Sunday, November 20, 2016


PRIMER DOMINGO DE ADVIENTO - CICLO A – NOVIEMBRE 27, 2016

  • Empezamos un nuevo ciclo litúrgico y con él la lectura de un nuevo evangelio, el evangelio de Mateo.
  • Durante el ciclo A Mateo nos presentará a Jesús como el Dios-con-nosotros, Emanuel.
  • El Emanuel que está donde dos o tres se reúnen en su nombre,
  • El Emanuel que recibe como hechas a él todas nuestras acciones, las buenas y las malas.
  • El Emanuel que estará con nosotros, hasta el fin de la historia.
  • Hoy las lecturas nos hablan de la venida del Señor al final de los tiempos para la que hemos de estar preparados y esperarla porque con el Señor  viene la restauración de todo y la eliminación de todo mal.
  • Esperar al Señor con el corazón lleno de amor, lleno de ilusión esperando este encuentro que, como dice Pablo en otra parte, ni ojo vio ni oído oyó…. Ven Señor Jesús.

PRIMERA LECTURA  Is 2,1-5

ü  El profeta ve en el futuro un tiempo de paz y de bien que viene del monte santo donde se asienta Jerusalén.

ü  Jerusalén vista como la ciudad santa que en el apocalipsis se convertirá en la ciudad modelo que baja del cielo, en la esposa que se adorna para su esposo.  

ü  Los pueblos caminarán hacia esta ciudad porque en ella está la casa de Dios.

ü  Y luego el profeta da una descripción casi idílica o paradisíaca de la sociedad cuando toda sea construida y edificada mirando el modelo de la ciudad santa.

ü  Sus espadas y flechas  de instrumentos de muerte se convertirán en instrumentos de vida.

ü  las naciones serán hermanas y ninguna entrenará a sus habitantes para la guerra.

ü  Termina el texto invitando a caminar hacia la luz del Señor.

ü  Todo esto es figura de lo que pasa en cada persona humana que acepta al Señor en su vida; en cada pueblo que se decide a reconocer que Dios es Dios y decide eliminar los ídolos de la opresión.

SALMO RESPONSORIAL 122,1-2.3-4.4-5,6-7,8-9

R. (cf. 1) Vayamos con alegría al encuentro del Señor.
¡Qué alegría sentí, cuando me dijeron:
"Vayamos a la casa del Señor"!
Y hoy estamos aquí, Jerusalén,
jubilosos, delante de tus puertas.


R. Vayamos con alegría al encuentro del Señor.
A ti, Jerusalén, suben las tribus,
las tribus del Señor,
según lo que a Israel se le ha ordenado,
para alabar el nombre del Señor.


R. Vayamos con alegría al encuentro del Señor.

Digan de todo corazón: "Jerusalén,
que haya paz entre aquellos que te aman,
que haya paz dentro de tus murallas
y que reine la paz en cada casa".


R. Vayamos con alegría al encuentro del Señor.

Por el amor que tengo a mis hermanos,
voy a decir: "La paz esté contigo".
Y por la casa del Señor, mi Dios,
pediré para ti todos los bienes.
R. Vayamos con alegría al encuentro del Señor.



ü  El domingo pasado Solemnidad de Cristo Rey leímos el mismo salmo menos las dos últimas estrofas. 

ü  La ciudad santa cuya belleza externa de su construcción, de sus edificios,   cautiva la mirada y el corazón de quien la visita

ü   tiene también una belleza interna que le da la paz de que gozan sus moradores  y la justicia que se imparte a sus puertas.

ü  Termina el salmista hablando de amigos y hermanos ya no se mencionan enemigos como en otros salmos

ü  Finalmente los miembros de la raza humana llegaremos a darnos cuenta de que somos todos hermanos y hermanas, hijos e hijas de un sólo y único Dios y Padre creador de todo y de todos.



EVANGELIO Mt 24,37-44   

*      El penúltimo domingo del tiempo ordinario y del año litúrgico Jesús tranquilizaba a los suyos y los prevenía de no dejarse engañar por aquellos que les dijeran que él ya estaba aquí, esto no sucederá tan pronto.

*      Lo mismo les decía el autor de la segunda carta a los Tesalonicenses a su comunidad.

*      Sí, que el Señor nos exhorta a estar preparados para recibirle y, pone los ejemplos del diluvio, en que cada cual hacía lo suyo se entiende sin preocuparse de nada más que esto, y el diluvio los sorprendió, como nos han sorprendido siempre las tormentas, aunque algunos piensen en prepararse para protegerse de ellas.

*      También nos dice el Señor que cuando él venga todos estarán en su vida cotidiana, y los habrá que estarán trabajando, alguno estará dispuesto a recibirle y otro no.  

*      Para ayudarnos a entender y creer lo que nos está diciendo, pone el ejemplo del que tiene posesiones, si supiese cuando viene el ladrón lo esperaría para que no le saqueara la casa.

*      Cuanto más nosotros que esperamos no un ladrón sino el Señor de nuestras vidas, al que se supone debemos preferir a todo.

*      Al final de la lectura el Señor ya nos dice claramente ESTÉN PREPARADOS, porque no saben cuando vendré. 

*      Y la preparación no es dejar de hacer nuestras obligaciones, ni repetir oraciones como los paganos, ni pasarnos horas y horas arrodillados en la iglesia para "complacer" al Señor, no sea que se enoje con nosotros. No, la preparación nos la dice el mismo Mateo en el capítulo 25 de su evangelio: tuve hambre, tuve sed..... cada vez que lo hiciste para uno de mis hermanos más pequeños me lo hiciste a mi.



SEGUNDA LECTURA Rm 13,11-14

v  Pablo nos invita a la vigilancia como Jesús en el evangelio

v  Lo hace usando imágenes de la noche y del día

v  Cuando llega el día nos preparamos para la jornada

v  Cuando caemos en cuenta de que el Señor está y quiere ser parte de nuestra vida dejamos nuestras actuaciones negativas y pecaminosas y empezamos un camino nuevo de vida "arrojemos las obras de la oscuridad y pongámonos el traje que corresponde para trabajar."

v  Pablo especifica las obras de las tinieblas, el traje de noche que tenemos que desechar: borracheras, relaciones sexuales deshumanizadoras, rivalidades y celos.

v  Luego nos invita a cambiar este traje de la noche por el traje que corresponde a la luz que es Jesucristo  el Señor.

v  En nuestro bautismo nos dieron una ropa blanca y se nos invitó a ponerla, usarla y conservarla para el día en que el Señor nos llame.

v  Esta vestidura es el Señor Jesús, es la vida de la gracia, la vida de Dios que se nos ofrece para que podamos vivir como hijas e hijos suyos.  



  EXHORTACIÓN APOSTÓLICA POSTSINODAL AMORIS LAETITIA

PAPA FRANCISCO


93. Sigue la palabra jrestéuetai, que es única en toda la Biblia, derivada de jrestós (persona buena, que muestra su bondad en sus obras). Pero, por el lugar en que está, en estricto paralelismo con el verbo precedente, es un complemento suyo. Así, Pablo quiere aclarar que la «paciencia» nombrada en primer lugar no es una postura totalmente pasiva, sino que está acompañada por una actividad, por una reacción dinámica y creativa ante los demás. Indica que el amor beneficia y promueve a los demás. Por eso se traduce como «servicial».

94. En todo el texto se ve que Pablo quiere insistir en que el amor no es sólo un sentimiento, sino que se debe entender en el sentido que tiene el verbo «amar» en hebreo: es «hacer el bien». Como decía san Ignacio de Loyola, «el amor se debe poner más en las obras que en las palabras»[106]. Así puede mostrar toda su fecundidad, y nos permite experimentar la felicidad de dar, la nobleza y la grandeza de donarse sobreabundantemente, sin medir, sin reclamar pagos, por el solo gusto de dar y de servir.



BIBLIOGRAFÍA

CONFERENCIA EPISCOPAL ESPAÑOLA, Sagrada Biblia, traducción oficial. BAC 2012

PAGOLA, José A.   El camino abierto por Jesús. PPC 2012

PAPA FRANCISCO, EXHORTACIÓN APOSTÓLICA POSTSINODAL AMORIS LAETITIA

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