SEXTO DOMINGO DE PASCUA DE RESURRECCIÓN-CICLO C – 2016
- Las lecturas de este sexto domingo nos van preparando ya para el regreso de Jesús al Padre, es decir la nueva forma de estar entre nosotros, que no será visible, sino sacramental, siendo la Iglesia el sacramento de Cristo que se nos da a lo largo de la vida a través de los sacramentos de la Iglesia.
- Como nos dice el Concilio Vaticano II, Cristo es el sacramento del Padre y la Iglesia es el sacramento de Cristo.
- De la ascensión en adelante, nosotros los seguidores de Jesús seremos su visibilidad para nuestros hermanos y hermanas que caminan con nosotros por las rutas de la historia.PRIMERA LECTURA Hechos de los Apóstoles 15,1-2,22-29
- La Iglesia, las primeras comunidades, enfrentan su primer gran problema de cuya solución depende el que la Iglesia sea fiel al proyecto de Jesús.
- Algunos hermanos venidos de Jerusalén donde la comunidad de los seguidores de Jesús todavía están atados a las prácticas judías, no han entendido todavía que Jesús nos trajo algo nuevo, lo que la semana pasada llamábamos cielos nuevos y tierra nueva, o en palabras de Pablo “la nueva creación.”
- Estos hermanos inquietan a los de Antioquía diciéndoles que no basta el bautismo que hay que circuncidarse. Esto es lo que Dios pidió a Abraham en la alianza hecha con él y con sus descendientes.
- Pero Jesús ha venido para revelarnos plenamente el alcance de esta alianza, llamada ahora nueva alianza, en que todos los pueblos pueden entrar a formar parte de la comunidad de Jesús, dejando que él los transforme con su vida a través de la fe en Él.
- Los de Antioquía recurren a los Apóstoles, los testigos de la resurrección de Jesús, los guías y pilares de la naciente Iglesia.
- Éstos se reúnen e invocan al Espíritu Santo para que les ilumine de la verdad, de lo que el Señor quiere de ellos. Y entienden que no hay que circuncidarse, que se entra en la comunidad de los creyentes por la puerta de la fe a través del bautismo. Sólo conservan algunas condiciones (abstenerse de carne sacrificada a los ídolos, sangre, carne de animales estrangulados y de uniones matrimoniales ilícitas). Todo lo referente a las comidas se hace extraño para nosotros, pero Pablo explicará que nada está prohibido en cuanto a comidas al seguidor de Jesús, a menos que pueda ser causa de escándalo para algún hermano o hermana más débil en la fe, entonces como dice Pablo, me abstendré no porque esté mal, sino por amor a mi hermano o hermana. Lo de las uniones ilícitas sigue estando en pie pues es consecuencia de la voluntad de Dios expresada en el sexto mandamiento, y de la dignidad de las personas.SALMO RESPONSORIAL Sal 67
- El salmo 67 tiene tres estrofas separadas por un estribillo que se encuentra en los versos 4 y 6
- Todo don procede de la bondad divina y es motivo de júbilo agradecido
- Esta bendición expresada en el salmo nos lleva a la carta a los Efesios 1,3.OH DIOS, QUE TE ALABEN LOS PUEBLOS, QUE TODOS LOS PUEBLOS TE ALABEN.Que Dios tenga piedad y nos bendiga,haga brillar su rostro sobre nosotros,para que en la tierra se reconozca su dominio,y su victoria entre las naciones.Que canten de alegría las naciones,porque gobiernas a los pueblos con justiciay guías a las naciones de la tierra.¡Que los pueblos te den gracias, oh Dios,que todos los pueblos te den gracias!Que Dios nos bendiga,y lo teman todos los confines de la tierra.SEGUNDA LECTURA Ap 21,10-14; 22-23
- En lugar de detenernos hoy en el texto de la lectura, que de algún modo ya ha sido explicado en domingos anteriores, hoy nos dedicaremos a considerar 4 claves de lectura que nos ayuden a saborear este hermoso y esperanzador libro.
- Sabemos que para entender un mensaje necesitamos tener la clave, es decir, lo que llevó al autor a escribir, lo que tenía en su mente, lo que quiso transmitir.
- El autor aquí es doble: hay un autor humano que escribe en un determinado tiempo, con una determinada psicología, un momento concreto de la historia, una lengua tal vez distinta a la nuestra, una sociedad ciertamente distinta a la nuestra, y una comunidad de fe. Necesitaremos que alguien nos explique todo esto para poder saborear el mensaje.
- Pero hay un autor diríamos principal, el verdadero autor, el Espíritu Santo, y sólo podremos entender el mensaje, además de la ayuda de lo que acabo de poner en el apartado anterior, en la oración. En la oración nos ponemos a la escucha de lo que el Espíritu quiere decir a la Iglesia, y qué palabra de Jesús quiere recordarle.(Jn 14,26)
- Veamos pues estas claves de lectura, que son cuatro:
- Clave histórica. Estamos ante una “teología de la historia”. En realidad toda la Biblia se entiende como lectura de la historia a los ojos de Dios. La literatura apocalíptica abre a la esperanza: la historia tiene sentido, las fuerzas del mal no tienen la última palabra, el triunfo pertenece a Cristo, el cordero degollado y ahora vivo.
- Clave simbólica. En la literatura apocalíptica se usa el símbolo: colores, números, animales, plantas, fenómenos naturales para expresar una experiencia más profunda que va más allá de los límites de lo visible, lo controlable.Dicen que no basta con conocer intelectualmente el sentido de los símbolos, hay que dejarse envolver por su atmósfera, dejarse impresionar por su fuerza, permitir al símbolo expresar su riqueza.
- Clave crítica. Este libro desconcertante y apasionante ha sido escrito para tiempos críticos, de crisis total. No anuncia el final del mundo, sino en momentos de la historia en que parece no hay salida. Es el libro de los justos que confían a Dios su causa, el libro de todos los tiempos.
- Clave cristológica. El término griego apocalipsis significa precisamente revelación. Jesús resucitado es el cordero degollado, pero que está vivo, que está junto al trono de Dios y nos revela la voluntad de Dios y el significado de la historia al abrir el libro de los siete sellos.. Este maravilloso libro nos presenta a Jesús, Cristo resucitado y que vive para siempre, vencedor de la muerte y del pecado, contra él las fuerzas del mal no pueden nada. El es el Alfa y la Omega, principio y fin de la historia.EVANGELIO Jn 14,23-29De nuevo la liturgia de este domingo nos lleva a la conversación de Jesús con los suyos después de la cena pascual antes de su muerte. Ya la semana pasada estuvimos allá y escuchamos su mandamiento nuevo.Hoy escucharemos de nuevo lo que nos quiere decir acerca de este su mandamiento.
- Quien me ama guardará mi palabra. Esto no es difícil de traducir a nuestra vida, nosotros guardamos en el corazón las palabras dichas por nuestros seres queridos.
- A los que guardan la palabra de Jesús, el Padre los amará
- Y, ahora viene algo verdaderamente sorprendente, que va más allá de todas nuestras expectativas: Vendremos y haremos nuestra morada con él/ella. ¿Quiénes son este plural de nosotros? Por la lectura nos damos cuenta que es el Padre y Él, Jesús. En las palabras que Jesús sigue diciendo a sus discípulos en este nosotros entra también el Abogado: el Espíritu Santo.
- La palabra de Jesús no es suya es del Padre que lo ha enviado a decirnos esta palabra. No habla en plural, porque no hay más que una palabra, el Verbo creador y encarnado en Jesús de Nazaret, enviado del Padre para decirnos esta palabra que es él mismo.
- Jesús nos ha dicho lo que había venido para decirnos, ahora será el Abogado, el Espíritu quien continuará enseñándonos recordándonos todo cuanto Jesús nos ha dicho. Y nos lo recordará a lo largo de la historia, como vemos entre símbolos en el libro de la Revelación, y en manera concreta en el libro de los Hechos, recordemos la lectura de hoy.
- Jesús nos deja su paz, nos invita a no tener miedo, incluso alegrarnos de que él se va, porque esto es lo que nos conviene a nosotros. Y además tenemos que alegrarnos porque él regresa al Padre.
Estaba yo en esta ocasión con
unas apreturas que me ahogaban el alma, y sin saber cómo salir de ello; porque
el Arzobispo [Claret] quería hacer la fundación asignando dotes, y el Señor ya
me había dicho que de ninguna manera viniera en ello si no me lo mandaba por
Santa Obediencia, y que le dijera a mi Prelado, que suficiente renta había con
los 11.000 pesos que costaba la casa, y a más el dote que yo tenía, que junto
con algún otro no bajaba de unos 15.000 pesos, y que todo se ocupara en la
fábrica del convento, y que bajo esta condición y no otra bien podía admitir la
fundación y profesar; y que ésta era la Voluntad divina, y que bien bastaba
esto para cumplir las sagradas letras. En esto venía bien el Arzobispo, pero el
Provisor decía que de ninguna manera podía hacerse, y el Arzobispo en diciendo
el Provisor ya desistía. Todo era registrar libros y formar planes, y mandarme
a decir si me gustaba; y a mí nada me gustaba sino lo que me había dicho Dios,
y siempre contestaba lo mismo que ya había dicho al Arzobispo que no me
consultaren que, ¿qué entendía yo de aquellos negocios? (Y cierto que según
ellos ideaban para mí todo era confusión). Que hicieren como mejor les
pareciere, que yo en todo lo que el Prelado mandara me avendría con gusto: pero
que yo estaba bien segura de lo que Dios Nuestro Señor me había dicho y que no
permitiría su Majestad cosa contra su Voluntad; y así se hizo con la gracia de
Dios y el celo y actividad de este Siervo de Dios que no se cansaba de hablar
con unos y persuadir a otros.
Venerable
María Antonia París, Fundadora de las Misioneras Claretianas, Autobiografía 77.
¡Oh
Jesús de mi vida! Conozco, sé y me consta que las penas, dolores y trabajos son
la divisa del apostolado. Con vuestra gracia las abrazo, las visto, y digo que,
ayudándome Vos, Señor y Padre mío, estoy pronto a beber ese cáliz de penas
interiores y estoy resuelto a recibir ese bautismo de penas exteriores, y digo:
lejos de mi en gloriarme en otra cosa que en la Cruz, en que Vos estáis clavado
por mí, y yo también lo quiero estar por Vos. Así sea. San Antonio María
Claret, Fundador de las Misioneras Claretianas, Autobiografía 427.
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