TERCER
DOMINGO DE PASCUA – CICLO C – 2022
Ø
El Señor le ofrece a Pedro la oportunidad de reparar
sus tres negaciones, ahora con tres afirmaciones “tu sabes que te amo”.
Ø
El Señor nos hace también una pregunta y nos da una
encomienda: ¿me amas? Apacienta, cuida, ama… a tus hermanos y hermanas.
LIBRO DE LOS
HECHOS
·
El libro de los Hechos de los Apóstoles, es el segundo volumen de la
obra de Lucas. Esta obra tiene dos libros uno el Evangelio que nos habla de
Jesús y el otro sobre la iglesia naciente.
·
Lucas quiere que comprendamos que la salvación prometida a Israel en el
Antiguo Testamento ha sido cumplida por Jesús y bajo la guía del Espíritu Santo
se ha extendido a los gentiles también
·
Los que llevaron la buena nueva de
la salvación a los gentiles fueron los
apóstoles, los 12, que Jesús había estado preparando durante su ministerio
entre nosotros.
·
Jesús mismo los envió después de su resurrección diciéndoles “vayan por
todo el mundo…” Esta misma encomienda se nos hace a cada uno de nosotros en
nuestro bautismo.
PRIMERA
LECTURA – Hechos 5,27-32. 40-41b.
Ø
Los apóstoles están felices porque han podido sufrir
humillación por el “Nombre” es decir por Dios y en este caso por Jesús, a quien
reconocen como Dios.
Ø
Las autoridades religiosas les habían prohibido hablar
de Jesús, pero ellos, como les dicen, han llenado Jerusalén del mensaje acerca
de Jesús.
Ø
Los apóstoles no pueden callar aquello que han visto y oído;
no pueden dejar de ser fieles a la palabra de Jesús que los envió a compartir
la buena nueva con todos.
Ø
Nosotros también hemos visto, con los ojos interiores
y oídos del corazón. Nos pasa como a ellos que no podemos hacer otra cosa que
proclamar con gozo, entusiasmo, fuerza lo que ha sucedido en nosotros.
Ø
Ellos se consideran testigos de las maravillas que
Dios ha obrado en Jesús, y dicen algo muy interesante, “y el Espiritu Santo
también es testigo”.
Ø
Seamos testigos valientes y arriesgados para que el
mundo crea y se convierta a nuestro Señor, y todos podamos convertirnos de nuestros pecados y
vivir la fuerza de nuestros bautismo en un mundo renovado.
SALMO
RESPONSORIAL Sal 29
Te alabaré, Señor, eternamente. Aleluya.
Te alabaré, Señor, pues no dejaste
que se rieran de mí mis enemigos.
Tú, Señor, me salvaste de la muerte
ya a punto de morir, me reviviste.
Te
alabaré, Señor, eternamente. Aleluya.
Alaban al Señor quienes lo aman,
den gracias a su nombre,
porque su ira dura un solo instante
y su bondad, toda la vida.
El llanto nos visita por la tarde;
por la mañana, el jubilo.
Te
alabaré, Señor, eternamente. Aleluya..
Escúchame, Señor, y compadécete;
Señor, ven en mi ayuda.
Convertiste mi duelo en alegría,
te alabaré por eso eternamente.
Te
alabaré, Señor, eternamente. Aleluya.
Ø
Este salmo nos invita a cantar, alabar, dar gracias al
Señor
Ø
Porque ha cambiado mi luto en danza
Ø
Porque me ha salvado, me ha liberado de todos mis
pecados
SEGUNDA
LECTURA Rev. 5:11-14
Ø
El autor del libro de la Revelación o Apocalipsis como
también lo llamamos nos presenta una escena grandiosa y majestuosa de la
liturgia celestial
Ø
Todas las criaturas, las describe como ángeles, seres
vivientes, ancianos…
Ø
Todos cantan fuerte y repiten “Digno es el Cordero que
fue degollado de recibir la gloria y la alabanza…
Ø
A este canto se unen los seres de la tierra, del mar y
de los abismos… todo el universo
Ø
Además de cantar todos dan muestras de reverencia y de
adoración.
Ø
Qué imagen tan hermosa, y que invitación tan fuerte se
nos hace a alabar a nuestro Dios, la Santísima Trinidad, no tanto con palabras
como con nuestra vida, ojalá lleguen nuestras vidas a ser alabanza de su
gloria, para que el mundo crea.
EVANGELIO:
Jn 21:1-19
Este evangelio tiene varias escenas.
v
Pedro está con varios de sus amigos apóstoles y decide volver a su vida normal,
tal como la tenía antes de conocer a Jesús “voy a pescar”. Nosotros también.
o
No pescan nada en toda la noche, no pescan peces, pero
podemos ver en esta situación algo más que la pesca, su vida ya no puede ser
como antes
o
Quien se ha encontrado con Jesús no puede seguir
siendo igual, porque el encuentro con el Señor lo ha cambiado
o
Si intenta seguir con su vida “normal” su vida será
estéril, no dará fruto, no encontrará peces…
v
El forastero, pues ellos no habían reconocido que era
Jesús, les invitan a echar las redes de nuevo al otro lado de la barca y tienen
una pesca grandiosa.
v
Este episodio, el forastero, la pesca les recordaría,
sobre todo a Pedro cuando Jesús lo llamó por primera vez, no solo a él sino
también a su hermano y a los dos hijos e Zebedeo.
v
Cuando regresan, Jesús los está esperando con el
desayuno preparado. No lo reconocen del todo, presienten que es Él, pero no
preguntan, como siempre.
v
Pero hay uno entre ellos “el discípulo amado o el
discípulo que Jesús quería” que lo reconoce. Dicen algunos autores que este
discípulo amado puede ser dada uno de nosotros, en aquella ocasión cualquiera
de ellos, aunque siempre pensamos en Juan.
v
Este le dice a Pedro “¡es el Señor!”
v
Después de comer el desayuno Jesús tiene unas
preguntas para Pedro
o
¿me amas más que estos? A las tres preguntas sobre su
amor, Pedro responde lo mismo en las dos primeras “sí tu sabes que te amo”,
o
pero la tercera
vez se lo piensa un poco más, su experiencia de la pasión… “Señor tú lo sabes todo, tú sabes que te amo”
v
Sí el Señor sabe que le amamos, a pesar y con nuestras
debilidades, y así debiles y pobres, inseguros de nosotros mismos, de lo que
somos capaces, nos envía a apacentar, cuidar, amar con ternura y compasión.
v
Nos dice con fuerza y ternura a la vez “Sígueme”. Y su
palabra hace posible nuestro seguimiento.
v
He leído en un comentario unas preguntas que pueden
ayudarnos en la oración “¿dónde se encuentra en mi vida, el discípulo que Jesús
amaba?” ¿Quién me ayuda a ver que ‘es el Señor’?
A partir de
este domingo voy a poner fragmentos de la vida y espiritualidad de una hermana
claretiana, muy joven, falleció antes de cumplir sus 19 años de edad. Los que
la conocieron siempre vieron en ella algo especial y su causa fue introducida y
ya está bastante adelantada.
MARIA DEL
CARMEN ALBARRACÍN ( llamada TERESITA ALBARRACÍN DE SANTIAGO EL MENOR A PARTIR
DE SU NOVICIADO) nació el 1 de mayo de 1927 en Puerto Mazarrón de la Provincia
de Murcia en España.
Su padre era un
hombre muy trabajador y emprendedor de diversos proyectos de ingeniera
relacionados con las minas, honesto, compasivo, siempre dispuesto a ayudar a
quien lo necesitara, gran admirador de Jesucristo pero no de los ministros de
su Iglesia. Murió de peritonitis poco después de terminada la guerra civil
española. Su mamá mujer de gran piedad que infundió en todos sus hijos, también
compasiva y siempre ayudando a quienes estaban necesitados. De sus padres
ciertamente aprendería nuestra joven hermana. Era la sexta de nueve hermanos.
La infancia de María del Carmen, como la de todos los niños de su edad en la
España de entonces quedó marcada por la terrible experiencia de la guerra
civil, por entonces ella tenía 9 años. La muerte de su papá poco antes de sus
catorce años la afectó profundamente y todos los que la conocían por entonces
coinciden en afirmar que la muerte de su papá fue motivo de un encuentro más
profundo con el Señor. (Positio super virtutibus pp. 51-58)
Congregatio
de Causis Sanctorum, Mariae Teresiae, Positio super virtutibus.
Conferencia
de Obispos de España, Sagrada Biblia, versión oficial 2012