XIX DOMINGO DEL TIEMPO ORDINARIO - CICLO A – AGOSTO 13, 2017
ü Hoy el evangelio es una llamada a confiar en Jesús que nos
dice “ánimo, soy yo”.
ü En la primera lectura el profeta Elías reconoce la presencia de Dios
en la brisa suave.
ü Y Pablo en su carta a los
Romanos nos dice que sufre por su pueblo, y desea que todos conozcan a Jesús.
LIBRO LOS
REYES
Ø Los dos libros de los
Reyes son la continuación de los dos libros de Samuel.
Ø En la Biblia Hebrea los
libros de los Reyes constituyen un solo libro llamado Melakim.
Ø En la traducción griega
(LXX) y en la traducción latina (Vulgata) se les llama tercero y cuarto de los
Reyes ya que los dos libros de Samuel se llaman primero y segundo de Reyes.
Ø Forman parte de la
Historia Deuteronomista que va desde la entrada en la tierra prometida (Josué)
hasta el destierro de Babilonia (587 a.C). Esta colección de libros era llamada
por los judíos: profetas anteriores.
Ø La lectura está tomada de
la parte del primer libro de Reyes que constituye el ciclo de Elías 1Re
14-2Re1.
PRIMERA LECTURA 1Re 19,9ª,11-13a
Ø Elías se encuentra en el
monte de Dios el Horeb.
Ø Debido a que en la Biblia
se narran algunos episodios repetidos ocurriendo indistintamente en el Horeb o
en el Sinaí algunos han llegado a pensar que es un solo monte con dos nombres.
Ø Para los que opinan es el
mismo Horeb seria el nombre usado por
los Madianitas y Sinaí por Cananeo y Amorreos; el nombre de Horeb parece aludir
a la sequedad de la región, mientras que Sinaí se debería a su cercanía al
desierto de Sin.
Ø Sin embargo hay evidencia
también para pensar que son dos lugares
diferentes.
Ø Elías ha hecho caer una
sequía sobre todo el país, pero ya ha orado y el Señor les ha mandado la
lluvia.
Ø Ahora Elías se dirige al
Horeb y allí espera a Yahveh
Ø Dios le habla y le dice
que va a pasar delante de Él.
Ø Se dan diferentes
manifestaciones atmosféricas y Elías no percibe la presencia de Dios, sino
cuando percibe una brisa suave.
Ø En la Escritura muchas
veces las teofanías van representadas por rayos, relámpagos, muchas manifestaciones
meteorológicas, pero aquí Dios quiere
enseñar a Elías algo más acerca de si
mismo, Dios está en la paz, Dios es Dios de paz, de ternura.
SALMO RESPONSORIAL Sal 85, 9. 10.
11-12. 13-14
R. (8) Muéstranos, Señor, tu misericordia.
Escucharé las palabras del Señor,
palabras de paz para su pueblo santo.
Está ya cerca nuestra salvación
y la gloria del Señor habitará en la tierra.
R. Muéstranos, Señor, tu misericordia.
La misericordia y la verdad se encontraron,
la justicia y la paz se besaron,
la fidelidad brotó en la tierra
y la justicia vino del cielo.
R. Muéstranos, Señor, tu misericordia.
Cuando el Señor nos muestre su bondad,
nuestra tierra producirá su fruto.
La justicia le abrirá camino al Señor
e irá siguiendo sus pisadas.
R. Muéstranos, Señor, tu misericordia.
Escucharé las palabras del Señor,
palabras de paz para su pueblo santo.
Está ya cerca nuestra salvación
y la gloria del Señor habitará en la tierra.
R. Muéstranos, Señor, tu misericordia.
La misericordia y la verdad se encontraron,
la justicia y la paz se besaron,
la fidelidad brotó en la tierra
y la justicia vino del cielo.
R. Muéstranos, Señor, tu misericordia.
Cuando el Señor nos muestre su bondad,
nuestra tierra producirá su fruto.
La justicia le abrirá camino al Señor
e irá siguiendo sus pisadas.
R. Muéstranos, Señor, tu misericordia.
Ø La promesa de la paz para
los que se convierten, y esto es ciertamente una realidad quien se acerca más
al Señor descubre poco a poco esta paz llena de gozo y de energía que da la
proximidad a Dios.
Ø Parecería que el salmista
quiere decirnos que amor y justicia son realidades semejantes y que la verdad y
la paz lo son también.
EVANGELIO Mt 14,22-33
v Jesús pide a sus
discípulos que vayan a la otra orilla y allí le esperen. ¿Cómo pensaba él
llegar a la otra orilla?
v Despide a las personas
que habían ido para ser curados y a los que alimentó, y ahora ya solo se
entrega en la soledad del monte a orar con su Padre. Esto es por lo que había venido, pero la
compasión no le permitió desatender a tantas personas necesitadas y enfermas que lo
estaban esperando.
v Mientras él está en
oración en la soledad y silencio de la noche, los discípulos están en medio del
mar y su barca está en peligro a causa del
viento fuerte.
v Y esto sigue siendo
realidad ahora, sus discípulos nos encontramos inmersos en el mar de nuestra
vida, de nuestra sociedad, de nuestro mundo y las adversidades y peligros nos
amenazan muchas veces.
v Y Jesús va hacia ellos
caminando sobre el mar.
v Los discípulos, como
nosotros, andan asustados cuando las cosas no son como siempre, asustados ante
lo que desconocen, ante lo que no tienen ni una explicación ni una respuesta,
en una palabra ante lo que va más allá de nuestra capacidad de entender.
v Se creen que es un
fantasma, esto mismo les volverá a suceder el día de la resurrección.
v Y Jesús en ambas
ocasiones los tranquiliza identificándose, soy yo, no teman.
v Pedro, impetuoso como
siempre, hombre práctico e inclinado a lo que es concreto y palpable, le pide
de poder caminar sobre las aguas como él y así poder estar seguro de que es el
Señor y no un fantasma.
v Cuantas veces, nosotros
hoy, discípulos del siglo XXI actuamos igual, Señor si esto es de ti, dame una
señal.
v Y Pedro se lanza al
mar guiado por su corazón impetuoso,
¡oh! maravilla puede caminar como si el agua fuese tierra firme; pero viene la duda, se da cuenta de que
camina sobre agua y se olvida de que Jesús es quien le ha dicho “ven”… y
empieza a hundirse.
v ¡Hombre de poca fe!, sí
eso mismo puede decir de nosotros, ¡mujeres, hombres de poca o ninguna fe en mi! Yo he vencido al mundo, ¿por qué temen? Soy
yo,
v Soy yo cuando estás
envuelto en tinieblas y no sabes por donde seguir, cuando te sientes sólo,
cuando crees que nadie te escucha, cuando estás enfermo, cuando estás
cansado….. sí yo estoy contigo en todo esto aunque no me sientas, ni percibas
mi presencia. Ten ánimo, soy yo.
v Al llegar Jesús a la
barca los vientos se calman, y aquellos hombres se sobrecogen, se asustan, y
seguramente se avergüenza de haber temido y le gritan ¡Verdaderamente, tú eres
el hijo de Dios!
SEGUNDA LECTURA Rom 9,1-5
Pablo
confiesa sencillamente a la comunidad de Roma que está sufriendo grandemente
por su pueblo, porque su pueblo no reconoce en Jesús al Mesías esperado.
Sufre tanto que hasta
desea algo imposible, ser el mismo maldito o condenado con tal de que su pueblo
pudiese aceptar al Señor.
Reflexiona en alta voz
sobre quien es su pueblo, y enumera todo cuanto lo hace el pueblo de elección,
el pueblo de la promesa, pero ellos no creen.
Hace pensar todo esto,
nosotros bautizados somos el nuevo pueblo, pero necesitamos humildemente
lanzarnos en los brazos de nuestro Dios, de nuestro Señor Jesús y no presumir
de nuestras propias fuerzas, no abandonarnos a nuestra vanidad y soberbia. La
fe es un don, don precioso que puede marchitarse como la flor, romperse como el
cristal, perderse como se pierde lo q ue
los ladrones roban.
El Señor siempre está con
nosotros, “soy yo”, pero nosotros necesitamos estar de verdad con Él.
RINCON CLARETIANO
Ya me imagino tiene usted noticias de Madrid; el arzobispo
Claret ha estado algo indispuesto con un
fuerte resfriado; pero ya gracias al Señor, va bien. El
buen P.Curríus infatigable como siempre por las cosas de nuestra Orden, se
embarcará, Dios mediante, para Roma el próximo día de la Purificación; suplico
a usted pida eficazmente a Dios y a nuestra Purísima Madre tenga un feliz éxito
y favorable acogida nuestras pretensiones, para bien de toda nuestra santa
orden. (Venerable María
Antonia París, Fundadora de las Misioneras Claretianas, Carta de Ma. Antonia
París a D. Dionisio González Febrero 2, 1860)
Ya sabrá que acabo
de dar ejercicios espirituales a los señores y otra tanda de diez días a las señoras de la corte.
Ahora he predicado los tres días de carnaval y primero de cuaresma. Le ruego
mucho me haga encomendar a Dios, lo necesito, he pasado grandes tribulaciones,
se han calmado algún tanto pero no del
todo. Además de las penas morales y políticas he tenido también enfermedades
físicas. Bendito sea Dios que nos brinda el cáliz de la pasión de J.C. (St. Antonio Ma. Claret, fundador de las
Misioneras Claretianas. Carta a Ma. Antonia París Febrero 23, 1860).
BIBLIOGRAFÍA
CLARET, Antonio María Claret. Cartas de los Orígenes.
PAGOLA, José A. El camino abierto
por Jesús. PPC 2012
PARIS, María Antonia, Autobiografía
STOCK, Klemens. La Liturgia de la Palabra. Ciclo A (Mateo) 2007
ENCICLOPEDIA DE LA BIBLIA, cuarto volumen. Editorial Éxito 1963.
SAGRADA BIBLIA. Versión oficial de la Conferencia Episcopal Española,
Madrid 2012.
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