DOMINGO XXVI DEL TIEMPO ORDINARIO –
CICLO A – Octubre 1 2017
§ De nuevo la
Iglesia en su liturgia presenta a nuestra consideración el tema de la justicia
de Dios.
§ La justicia de
Dios, que es la única justicia verdadera, no es como la nuestra; más bien tendríamos
que decir que nuestra justicia no es como la suya.
§ Ya nos dijo Él en
otra parte de la Escritura que sus caminos no son los nuestros.
§ A nosotros se nos
olvida y muchas veces nos quejamos y a veces
nos enfrentamos con Él porque no entendemos su justicia, tal vez es que
no entendemos el significado de la palabra misma.
§ Pero si queremos
participar de la verdadera justicia mejor será que tratemos de entender la
justicia de Dios e imitarle.
PRIMERA
LECTURA – Ez 18, 25-28
v
El Señor discute con su pueblo sobre la justicia en
las obras
v
El Pueblo dice que el obrar de Dios es injusto
v
Y Dios enfrenta a su pueblo y le pregunta ¿son mis
caminos o los suyos los que no son rectos?
v
Y les pone el ejemplo, …. si el justo decide obrar mal
es responsable de sus actos y de sus consecuencias,… si el pecador se da cuenta
de sus errores y decide obrar bien, también es responsable de sus actos y
consecuencias.
v
El el primer caso las consecuencias son de condenación
en el segundo de salvación
v
¿Por qué?
v
Las salvación lo mismo que la creación no se nos da de
una vez para siempre, pues como seres humanos sin terminar de hacer mientras
vivimos, Dios nos crea y nos salva en un proceso continuo.
v
Durante este proceso yo puedo abrir o cerrar la puerta
de mi ser a Dios
v
El único responsable de este cerrarse o abrirse soy
yo.
v
Es cierto que Dios seguirá llamando a nuestras
puertas, pero seremos nosotros los que abriremos o cerraremos.
SALMO RESPONSORIAL: Salmo
24, 4bc-5. 6-7. 8-9
R. (6a) Descúbrenos, Señor, tus
caminos.
Descúbrenos, Señor, tus caminos,
guíanos con la verdad de tu doctrina.
Tú eres nuestro Dios y salvador
y tenemos en ti nuestra esperanza.
R. Descúbrenos, Señor, tus caminos.
Acuérdate, Señor, que son eternos
tu amor y tu ternura.
Según ese amor y esa ternura,
acuérdate de nosotros.
R. Descúbrenos, Señor, tus caminos.
Porque el Señor es recto y bondadoso
indica a los pecadores el sendero,
guía por la senda recta a los humildes
y descubre a los pobres sus caminos.
R. Descúbrenos, Señor, tus caminos
Descúbrenos, Señor, tus caminos,
guíanos con la verdad de tu doctrina.
Tú eres nuestro Dios y salvador
y tenemos en ti nuestra esperanza.
R. Descúbrenos, Señor, tus caminos.
Acuérdate, Señor, que son eternos
tu amor y tu ternura.
Según ese amor y esa ternura,
acuérdate de nosotros.
R. Descúbrenos, Señor, tus caminos.
Porque el Señor es recto y bondadoso
indica a los pecadores el sendero,
guía por la senda recta a los humildes
y descubre a los pobres sus caminos.
R. Descúbrenos, Señor, tus caminos
ü De la asamblea reunida en la Eucaristía se elevará el próximo domingo
una súplica humilde y confiada”Descúbrenos, Señor, tus caminos”.
ü Esperamos en Dios que es nuestro creador y salvador, Él nos guiará por
la senda justa.
ü Sabemos que se acordará de nosotros, y así se lo pedimos.
ü Y todo esto porque el Señor es recto y bondadoso, se descubre a los
humildes.
EVANGELIO
Mt 21,28-32
Ø
Jesús se dirige a los sumos sacerdotes y ancianos del pueblo,
los máximos representantes del pueblo elegido
Ø
¿Qué les parece?
….. ve a trabajar a mi
viña… ahora mismo voy … pero el hijo mayor no fue
…… ve a trabajar a mi viña … no quiero ir …. El
hijo menor cambió de parecer y fue
….. ¿cuál de los dos hizo la voluntad de su
padre? El segundo le dijeron
Ø
Y ahora Jesús va a compartir con ellos lo que lleva
más adentro de su corazón: los pecadores de toda clase, los que despreciamos,
miramos mal porque ellos son pecadores y nosotros santos, esos se han adelantado
en el camino de Dios a quienes viven seguros y tranquilos en su “santidad y
justicia”
Ø
Y les pone un ejemplo bien reciente y que todos habían
experimentado: Juan era austero, fuerte, exigente…. Y no le creyeron ustedes,
pero sí las prostitutas….
Ø
¿nos pasa esto mismo en nuestras comunidades
cristianas? ¿cómo miramos a quien se junta a nosotros porque ha descubierto al
Señor y quiere seguirlo? ¿le hacemos fácil o se lo hacemos difícil y seguimos
desconfiando sin querer compartir nuestros ministerios con ellos?
SEGUNDA
LECTURA: Fil 2,1-11






RINCON CLARETIANO
Estaba yo muy atenta admirando lo que pasaba y me parecía iba leyendo la
Ley Santa del Señor; per
o sin ver ningún libro, ni letras, la veía escrita, y
la entendía tan bien que parecía se imprimía en mi alma; pero de un modo muy
particular el libro de los Santos Evangelios, que hasta entonces yo nunca había
leído ni tampoco la Sagrada Escritura, y después que por la gracia de Dios he
leído alguna cosa, lo he visto escrito a la letra como entonces me lo enseñó
Nuestro Señor desde el Árbol Santo de la Cruz, que de su santísima boca me
parecía salían las palabras que yo entendí. Venerable
María Antonia París, Fundadora de las RR.de María Inmaculada Misioneras
Claretianas. Autobiografía 5
La Divina
Providencia siempre ha velado sobre mí de un modo particular, como se verá en
éste y en otros casos que referiré. Mi madre siempre crió por sí misma a sus
hijos, pero a mí no fue posible por falta de salud; me dio a una ama de leche
en la misma población, en donde permanecía día y noche. El dueño de la casa
hizo una excavación demasiado profunda para formar una bodega más espaciosa;
pero una noche en que yo no estaba en la casa, resentidos los cimientos por
motivo de la excavación se hincaron las paredes y se hundió la casa, quedando
muertos y sepultados en las ruinas el ama de leche, que era la dueña de la
casa, y cuatro hijos que tenía; y si yo me hubiese hallado en la casa por
aquella noche, habría seguido la suerte de los demás. ¡Bendita sea
laProvidencia de Dios! Y ¡cuántas gracias debo dar a María Santísima, que desde
niño me preservó de la muerte, como después me ha librado de otros apuros! ¡Oh
cuán ingrato soy!...San Antonio María Claret, Fundador de las Religiosas de
María Inmaculada Misioneras Claretianas. Autobiografía 7.