ü La
primera lectura y el evangelio de hoy nos hablan de confiar en Dios.
ü Ambos
autores sagrados eligen unas imágenes de una ternura y belleza incomparables.
ü Después
de escuchar durante dos domingos consecutivos las exigencias de la Ley, ahora
Jesús os habla de dejarnos en las manos del Padre que no sólo hace llover y
salir el sol sobre buenos y malos sino que cuida de todas sus criaturas incluso
de las flores y de los pájaros.
PRIMERA LECTURA Is 49,14-15
v Isaías
nos presenta a Sion, la ciudad santa, de manera personificada lamentándose de
que “su Señor” se ha olvidado de ella, la ha abandonado.
v Y el
Señor le responde con una imagen tan tierna que no deja lugar a dudas del amor
tierno de su Señor, de su Dios.
v La
ternura de la madre es lo que todos tenemos por seguro en nuestros primeros
días, meses y años de vida.
v Sus
brazos dan seguridad y paz al bebé, le aseguran de que no está sólo o sola ni abandonado.
v Pues
así, dice el autor sagrado, que es el amor de Dios para con nosotros.
v Y añade
algo más para darnos completa paz y seguridad y conquistar nuestro amor: Aunque
una madre pudiese olvidad y abandonar el bebé concebido en sus entrañas Yo nunca te olvidaré
v Nosotros
necesitamos oír estas palabras, pero sobre todo creerlas y dejarnos en brazos
de nuestro Dios como un niño en brazos de su madre.
v Dios es
presentado en diferentes partes de la Escritura bajo las imágenes de padre pero
también de madre. De él recibimos los humanos, padres y madres, la capacidad de tener amor y ternura.
SALMO RESPONSORIAL Sal 62, 2-3. 6-7. 8-9
Sólo en Dios descansa mi alma,
de él me viene la salvación.
Sólo él es mi Roca salvadora;
él es mi baluarte: nunca
vacilaré.
Sólo en Dios descansa mi alma,
de él me viene la esperanza.
Sólo él es mi Roca salvadora,
él es mi baluarte: nunca
vacilaré.
Mi salvación y mi gloria
están en Dios:él es mi Roca
firme,
en Dios está mi refugio.
Confíen en Dios constantemente,
ustedes, que son su pueblo,
desahoguen en él su corazón,
porque Dios es nuestro refugio
Este salmo sigue con la misma tónica que la primera
lectura y que el evangelio que veremos a continuación
Dios es esperanza, salvación, refugio, roca salvadora
Hay una invitación a confiar, a desahogar el corazón
Todos necesitamos desahogar nuestro corazón en alguien,
el autor sagrado nos dice que podemos hacerlo siempre con Dios pues él es nuestro refugio.
EVANGELIO, Mt 6,24-34
Ø En nuestra lectura
continuada del evangelio de Mateo, llegamos a una de las más hermosas páginas
de la Escritura.
Ø En la primera Isaías nos
invitaba a confiar con la imagen tierna de la madre
Ø Mateo nos toma de la mano
y nos lleva a mirar la creación que nos rodea con toda su belleza, y nos ayuda
a caer en cuenta de lo que Dios está haciendo y que tal vez nosotros damos por
supuesto.
Ø En los dos domingos
pasados Mateo nos presentaba cómo Jesús enseña y descubre la verdad profunda y
exigente de la Ley.
Ø Empieza hoy diciéndonos
que no podemos servir a dos señores a Dios y al dinero. Podríamos decir a Dios
con mayúscula y a dios con minúscula es decir un ídolo, un dios falso.
Ø Sigue luego una
invitación a no preocuparnos y confiar
o
Nos invita a mirar nuestra vida con todas sus
necesidades, menciona las más básicas y luego nos pregunta qué es más
importante la vida o la comida o la ropa
con que nos cubrimos
o
Las aves no siembran no recogen ni guardan para después,
sin embargo el Padre las alimenta
o
Las flores del campo, no las flores que destacan y que
ponemos para adornar nuestras mesas, casas, iglesias, banquetes…. no, sino las
que pisamos, no miramos y no son objeto de venta.
o
Jesús nos invita a mirarlas a ver qué hermosas son y que
no tejen ni hilan pero se visten mejor que Salomón, el Padre las viste
o
Si Dios alimenta los pájaros y viste las flores ¿no hará
mucho más con nosotros?
o
Y Jesús nos pregunta esto y nos dice “hombres/mujeres de
poca fe?
o
No te angusties por el mañana cuando venga vendrá con sus
propias dificultades y también con la presencia de Dios en nuestra vida.
Ø Esta lectura no es una
invitación a no hacer nada, sino a confiar
Ø El trabajo no es
solamente para proveer a nuestras necesidades, el trabajo es un derecho del ser
humano llamado a ser co-creador con su Dios.
Ø En el trabajo estamos
llamados a desarrollar este don recibido, ser co-creadores, transformar la
creación que Dios inició y continúa ahora con nuestra colaboración.
Ø Por lo tanto esta lectura
es una invitación a trabajar, a proveer, a hacer todo cuanto necesitamos hacer,
pero sabiendo que hay un Padre que nos cuida con ternura de madre.
Ø Otro tema que seguramente
veremos en algún otro domingo, es el pecado de quienes convierten al ser humano
de co-creador en instrumento de producción, privándole de su dignidad recibida
de Dios. La dignidad de ser imagen del creador y por lo tanto con la capacidad
de transformar la creación y no de ser usado como un objeto.
SEGUNDA LECTURA 2Co 3,1b-6
ü Pablo les dice a los
corintios que ellos son su carta de recomendación
ü Las cartas de
recomendación se piden para emplear a alguien para asegurarse de que puede
hacer el trabajo, de que es persona honesta….
ü Los Corintios con su vida
y su manera de vivir la fe en Cristo son una carta de recomendación no escrita
sino viva.
ü Qué hermoso si pueden
decir esto de nosotros, nuestra vida da testimonio a favor de quienes nos
transmitieron la fe.
ü Carta escrita no con
tinta sino por el Espíritu del Dios vivo.
ü Pablo no se considera
cualificado para recibir crédito de lo que hace como si viniese de sus propias
fuerzas
ü Sus credenciales vienen
de Dios que lo ha cualificado para ser ministro de la nueva alianza.
ü No de la letra de la
nueva alianza, diríamos la ley, sino del espíritu de la ley.
Después de algunos meses de haber escrito la
carta que dejo referida al Excelentísimo Señor Claret, se dignó este
Excelentísimo Señor contestar a dicha carta diciendo que ya podíamos ir que
seríamos muy bien recibidas; que aunque por de pronto él no podía fundarnos
monasterio, pero que trabajando podríamos comer; y que él nos prometía toda su
protección, cierto de que cuanto hiciéramos sería del agrado de Dios.Y así que
nos embarcáramos lo más pronto, creo decía en octubre del mismo año, con la
«Teresa Cubana», que el capitán era de toda su confianza y nos llevaría con
mucho recaudo. Esta carta la recibí yo como un llamamiento expreso de Dios,
porque como Su Divina Majestad me había asegurado que este Santo Varón me daría
la mano para fundar la primera casa de la Orden, así no dudé un punto era este
Nuevo Mundo, el punto en donde tenía determinado Dios Nuestro Señor dar
principio a su Obra. Y por más dificultades que presentaba un viaje tan
espantoso para una mujer nada me arredró, fiada siempre con la gracia de Dios
que todo lo puede, y todo está sujeto a su poder infinito, tanto el mar como la
tierra. Esta carta calmó las zozobras con que me había martirizado todo el infierno, desde que salí
de mi estimada clausura hasta entonces, porque como tardó tanto este buen
Siervo de Dios en contestar, pensaba: ¿Quién sabe si Dios habrá permitido que
se haya errado este paso en castigo de mis pecados? Así que disipadas todas las
dudas y certificada de la Divina Voluntad, ya no pensé más que en idear para el
largo viaje. Venerable María Antonia París, Fundadora de las
Misioneras Claretianas, Autobiografía 126-27.
A primeros de mayo
de 1849 salí de aquellas Islas. El Sr. Obispo me quiso dar un sombrero nuevo y
un capote nuevo, pero yo no quise; sólo me llevé cinco rasgones que me hicieron
en mi capote viejo la mucha gente que siempre se me echaba encima cuando iba de
una población a otra. En aquellas Islas estuve quince meses. Todos los días
trabajé, ayudado de la gracia del Señor. No tenía apetito ninguno, y pasé
algunos trabajos, aunque alegremente, por conocer que ésta era la voluntad del
Señor y de María Santísima, y además por la conversión y salvación de tantas
almas.
¡Oh Dios mío, que bueno sois! De qué medios
tan impensados os valéis Vos para la conversión de los pecadores. Los mundanos
me querían comprometer en Cataluña, y Vos os valéis de esto mismo y me lleváis
a Canarias y así me libráis a mí de las prisiones y me lleváis a aquellas Islas
para que os apaciente aquellas vuestras ovejitas de vuestro Padre celestial,
por quienes habéis tan gustosamente dado la vida para que vivan en la vida de
la gracia. Bendita sea vuestra caridad. Bendita sea vuestra grande Providencia
que siempre habéis tenido sobre mí. Yo ahora y siempre cantaré vuestras eternas
misericordias. Amén. San Antonio María
Claret, Fundador de las Misioneras Claretianas, Autobiografía 486-87
BIBLIOGRAFÍA
CLARET, Antonio
María Claret, Autobiografía.
PARIS, María
Antonia, Autobiografía
LA BIBLIA, traducción tomada de la página web del Vaticano.
LA BIBLIA, traducción tomada de la página web del Vaticano.