DOMINGO
XII DEL TIEMPO ORDINARIO – 2023
Ø Hemos
regresamos al tiempo ordinario, tiempo de la vida cotidiana sin grandes luces
ni grandes oscuridades, ordinario como dice la palabra, sencillo pero al mismo
tiempo puede ser muy profundo y favorecer en la paz un encuentro significativo
y transformante con el Señor.
PRIMERA LECTURA
- Jer 20, 10-13
Ø La primera lectura está tomada del capítulo 20 del libro de Jeremías que ha
recibido el nombre de “Confesiones de Jeremías”
Ø El profeta está sufriendo mucho tanto por parte de la
traición de sus amigos, como por el dolor que le causa que su mejor amigo
“Dios”, que lo ha llamado desde el seno materno, para que sea profeta, de
alguna manera, también lo ha engañado (seducido) o lo ha decepcionado.
Ø O por lo menos no le ha avisado de que comportaría
decirle sí a la elección y serle fiel.
Ø Todo el capítulo 20 refleja los sentimientos de dolor
y, al mismo tiempo, de confianza en el Dios a quien Jeremías ama con todo su
ser.
Ø Tal vez en los sentimientos que expresa Jeremías
podamos ver reflejados los nuestros
Ø Pero ojalá que nuestro amor hacia Dios sea nuestra
fortaleza como lo fue para Jeremías
Ø Y podamos decir con San Pablo “Sé de quien me he
fiado”.
Veamos que nos dice la primera lectura de domingo
v En el
verso 10 Jeremías
nos describe la causa de su dolor y temor
v Oye la gente y también a sus amigos hablar por bajo,
por detrás de él, con falsedad.
v Intentan hacer todo cuanto puedan para seducirlo para
“su causa”
v Pero Jeremías ha sido seducido por Dios, y el fuego
que tiene dentro no le deja abandonar al Dios del que se siente seducido,
atraído de tal forma que no puede alejarse de Él.
v En el
verso 11 Jeremías,
como que se levanta de su postración y desesperanza y nos dice cual es la causa
de su fuerza, de su seguridad
v Es que el Señor está con él, el Señor que lo ha
seducido le deja sentir su amorosa y misericordiosa presencia.
v Ya no teme
porque los que tropezarán y serán confundidos por sus mismas malas artes son
los que intentan seducirlo para el mal.
v En el
verso 12 Jeremías habla con el Señor que tanto ama
y en el que confía incondicionalmente
v Invoca a Dios como el que sabe como es el corazón de cada persona
v Pero Jeremías no ha llegado todavía a un amor
semejante al que Dios nos tiene, pues se necesitará que el mismo Hijo de Dios
venga a vivir con nosotros para que sepamos que no podemos vengarnos de nadie
ni que Dios destruya a quienes consideramos “enemigos”.
v En el
verso 13, que
es muy corto solo dos lineas, Jeremías nos invita a cantar y alabar al Señor,
que ha librado al pobre.
SALMO
RESPONSORIAL – Sal 68, 8-10. 14 y 17. 33-35
R. (14c) Escúchame, Señor. Porque eres bueno.
Por ti he sufrido oprobios
y la vergüenza cubre mi semblante.
Extraño soy y advenedizo,
aun para aquellos de mi propia sangre;
pues me devora el celo de tu casa,
el odio del que te odia, en mí recae.
R. Escúchame, Señor. Porque eres bueno.
A ti, Señor, elevo mi plegaria,
ven en mi ayuda pronto;
escúchame conforme a tu clemencia,
Dios fiel en el socorro.
Escúchame, Señor, pues eres bueno
y en tu ternura vuelve a mí tus ojos.
R. Escúchame, Señor. Porque eres bueno.
Se alegrarán, al verlo, los que sufren;
quienes buscan a Dios tendrán más ánimo,
porque el Señor jamás desoye al pobre
ni olvida al que se encuentra encadenado.
Que lo alaben por esto cielo y tierra,
el mar y cuanto en él habita.
R. Escúchame, Señor. Porque eres bueno.
Las tres estrofas de este
salmo que leeremos este domingo sigue el mismo movimiento que la primera
lectura.
La primera
o
expone lo que le pasa, se ha hecho
extraño para aquellos de su pueblo, de su raza, de su familia
o
La causa es que “le devora el celo por la casa de Dios” y
o
Por eso el odio de quienes odian a Dios cae también sobre él.
La segunda
o
Llama, invoca a Dios que venga a liberarlo
o
Pero en el salmo hay una paz y una ternura que no encontramos en las
confesiones de Jeremías, que está todavía en la lucha ante el dolor
o
Para el salmista Dios es bueno y es tierno.
La tercera
o
Termina invitando a la creación: cielo, tierra y mar
o
Porque nunca desoye, nunca se
olvida de quien es pobre, necesitado , privado de libertad
Y como música de fondo la
asamblea repite el tema de este domingo Dios es bueno y nos escucha, aunque a
veces la experiencia de nuestros sentimientos es que Dios está callado parece
no oir nuestros gritos de dolor.
EVANGELIO
Mt 10, 26-33
v vv. 26-27 Jesús dice a sus discípulos
o que no teman a los hombres, porque no hay nada oculto
que no llegue a saberse.
o Y les invita a que hablen y digan lo que él les habla incluso aquello que
podría suponerse era secreto por estar dicho al oído.
v v. 28 A quien tienen que temer es al que puede no sólo
matar sino también arrojarles al infierno.
v vv. 29-31 Jesús nos dice la razón por la que no tenemos
que tener miedo
o Nos invita a mirar a nuestro alrededor, a la
naturaleza y fijarnos en los pájaros que pasan más desapercibidos por ser más
comunes “los gorriones”
o Y sin embargo ninguno es olvidado del Padre que los
cuida
o Y ahora nos lleva a mirarnos a nosotros mismos, todos los cabellos de nuestra cabeza
están contandos….¿ Nos damos cuenta de lo que nos está diciendo?
o Pues si hasta nuestros cabellos son importantes para
nuestro Padre, y si los gorriones también lo son, ¿por qué tememos?
o Porque nosotros valemos mucho más que muchos
gorriones.
v vv.32-33 Los dos versos que siguen no he conseguido hasta
ahora poderlos entender, saber que dice Jesús, a que se refiere
o Si lo reconozco él me reconoce, pero si no lo
reconozco él tampoco
o Son palabras que el evangelista nos pone porque las
oyó a Jesús
o Pero mi dificultad es entender a qué se refiere, pues
el corazón de nuestro Dios, de Jesús su Hijo, sabemos, también por el evangelio,
que tiene una capacidad de perdón y ternura ilimitados, y lo vemos también en
el evangelio en el caso de Pedro… no conozco a este hombre… ¿Pedro me amas?
Apacienta mis ovejas, mis corderos…
o Estoy segura que algún día se hará la luz para mi
sobre estos versículos, porque creo de verdad que todas las palabras de Jesús
encierran un mensaje de amor y misericordia para todos.
CARTA
DE PABLO A LOS ROMANOS
Ø Antes
de meditar en el mensaje de hoy, tal vez nos hará bien saber algo más de la
carta a los Romanos.
Ø La
escribió probablemente en Corinto en los años 57-58.
Ø Pablo
desea ir al centro y corazón mismo del Imperio Romano, al centro del paganismo
para compartir allá su fe, pero quiere ir como una escala en su visita al
último confín del mundo conocido España.
Ø Es
una carta profunda, que recoge todos los temas centrales de la predicación de
Pablo y que podemos resumir así: La salvación por la fe en Jesucristo, muerto y
resucitado, ofrecida a todos los hombres y mujeres sin discriminación.
Ø Carta
que durante muchos años y siglos ha sido punto de controversia con nuestros
hermanos de tradición Protestante de la reforma.
Ø Tal
vez nos haga bien meditar durante esta semana en el tema principal de esta
carta que podríamos resumir más diciendo que la carta habla de “salvación
universal ofrecida a todos sin distinción.” Si hemos leído la encíclica del
Papa Fratelli tutti recordaremos que al ser todos hermanos todos hemos
sido salvados por Jesús, nuestro hermano mayor y esto nos hace doblemente
hermanos, hermanos por creación por pertenecer a la única raza humana y
hermanos por redención por la salvación ofrecida a todos sin distinción.
SEGUNDA LECTURA - Rom 5, 12-15
§ Pablo reflexiona aquí sobre la realidad del pecado
§ Que, nos dice, entró en el mundo a causa del pecado de
un solo hombre.
§ Esto me ha hecho pensar en las consecuencias de
nuestros pecados, aun los que nadie ve, pues afectan a toda la humanidad, así
como las obras buenas también nos afectan a todos: el pecado nos hace daño, el
bien nos ayuda a todos a ser mejores.
§ Compara el delito, el
pecado del primer hombre trajo para todos la muerte
causada por el pecado. Sin embargo la muerte de uno, Jesucristo, trae la
vida para todos.
§ Pablo ve a Adán como el primer hombre, como figura del
que ha de venir Jesucristo, el nuevo Adán.
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Oh Señor y Dios mío! Cuán grande es vuestra
bondad! Cuán infinita vuestra misericordia!... ¿Quién, Señor, sino vuestra
abrasada caridad sufriría tantos desprecios?... tantas indignidades?... tantas
profanaciones?... Y de quién, Redentor mío sois tan ultrajado? Ah!!! Vuestros
hijos, Dios mío los hijos predilectos de la Santa Iglesia! Los Sacerdotes del
Señor han pisado las leyes más sagradas, poniendo debajo de sus pies a nuestra
Santa Madre la Iglesia!!! Por esto no hay fe! No hay caridad en la tierra!...
Oh Jesús mío! Enviad un rayo de vuestra divina luz y alumbrad toda la tierra,
especialmente Señor mío iluminad a todos los Prelados de la Iglesia; romped,
Señor este velo de la vanidad mundana, y hacedles ver con ojos despreocupados
los deberes de su estado según Vuestra Santísima Ley.
(Venerable
María Antonia París, Fundadora de las Misioneras Claretianas, Puntos para la
Reforma de la Iglesia 32-33)
Bases de buen gobierno
El gobierno de un buen Prelado ha de tener por bases las siguientes
virtudes: 1ª La humildad, porque con esta virtud se agrada a Dios, y a
los humildes les da la gracia y el don de gobernar bien. 2ª La mansedumbre, y con ésta se
agrada a los hombres, como lo hizo Moisés y así es como se
conquistan los corazones. 3ª La paciencia, y con ella se posee su propia alma y
la de los feligreses; disimulando a veces, según aquel proverbio que dice:
“quien no sabe disimular, no sabe reinar”. 4ª Escuchando a las gentes en sus cuitas y pretensiones,
aunque sean imprudentes; si se puede consolarles se les concede lo que piden, y
si no es posible, con buen modo se les desengaña, pero nunca se les despidir
con enfado y de mal modo.
(San
Antonio María Claret, Fundador de las Misioneras Claretianas, Apuntes de un Plan para conservar la hermosura de la
Iglesia: Sobre el Buen Gobierno).