cuatro volúmenes que la Biblia  hebrea titula “Los Reyes (Melakim).

Ø  Las repeticiones, los distintos estilos literarios que encontramos juntos en estos libros hacen pensar en una redacción no solamente de un autor, sino en distintas redacciones a lo largo de varios siglos.

Ø  Toda la información de cada libro está organizada de acuerdo a un esquema particular

Ø  Además de mirar a la expresión literaria de estos libros, necesitamos mirar y considerar la teología que transmiten.

Ø  La preocupación central: la cuestión de la monarquía

Ø  En torno a este tema central encontramos otros que giran alrededor del principal: historia, iniciativas humanas, la vocación, la confrontación religiosa y algún otro tema.

PRIMERA LECTURA: 1 Sm 16,1b,6-7,10-13a

ü  El autor del libro de Samuel nos narra como David fue ungido rey de Israel.

ü  En realidad fue ungido rey, pero no ejerció su misión hasta después de la muerte del rey Saúl. En el segundo libro de Samuel c. 4 hay otra versión de cómo David llega a ser rey de Israel.

ü  Samuel es enviado por Dios para ungir rey a un hijo de Jesé de Belén en Judá

ü  Samuel se deja llevar de las apariencias agradables de los jóvenes, pero el Señor le va diciendo que no hasta que al pasar David le manda que lo unja.

ü  Al ser ungido,  el Espíritu de Dios baja sobre él.

ü  Nosotros somos ungidos en nuestro bautismo y en nuestra confirmación, y somos ungidos reyes para ser reyes como Jesús, que vino a servir y no a ser servido.



SALMO RESPONSORIAL Sal 23, 1-3a-3b-4,5,6

  El Señor es mi pastor, nade me faltará.

v El salmo 23 es uno de los más hermosos salmos del salterio.  La última estrofa es de una belleza incomparable, cantamos que la bondad y la misericordia del Señor nos acompañan todos los días de nuestra vida.

v El salmista está seguro,  apoyado en esta bondad del Señor,  que vivirá en la casa del Señor para siempre. ¿Creo yo esto? ¿Es esta mi confianza, mi seguridad, mi felicidad? 

v En la primera lectura leímos como David fue escogido rey de Israel. También hemos recordado como nosotros somos ungidos en nuestro bautismo para ser reyes que sirven a sus hermanos y hermanas en el camino de la vida.

v Para saber ser servidores necesitamos la presencia y el acompañamiento de Dios en nuestra vida.

SEGUNDA LECTURA: Ef 5,8-14

El autor de la carta a los Efesios nos recuerda como hemos pasado de ser tiniebla a ser luz en Cristo por nuestro bautismo, aunque no menciona en este fragmento el bautismo, pero si  la conducta cristiana en versos anteriores.

*     Ahora que somos luz, se nos invita a vivir en la luz de Cristo, porque la luz hace que hagamos obras buenas, obras de luz.

*     Se nos invita a dejar de lado todo cuanto ha sido y es tiniebla, malas obras, en nuestra vida para ser luz.

*     La lectura de hoy termina con una invitación apremiante “Levántate tú que duermes y Cristo te dará su luz”

*     Sí levantémonos, emprendamos con decisión el camino diario de la conversión a Cristo, dejemos que él nos ayude a pasar día a día de la tiniebla a la luz.

*     Confiemos que Jesús, que camina con nosotros y está con cada uno de nosotros en la situación que toda la humanidad experimenta ahora, en la amenaza del coronavirus. Apoyémonos entre nosotros y todos juntos en Él, abramos nuestros corazones a la confianza, a la paz, al amor porque Él camina con nosotros.

EVANGELIO Jn 9,1-41

Como decíamos la semana pasada en relación al evangelio de la Samaritana, este domingo Juan nos vuelve a presentar una reflexión teológica sobre un hecho real, un ciego a quien Jesús le devuelve la vista.

El relato lo podemos dividir también en diferentes escenas, como se hace en las representaciones teatrales.

Primera escena

ü  Yendo de camino Jesús con sus discípulos se encuentran a un hombre ciego que pide limosna, cosa muy corriente en aquel tiempo y también ahora.

ü  Los discípulos, como buenos Israelitas, conocen lo que dicen los que interpretan las escrituras: si te portas bien Dios te dará su favor y todo irá bien en tu vida. Si algo va mal es porque te portas mal. Recordemos el libro de Job, pues este evangelio de Juan podríamos decir es como una versión reducida de la historia de Job. Si estás tan mal es porque has pecado. Y le preguntan al Señor ¿quién ha pecado él o sus padres?

ü  La pregunta parece algo fuera de lugar, quien puede pecar antes de nacer, pues este hombre nació ciego.

ü  Jesús les dice que nadie ha pecado, que en este hombre se manifestará la gloria de Dios que puede sacar de las tinieblas a la luz, que puede devolver la vista corporal pero sobre todo espiritual.

ü  Jesús hace barro con su saliva y envía el hombre a la piscina de Siloé para que se lave los ojos.

ü  Jesús quiere devolver la vista a este hombre, pero este hombre va a tener que colaborar. Lo mismo pasa en nuestra vida, el Señor quiere convertirnos a Él, pero nos pide nuestra colaboración con nuestras obras buenas o de luz.

ü  El hombre regresa pudiendo ver



Segunda escena

ü  Los vecinos del que había sido ciego estaban divididos en cuanto a la identidad de este hombre que ahora veía, unos decían que era el mismo, otros que se le parecía.

ü  El repetía una y otra vez, “soy yo”

ü  Entonces ¿cómo es que ves? Él les decía,  el hombre llamado Jesús hizo barro, me lavé y veo.

ü  Y ¿Dónde está este hombre?  No sé.

Tercera escena

ü  Lo llevan ante los fariseos. Juan nos aclara que Jesús había hecho esta obra buena en sábado, en sábado los fariseos habían interpretado cada vez con más cerrazón que no se podía hacer “ningún trabajo” y hacer barro era de alguna manera trabajar.

ü  Juan nos pone a continuación un diálogo muy interesante entre los fariseos, hombres sabios y letrados de posición social elevada y este pobre mendigo ciego que ahora veía. En esta conversación hay una gran dosis de ironía. Podemos imaginarnos como ellos miraban a este ignorante y la simplicidad y sentido común de este hombre sencillo, pero que como toda persona sencilla, tiene la sabiduría propia del ser humano salido de las manos del Creador.

ü  Este hombre no puede ser de Dios trabajando en sábado… ellos mismos estaban divididos respecto a esto.

ü  ¿Qué tienes tú que decir? Es un profeta

ü  Despiden al hombre momentáneamente y llaman a sus padres

Cuarta escena

ü  Para asegurarse de que se trata del que era ciego y no de otro preguntan a sus padres

ü  ¿es éste su hijo? Sí

ü  ¿cómo es que ahora ve? No sabemos, pregúntenle a él tiene edad para responder

ü  Sus padres no querían ponerse en problemas y ser echados de la comunidad de fe por causa de lo que Jesús había hecho para su hijo.

ü  No sabemos si se quedan o se van, si presencian la segunda parte del interrogatorio de su hijo. Juan no nos dice nada.

Quinta escena

ü  De nuevo hacen entrar al que había sido ciego y siguen preguntando

ü  Da gloria a Dios, pues nosotros sabemos que este hombre es un pecador

ü  Si es pecador o no, no lo sé, lo que sí sé es que me ha devuelto la vista

ü  ¿cómo te abrió los ojos?

ü  ¿por qué me preguntan de nuevo? ¿acaso quieren hacerse discípulos suyos?

ü  Tú si eres discípulo de este hombre, nosotros somos discípulos de Moisés. A Moisés le habló Dios, pero no sabemos de dónde viene este hombre

ü  Esto es lo que es sorprendente que ustedes no saben de dónde viene, pero me ha abierto los ojos. Sabemos que Dios no escucha los pecadores. (Este hombre sabía bien que un milagro sólo lo hace Dios y aquellos a través de los cuales Dios quiere actuar)

ü  Ante la sabiduría de este hombre pobre y sencillo, sin estatus en la sociedad religiosa, civil y política de Israel los jefes se sienten amenazados y lo expulsan de la comunidad de fe de Israel (la Sinagoga)

Sexta escena

Esta escena es el clímax de la historia, todo este relato nos ha llevado a la revelación de Jesús a este hombre, así como en la historia de la samaritana todo nos lleva a la revelación de Jesús como Mesías

ü  Jesús sale al encuentro de este hombre, toda la historia de Dios con el ser humano es un constante salir Dios a nuestro encuentro.

ü  ¿Crees en el Hijo del hombre? ¿Quién es? ¿El que habla contigo? Sí creo

ü  Y Jesús, como si hablara en voz alta lo que hay en su corazón, dice que la razón de venir él a este mundo es para que quien es ciego pueda ver y quien se cree que ve quede ciego, es decir se de cuenta de que está ciego y pida también como el ciego poder ver.

ü  Los fariseos preguntan ¿acaso somos ciegos nosotros? No, si lo fueran no tendrían pecado porque no verían, pero sí ven, sí saben, pero tapan la luz para no ver y tener que cambiar de vida.

ü  Pongámonos nosotros en lugar de este hombre, leamos este evangelio poniendo nuestro nombre donde el evangelista pone al ciego y preguntémonos si nuestra fe es como la de este hombre o como la de los fariseos, ¿en quién creemos? Y ¿a quién seguimos?

ü  Jesús se reveló a la Samaritana como el Mesías, aquí se revela como el Hijo del Hombre. Para aquellas gentes esto les decía que el esperado por siglos estaba ya aquí.

RINCON CLARETIANO 


Claret  comprende más tarde aquel llamamiento a evangelizar que le brotaba de dentro, como a Jeremías: “Había en mi corazón algo así como un fuego ardiente prendido en mis huesos y aunque yo trabajaba por ahogarlo, no podía” (20,9); era la gracia misma de Cristo que rebosaba en su corazón, por el Espíritu.

Podemos sacar una primera conclusión: la vocación apostólica de Claret en la Iglesia ha surgido de la contemplación de Cristo evangelizador a través del texto de Is 61,1. (capítulo 2,  p.54. )



Mª Antonia tiene un conocimiento profético de que los males de la Iglesia, por los que ella oraba, son una consecuencia de no vivir en fidelidad. Dios le descubre los remedios: fidelidad al Evangelio y pobreza

Por eso la llamará a que consagre su vida a anunciar la Ley Santa del Señor mediante la fundación de una Orden nueva. Nueva no en la doctrina, sino en la práctica . La novedad está en la vivencia de lo que es esencial a la Vida Religiosa, fidelidad al seguimiento de Jesús y pobreza evangélica, fundamento de nuevos Apóstoles.

Como conclusión podemos decir que la Experiencia Inicial ejerció un influjo decisivo en el desarrollo posterior de su vida, especialmente porque Dios imprimió en su alma el ideal evangélico que tenía que vivir la Iglesia y, dentro de ella, la Vida Religiosa. De ahí nace su espiritualidad, profundamente eclesial. ( capítulo 2, p.62. )

(Ambos fragmentos están tomados del libro Dos plumas movidas por un mismo Espíritu. 2010)



BIBLIOGRAFÍA

MUÑOZ, Hortensia y TUTZO, Regina (Misioneras Claretianas), Dos plumas movidas por un mismo Espíritu. 2010

CONFERENCIA EPISCOPAL ESPAÑOLA. Sagrada Biblia, Versión Oficial.  2012


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