CUARTO DOMINGO DE CUARESMA – A - 2023
- El
cuarto domingo de Cuaresma se llama domingo de laetare, es decir domingo
de alegrarse, pues nuestro camino cuaresmal está ya en la mitad de su
recorrido, la Pascua se ve ya más
cercana. Se llama laetare porque la antífona para empezar la misa en latin
empieza así “Laetare…”
- En
este domingo los catecúmenos que se preparan para los sacramentos de
iniciación cristiana pasan su segundo escrutinio, es decir la segunda
oportunidad de entrar dentro de sus corazones y examinarse como va su
vida, su deseo de seguir al Señor.
- El
domingo pasado el tema de la liturgia fue el agua, hoy el tema es la luz.
LIBROS DE SAMUEL
Ø Los dos
libros de Samuel se encuentran entre el libro de los Jueces y los de los Reyes
Según la tradición
judía forman parte de los Profetas anteriores (Josué, Jueces, 1 y 2 Samuel, 1 y
2 Reyes). Esta clasificación corresponde a la tradición judía
Ø Según la
tradición cristiana los dos libros de Samuel forman parte de los libros
históricos (Josué,Jueces,1 y 2 Samuel, 1 y 2 Reyes 1 y 2 Crónicas, Rut, Esdras, Nehemías, Tobit,
Judit, Ester y 1 y 2 Macabeos)
Ø Los dos libros de Samuel formaban un solo libro que más tarde se agruparon con los dos de Reyes formando los cuatro volúmenes que la Biblia griega tituló “Libro de los Reinos” y en la traducción latina de la Vulgata se les llama “Libro de los Reyes
Ø Las
repeticiones, los distintos estilos literarios que encontramos juntos en estos
libros hacen pensar en una redacción no solamente de un autor, sino en distintas
redacciones a lo largo de varios siglos.
Ø Toda la
información de cada libro está organizada de acuerdo a un esquema particular
Ø Además
de mirar a la expresión literaria de estos libros, necesitamos mirar y
considerar la teología que transmiten.
Ø La preocupación
central: la cuestión de la monarquía
Ø En torno
a este tema central encontramos otros que giran alrededor del principal:
historia, iniciativas humanas, la vocación, la confrontación religiosa y algún
otro tema.
PRIMERA LECTURA: 1 Sm 16,1b,6-7,10-13a
ü El autor
o autores del libro de Samuel nos narran como David fue ungido rey de Israel.
ü En
realidad fue ungido rey, pero no ejerció su misión hasta después de la muerte
del rey Saul. En el segundo libro de Samuel c. 4 hay otra versión de cómo David
llega a ser rey de Israel.
ü Samuel
es enviado por Dios para ungir rey a un hijo de Jessé de Belén en Judá
ü Samuel
se deja llevar de las apariencias agradables de los jóvenes, pero el Señor le
va diciendo que no hasta que al pasar David le manda que lo unja.
ü Al ser
ungido el Espíritu de Dios baja sobre él.
ü Nosotros somos ungidos en nuestro bautismo y en nuestra confirmación, y somos ungidos reyes para ser reyes como Jesús, que vino a servir y no a ser servido.
SALMO
RESPONSORIAL Sal 23, 1-3a-3b-4,5,6
El Señor es mi pastor, nade me faltará.
El Señor es mi pastor, nada me falta:
en verdes praderas me hace reposar
y hacia fuentes tranquilas me conduce
para reparar mis fuerzas.
R. El Señor es mi pastor, nade me faltará.
Por ser un Dios fiel a sus promesas,
me guía por el sendero recto;
así, aunque camine por cañadas oscuras,
nada temo, porque tú estás conmigo.
Tu vara y tu cayado me dan seguridad.
R. El Señor es mi pastor, nade me faltará.
Tú mismo me preparas la mesa,
a despecho de mis adversarios;
me unges la cabeza con perfume
y llenas mi copa hasta los bordes.
R. El Señor es mi pastor, nade me faltará.
Tu bondad y tu misericordia me acompañarán
todos los días de mi vida;
y viviré en la casa del Señor
por años sin término.
R. El Señor es mi pastor, nade me faltará.
v El salmo 23 es uno de los
más hermosos salmos del salterio. Lo usamos casi siempre en las misas de
funerales, pues describe la realidad de lo que el Señor hace por cada ser
humano, seamos conscientes de ello o no.
v En la primera lectura leímos
como David fue escogido rey de Israel. También hemos visto como nosotros somos
ungidos en nuestro bautismo para ser reyes que sirven a sus hermanos y hermanas
en el camino de la vida.
v Para saber ser servidores necesitamos la presencia y el acompañamiento de Dios en nuestra vida.
SEGUNDA LECTURA: Ef 5,8-14
El autor de la carta a los Efesios nos recuerda como
hemos pasado de ser tiniebla a ser luz en Cristo por nuestro bautismo, aunque
no menciona en este fragmento el bautismo, pero si la conducta cristiana en versos anteriores.
Ahora que somos luz, se nos invita a vivir en la luz de
Cristo, porque la luz hace que hagamos obras buenas, obras de luz.
Se nos invita a dejar de lado todo cuanto ha sido y es
tiniebla, malas obras, en nuestra vida para ser luz.
Si recordamos en el evangelio de Mateo Jesús nos dice que
la luz se enciende para ponerla en lugar visible. Podemos imaginar una
población en lo alto de un monte totalmente a oscuras durante la noche. Si
alguien enciende una luz en su casa, es como invitación a hacer lo mismo,
pronto una casa tras otra encienden también una luz, pronto aquel monte oscuro
está todo iluminado y atrae a quienes pasan por el camino. Así hemos de ser
cada uno y toda la comunidad eclesial.
La lectura de hoy termina con una invitación apremiante
“Levántate tú que duermes y Cristo te dará su luz”
Sí levantémonos, emprendamos con decisión el camino
diario de la conversión a Cristo, dejemos que él nos ayude a pasar día a día de
la tiniebla a la luz.
EVANGELIO Jn 9,1-41
Como decíamos la semana pasada en
relación al evangelio de la Samaritana, este domingo Juan nos vuelve a
presentar una reflexión teológica sobre un hecho real, un ciego a quien Jesús
le devuelve la vista.
El relato lo podemos dividir
también en diferentes escenas, como se hace en las representaciones teatrales.
Primera escena
ü Yendo de camino Jesús con
sus discípulos se encuentran a un hombre ciego que pide limosna, cosa muy
corriente en aquel tiempo y también ahora.
ü Los discípulos, como
buenos Israelitas, conocen lo que dicen los que interpretan las escrituras: si
te portas bien Dios te dará su favor y todo irá bien en tu vida. Si algo va mal
es porque te portas mal. Recordemos el libro de Job, pues este evangelio de
Juan podríamos decir es como una versión reducida de la historia de Job. Si
estás tan mal es porque has pecado. Y le preguntan al Señor ¿quién ha pecado él
o sus padres?
ü La pregunta parece algo
fuera de lugar, quien puede pecar antes de nacer, pues este hombre nació ciego.
ü Jesús les dice que nadie
ha pecado, que en este hombre se manifestará la gloria de Dios que puede sacar
de las tinieblas a la luz, que puede devolver la vista corporal pero sobre todo
espiritual.
ü Jesús hace barro con su
saliva y envía el hombre a la piscina de Siloé, enviado, para que se lave los
ojos.
ü Jesús quiere devolver la
vista a este hombre, pero este hombre va a tener que colaborar. Lo mismo pasa
en nuestra vida, el Señor quiere convertirnos a Él, pero nos pide nuestra
colaboración con nuestras obras buenas o de luz.
ü El hombre regresa pudiendo ver
Segunda escena
ü Los vecinos del que había
sido ciego estaban divididos en cuanto a la identidad de este hombre que ahora
veía, unos decían que era el mismo, otros que se le parecía.
ü El repetía una y otra
vez, “soy yo”
ü Entonces ¿cómo es que
ves? El les decía el hombre llamado Jesús hizo barro, me lave y veo.
ü Y ¿Dónde está este
hombre? No sé.
Tercera escena
ü Lo llevan ante los
fariseos. Juan nos aclara que Jesús había hecho esta obra buena en sábado, en
sábado los fariseos habían interpretado cada vez con más cerrazón que no se
podía hacer “ningún trabajo” y hacer barro era de alguna manera trabajar.
ü Juan nos pone a
continuación un diálogo muy interesante entre los fariseos, hombres sabios y
letrados de posición social elevada y este pobre mendigo ciego que ahora veía. En
esta conversación hay una gran dosis de ironía. Podemos imaginarnos como ellos
miraban a este ignorante y la simplicidad y sentido común de este hombre
sencillo, pero que como toda persona sencilla, tiene la sabiduría propia del
ser humano salido de las manos del Creador.
ü Este hombre no puede ser
de Dios trabajando en sábado… ellos mismos estaban divididos respecto a esto.
ü ¿Qué tienes tú que decir?
Es un profeta
ü Despiden al hombre
momentáneamente y llaman a sus padres
Cuarta escena
ü Para asegurarse de que se
trata del que era ciego y no de otro preguntan a sus padres
ü ¿es éste su hijo? Sí
ü ¿cómo es que ahora ve? No
sabemos, pregúntenle a él tiene edad para responder
ü Sus padres no querían
ponerse en problemas y ser echados de la comunidad de fe por causa de lo que
Jesús había hecho a su hijo.
ü No sabemos si se quedan o
se van y presencian la segunda parte del interrogatorio de su hijo. Juan no nos
dice nada.
Quinta escena
ü De nuevo hacen entrar al
que había sido ciego y siguen preguntando
ü Da gloria a Dios, pues
nosotros sabemos que este hombre es un pecador
ü Si es pecador o no, no lo
sé, lo que sí sé es que me ha devuelto la vista
ü ¿cómo te abrió los ojos?
ü ¿por qué me preguntan de
nuevo? ¿acaso quieren hacerse discípulos suyos?
ü Tú si eres discípulo de
este hombre, nosotros somos discípulos de Moisés. A Moisés le habló Dios, pero
no sabemos de dónde viene este hombre
ü Esto es lo que es sorprendente
que ustedes no saben de dónde viene, pero me ha abierto los ojos. Sabemos que
Dios no escucha los pecadores. (Este hombre sabía bien que un milagro solo lo
hace Dios y aquellos a través de los cuales Dios quiere actuar)
ü Ante la sabiduría de este hombre pobre y sencillo, sin estatus en la sociedad religiosa, civil y política de Israel los jefes se sienten amenazados y lo expulsan de la comunidad de fe de Israel (la Sinagoga)
Sexta escena
Esta escena es el clímax de la
historia, todo este relato nos ha llevado a la revelación de Jesús a este
hombre, así como en la historia de la samaritana todo nos lleva a la revelación
de Jesús como Mesías
ü Jesús sale al encuentro
de este hombre, toda la historia de Dios con el ser humano es un constante
salir Dios a nuestro encuentro.
ü ¿Crees en el Hijo del
hombre? ¿Quién es? ¿El que habla contigo? Sí creo
ü Y Jesús como si hablara
en voz alta lo que hay en su corazón, dice que la razón de venir él a este
mundo es para que quien es ciego pueda ver y quien se cree que ve quede ciego,
es decir se de cuenta de que está ciego y pida también como el ciego poder ver.
ü Los fariseos preguntan ¿acaso
somos ciegos nosotros? No, si lo fueran no tendrían pecado porque no verían,
pero sí ven, sí saben, pero tapan la luz para no ver y tener que cambiar de
vida.
ü Pongámonos nosotros en
lugar de este hombre, leamos este evangelio poniendo nuestro nombre donde el
evangelista pone al ciego y preguntémonos si nuestra fe es como la de este
hombre o como la de los fariseos, ¿en quién creemos? Y ¿a quién seguimos?
ü Y pongámonos también en
lugar de alguno de los fariseos, ¿acaso no actuamos nosotros de forma parecida
pasando juicio sobre nuestros hermanos o hermanas de la comunidad eclesial o
civil?
ü Jesús se reveló a la Samaritana como el Mesías, aquí se revela como el Hijo del Hombre. Para aquellas gentes esto les decía que el esperado por siglos estaba ya aquí.
RINCON CLARETIANO
El Prelado,
como buen Pastor, debe conocer a sus ovejas, y también debe conocer a los
sacerdotes que ha de destinar y enviar a las parroquias, capillas, ermitas,
etc. Y así, a más de los conocimientos literarios, debe parar su atención sobre
las virtudes, y si algún sacerdote ha sido destinado, que examine bien cómo lo
ha desempeñado, porque las obras son argumentos más convincentes que las
palabras, excusas o empeños; y así siempre acertará y tendrá el placer de ver
lo acertado de la elección. (San Antonio María Claret, Fundador de las Misioneras Claretianas,
Notas de un Plan para Conservar la Hermosura de la Iglesia , “Deberes de los
curas párrocos)