DOMINGO XXVII DEL TIEMPO ORDINARIO – CICLO C-
OCTUBRE 2, 2016
El tema de la celebración de este
domingo es la fe
Ø Que habla con confianza a
su Dios para quejarse de que parece estar sordo a su súplica.
Ø Fe tan fuerte como la
fuerza necesaria para arrancar un árbol fuerte y
Ø Tan llena de novedad como
sería el plantar un árbol en el mar.
Ø Tan sencilla que descubra
la presencia incomprensible del Dios que está detrás de toda realidad.
EL PROFETA HABACUC
Ø El nombre de este profeta
es único en la Biblia, podría venir de una planta “albaca”
Ø No se sabe de él ni
origen, ni familia, ni lugar
Ø Y los tres capítulos que
forman el libro son difíciles de entender
Ø El contenido es una
proclamación recibida en el transcurso de una visión
Ø El profeta está
preocupado y sufre por la realidad social y le pide a Dios le explique
Ø El tiempo de su
composición entre el 606 a.C y el exilio
de Babilonia 587 a.C)
Ø El mensaje parece ser:
hay que dejar la forma tradicional de entender el premio y castigo, es decir la
retribución de Dios. Hay que entender de otra forma la actuación de Dios en la
historia humana.
PRIMERA LECTURA Habacuc 1,2-3;2,2-4
ü
El profeta se queja porque
pide ayuda al Señor y parece que el Señor no escuche
ü
¿Por qué tengo que ver
violencia y destrucción?
ü
La respuesta de Dios es
decirle al profeta que escriba la visión
ü
“Si tarda, espérala, porque
ciertamente vendrá, sin falta”
ü
La lectura termina diciendo
“el justo vivirá por su fe”
ü
Esta lectura la tenemos uno
de los días de adviento en la liturgia de las horas.
ü
Llena el corazón de
esperanza y de fuego de amor, saber que ciertamente vendrá.
ü
Y es cierto el Señor ha
venido y sigue viniendo a nuestra vida, a veces como el profeta nos quejamos
porque no nos damos cuenta de que ya está en nuestra vida.
Salmo 94, 1-2.
6-7. 8-9
R.
Señor, que no seamos sordos a tu voz.
Vengan, lancemos vivas al Señor,
aclamemos al Dios que nos salva.
Acerquémonos a él, llenos de júbilo,
y démosle gracias.
R. Señor, que no seamos sordos a tu voz.
Vengan, y puestos de rodillas,
adoremos y bendigamos al Señor, que nos hizo,
pues él es nuestro Dios y nosotros, su pueblo;
él es nuestro pastor y nosotros, sus ovejas.
R. Señor, que no seamos sordos a tu voz.
Hagámosle caso al Señor, que nos dice:
"No endurezcan su corazón,
como el día de la rebelión en el desierto,
cuando sus padres dudaron de mí,
aunque habían visto mis obras".
R. Señor, que no seamos sordos a tu voz.
Vengan, lancemos vivas al Señor,
aclamemos al Dios que nos salva.
Acerquémonos a él, llenos de júbilo,
y démosle gracias.
R. Señor, que no seamos sordos a tu voz.
Vengan, y puestos de rodillas,
adoremos y bendigamos al Señor, que nos hizo,
pues él es nuestro Dios y nosotros, su pueblo;
él es nuestro pastor y nosotros, sus ovejas.
R. Señor, que no seamos sordos a tu voz.
Hagámosle caso al Señor, que nos dice:
"No endurezcan su corazón,
como el día de la rebelión en el desierto,
cuando sus padres dudaron de mí,
aunque habían visto mis obras".
R. Señor, que no seamos sordos a tu voz.
v El salmista nos invita
o
a la alabanza a Dios,
o
a la adoración de Dios
o
a escucharle
EVANGELIO Lc 17,5-10
Ø Esta lectura tiene como dos partes
Ø La primera en que los
apóstoles le piden a Jesús que les aumente la fe
Ø Tal vez ellos al escuchar
lo que Jesús les hablaba y la misión que les iba a confiar se dieron cuenta que
su fe tradicional, todavía infantil, no les iba a ayudar.
Ø Y por eso esa petición,
que a veces nosotros también hacemos
Ø No es que no tengamos fe,
sino que esta fe es todavía la del catecismo de cuando éramos niños, o la fe de
la abuelita pero que todavía no he hecho mía, y por eso no me ayuda.
Ø Y Jesús les da una
respuesta que nos sorprende.
Ø Parece que con esta
comparación les quiere decir que necesitan:
o
una fe tan fuerte
como la fuerza que se necesita para arrancar una morera, árbol fuerte y difícil
de arrancar de raíz
o
Una fe capaz de aceptar y proponer la novedad,
como es novedoso que un árbol se siembre en el mar.
Ø Les pongo a continuación
algo que he leído en un comentario de José Antonio Pagola que me ha parecido
tan bonito y me ha hecho bien, y deseo
compartir con ustedes.
Decía el teólogo Karl Rahner, este “abandonarnos” propio
de la fe es la “máxima osadía del hombre”. Una ínfima partícula del cosmos(universo)
se atreve a relacionarse con la “totalidad incomprensible y fundante del
universo”, y lo hace, además, confiando absolutamente en su poder y su amor.
Los cristianos hemos de tomar más conciencia de la audacia que supone
atrevernos a confiar en el misterio de Dios.
El mensaje original de Jesús ha consistido precisamente
en invitar al ser humano a confiar incondicionalmente en el Misterio insondable
que está en el origen de todo. Esto es lo que resuena en su anuncio “No tengan
miedo… Confíen en Dios. Llámenlo Abbá, Padre querido. Él cuida de ustedes.
Hasta los cabellos de su cabeza están contados. Tengan fe en Dios.
SEGUNDA LECTURA 2Tm 1,6-8;13-14
ü Reaviva el don que
recibiste con la imposición de mis manos. Vuelve al primer amor.
ü Dios no nos quiere
cobardes, sino atrevidos movidos por el amor y no por el miedo.
ü No te avergüences de dar
testimonio de Jesús, tampoco te avergüences de mi, aunque esté en la cárcel.
ü Lleva la parte del duro
trabajo que te corresponde, ¿cuál es este trabajo? Es el anuncio del evangelio
de palabra y con la vida.
ü Guarda el tesoro que está
en ti y en todos nosotros, con la ayuda del Espíritu Santo. ¿Cuál es ese
tesoro? Es la fe recibida y que necesitamos hacer crecer en nosotros, con la
amistad e intimidad con Jesús en la oración en la vida.
ü EXHORTACIÓN APOSTÓLICA POSTSINODAL
LA ALEGRÍA DEL AMOR (AMORIS LAETITIA)
DEL PAPA FRANCISCO
LA ALEGRÍA DEL AMOR (AMORIS LAETITIA)
DEL PAPA FRANCISCO
Las migraciones «representan otro signo de los tiempos que hay que
afrontar y comprender con to da la carga de consecuencias sobre la vida familiar»[30]. El último Sínodo ha dado
una gran importancia a esta problemática, al expresar que «atañe, en
modalidades diversas, a poblaciones enteras en varias partes del mundo. La
Iglesia ha tenido en este ámbito un papel importante. La necesidad de mantener y
desarrollar este testimonio evangélico (cf. Mt 25,35) aparece hoy más
urgente que nunca [...] La movilidad humana, que corresponde al movimiento
histórico natural de los pueblos, puede revelarse una auténtica riqueza, tanto
para la familia que emigra como para el país que la acoge. Otra cosa es la
migración forzada de las familias como consecuencia de situaciones de guerra,
persecuciones, pobreza, injusticia, marcada por las vicisitudes de un viaje que
a menudo pone en riesgo la vida, traumatiza a las personas y desestabiliza a
las familias. El acompañamiento de los migrantes exige una pastoral específica,
dirigida tanto a las familias que emigran como a los miembros de los núcleos
familiares que permanecen en los lugares de origen. Esto se debe llevar a cabo
respetando sus culturas, la formación religiosa y humana de la que provienen,
así como la riqueza espiritual de sus ritos y tradiciones, también mediante un
cuidado pastoral específico [...] Las experiencias migratorias resultan
especialmente dramáticas y devastadoras, tanto para las familias como para las
personas, cuando tienen lugar fuera de la legalidad y son sostenidas por los
circuitos internacionales de la trata de personas. También cuando conciernen a
las mujeres o a los niños no acompañados, obligados a permanencias prolongadas
en lugares de pasaje entre un país y otro, en campos de refugiados, donde no es
posible iniciar un camino de integración. La extrema pobreza, y otras
situaciones de desintegración, inducen a veces a las familias incluso a vender
a sus propios hijos para la prostitución o el tráfico de órganos»[31]. «Las persecuciones de
los cristianos, así como las de las minorías étnicas y religiosas, en muchas
partes del mundo, especialmente en Oriente Medio, son una gran prueba: no sólo
para la Iglesia, sino también para toda la comunidad internacional. Todo
esfuerzo debe ser apoyado para facilitar la permanencia de las familias y de
las comunidades cristianas en sus países de origen. (46)
BIBLIOGRAFÍA:
PAGOLA,
José Antonio. El camino abierto por Jesús.
Lucas.
SAGRADA
BIBLIA. Versión oficial de la Conferecia Episcopal Española.
DAILY ROMAN MISSAL