XXX DOMINGO DE TIEMPO ORDINARIO – CICLO C – 2016
v Seguimos
mediando en el tema de la oración que
hemos visto en los dos domingos anteriores.
v Hoy
vamos a meditar sobre la necesidad de pedir perdón de reconocernos pecadores.
v La
petición de perdón, porque nos sabemos
pecadores, es requisito para empezar nuestra celebración Eucarística y también
nuestra oración pesonal.
LIBRO
DEL SIRÁCIDE
v Este libro se ha llamado también
Eclesiástico, ha sido muy usado en las celebraciones litúrgicas de la Iglesia.
v Es el único libro del Antiguo
Testamento del que sabemos su autor, lugar, lengua, tiempo en que fue escrito y
fue traducido, pues todo esto se encuentra en el libro mismo.
v Fue escrito alrededor del 132 antes de
Cristo, tiempo en que Israel estaba dominado por la cultura helenista que había
causado una pérdida considerable de la tradición y de la fe de Israel en las
nuevas generaciones.
v Cultura helenista quiere decir lo mismo
que griega.
v El autor desea ayudar a sus hermanos
judíos a recobrar el sentido de su fe y lo mismo a las nuevas generaciones.
v El libro pertenece al grupo de los
Libros Sapienciales y en cuanto a su aceptación como libro revelado la Iglesia
católica así lo reconoce, en cambio los hermanos cristianos de otras
tradiciones así como los judíos no lo reconocen como libro revelado, por lo cual se le considera
"deuterocanónico," es decir perteneciente a la segunda lista de
libros reconocidos como revelados (deutero = segunda u otra, canónico viene de
canon=lista) . Los libros del Antiguo Testamento aceptados como revelados por
todos los cristianos y los judíos se llaman "canónicos".
PRIMERA
LECTURA Sir 35,12-14. 16-18
Ø El Señor, nuestro Dios, no es parcial, no tiene preferencias
nos trata a todos por igual
Ø Si tiene alguna preferencia que ha
demostrado a lo largo de nuestra historia ha sido hacia el más pequeño, es decir el más vulnerable, el más pobre, el
abandonado.
Ø Y por eso Dios no está sordo al
o
Llanto del huérfano
o
Ni cuando la viuda derrama sus quejas
Ø Y añade el autor del libro:
o
Dios escucha al que le sirve
o
Su oración llega hasta el cielo
Ø La oración del pequeño
o
Atraviesa el cielo
o
No descansa hasta su finalidad
o
Ni se retirará hasta que el Altísimo Juez responda
o
Y juzgue justamente
Ø Y termina diciendo “El Señor no se retrasará”
Ø Y ¿qué pasa cuando nosotros
experimentamos que no se da prisa en responder?
Ø Sólo Él puede darnos a cada cual la
respuesta adecuada para nosotros, para nuestra vida.
Ø Conversemos íntimamente con Él en
nuestro tiempos de oración silenciosa y amorosa.
SALMO RESPONSORIAL Ps 34:2-3, 17-18, 19, 23
Salmo 33, 2-3. 17-18. 19
y 23
R.
(7a) El
Señor no está lejos de sus fieles.
Bendeciré al Señor a todas horas,
no cesará mi boca de alabarlo.
Yo me siento orgulloso del Señor,
que se alegre su pueblo al escucharlo.
R. El Señor no está lejos de sus fieles.
En contra del malvado está el Señor,
para borrar de la tierra su recuerdo.
Escucha, en cambio, al hombre justo
y lo libra de todas sus congojas.
R. El Señor no está lejos de sus fieles.
El Señor no está lejos de sus fieles
y levanta a las almas abatidas.
Salve el Señor la vida de sus siervos.
No morirán quienes en él esperan.
R. El Señor no está lejos de sus fieles
Bendeciré al Señor a todas horas,
no cesará mi boca de alabarlo.
Yo me siento orgulloso del Señor,
que se alegre su pueblo al escucharlo.
R. El Señor no está lejos de sus fieles.
En contra del malvado está el Señor,
para borrar de la tierra su recuerdo.
Escucha, en cambio, al hombre justo
y lo libra de todas sus congojas.
R. El Señor no está lejos de sus fieles.
El Señor no está lejos de sus fieles
y levanta a las almas abatidas.
Salve el Señor la vida de sus siervos.
No morirán quienes en él esperan.
R. El Señor no está lejos de sus fieles
·
Después de
escuchar la primera lectura, toda la asamblea repetirá cantando: El Señor no
está lejos de sus fieles”, en cambio en la Misa celebrada en inglés repetiremos
“El Señor escucha el grito del pobre.”
·
Ciertamente
el Señor no está lejos, está tan cerca que escucha el grito del pobre, del que
sufre cualquiera de las muchas pobrezas que existen en nuestro mundo.
·
Al leer
esto me viene a la mente lo que dice Dios a Moisés en el Éxodo: He visto, he
escuchado… su dolor….. vengo a liberarlos, a sacarlos de esta situación.
·
Dios es
siempre el mismo, si así hizo con aquel pueblo de esclavos, lo mismo ha seguido
haciendo a lo largo de la historia, y esto es la seguridad que tenemos que
cualquiera que sea nuestra situación de opresión , dolor y humillación, Él
vendrá a liberarnos en el momento oportuno, sin tardanza.
EVANGELIO
LUCAS 18,9-14
El domingo pasado leímos los primeros versículos de este
capítulo del evangelio de Lucas



Como todas las parábolas de Jesús, la de hoy es corta, va
al punto del mensaje y trastorna nuestra forma de ver la realidad que nos
rodea, las personas que conocemos.
Dos hombres van al templo a orar, ¿qué pasa en esta
oración que cada cual hace?
Jesús como verdadero artista, con dos pinceladas nos
pinta un cuadro que vale más que cientos de palabras y de reflexiones
teológicas

Uno de los hombres, es un fariseo, es decir el grupo más
perfecto y más observante de la Ley, para todos los que lo ven es un modelo de
comportamiento.
le cuenta a Dios
lo bueno que él es, como no se parece a ninguno de estos maleantes, como por
ejemplo ese otro que está también delante de Dios, como él.
Le hace a Dios una lista de sus buenas obras, por si
acaso Dios no se ha dado cuenta.

La otra parte del cuadro nos describe al otro hombre, que
es un publicano, lo peor de la sociedad, pues se enriquece con el dinero de los
demás y sobre todo que recoge dinero para el poder opresor "Roma"
Este hombre no tiene nada que presentarle a Dios,
solamente su miseria, que él reconoce y por lo tanto su oración es una petición
de perdón, petición de ser purificado de su pecado, de ser aceptado a pesar de
no tener nada que ofrecer, solo su miseria.
Con gran sorpresa de nuestra parte y de las gentes del
tiempo de Jesús, Él nos dice que de los dos el que regresó a casa justificado,
es decir con sus pecados perdonados, hecho nuevo, fue el publicano no el
fariseo. ¿Por qué será?
Seguramente porque uno habló de verdad con Dios, se
presentó ante Dios tal como era, aceptando su miseria, y Dios tiene una
debilidad especial hacia todo cuanto es pequeño, pobre y necesitado. Su amor no
puede resistir al grito del pobre que clama.
En cambio el fariseo no hablaba con Dios, hablaba consigo
mismo, estaba totalmente engreído, endiosado de si mismo, naturalmente lo que
hizo no fue oración y no alcanzó la purificación de sus pecados, más bien sumó
otro a los que llevaba al entrar en el templo.
Esta parábola tan bonita y sencilla, tiene que
cuestionarnos, nosotros también necesitamos preguntarnos si nuestra oración,
nuestra conversación nace del amor a nuestro Padre Dios, o nace del amor
equivocado a nosotros mismos.
Es preciso que nos preguntemos ¿cómo me veo ante Dios y
ante mi mismo?
Nuestra felicidad está en la verdad y en la aceptación de
quien somos de verdad, bienaventurados nosotros si nos reconocemos pobres e
indigentes ante nuestro Padre, pues él se inclinará y nos levantará, como hace
un padre con su hijo o hija cuando cae.
SEGUNDA
LECTURA 2 Tm 4,6-8.16-18
§ Este fragmento de la carta a Timoteo
tiene dos partes. En la primera Pablo hace un recuento de su vida, la mira como
quien ha llegado o estar por llegar a la
meta. Como el atleta que está a punto de cruzar la línea que marca su
llegada.
§ En la segunda habla con dolor, como con
queja, de su juicio en que no se queja del juicio sino de la soledad en que lo
dejaron todos.
o
Pide que el Señor no se lo tenga
en cuenta, como hizo Jesús en la cruz “Padre perdónalos….” O el diácono Esteban “Señor no les tengas en cuenta este pecado….”.
o
Luego como hablando consigo mismo se da cuenta que el Señor es quien ha estado con él siempre, que le ha dado la
fuerza para anunciarlo a los gentiles.
o
El Señor es quien lo
protege y lo protegerá hasta llevarlo a su reino.
§ Termina este fragmento diciendo “A Él
la gloria por siempre. Amen”.
EXHORTACIÓN
APOSTÓLICA POSTSINODAL
LA ALEGRÍA DEL AMOR (AMORIS LAETITIA)
DEL PAPA FRANCISCO
LA ALEGRÍA DEL AMOR (AMORIS LAETITIA)
DEL PAPA FRANCISCO
La unión
sexual, vivida de modo humano y santificada por el sacramento, es a su vez
camino de crecimiento en la vida de la gracia para los esposos. Es el «misterio
nupcial» . El valor de la unión de los cuerpos está expresado en las
palabras del consentimiento, donde se aceptaron y se entregaron el uno al otro
para compartir toda la vida. Esas palabras otorgan un significado a la
sexualidad y la liberan de cualquier ambigüedad. Pero, en realidad, toda la
vida en común de los esposos, toda la red de relaciones que tejerán entre sí,
con sus hijos y con el mundo, estará impregnada y fortalecida por la gracia del
sacramento que brota del misterio de la Encarnación y de la Pascua, donde Dios expresó
todo su amor por la humanidad y se unió íntimamente a ella. Nunca estarán solos
con sus propias fuerzas para enfrentar los desafíos que se presenten. Ellos
están llamados a responder al don de Dios con su empeño, su creatividad, su
resistencia y su lucha cotidiana, pero siempre podrán invocar al Espíritu Santo
que ha consagrado su unión, para que la gracia recibida se manifieste
nuevamente en cada nueva situación. (74)
BIBLIOGRAFÍA
PAGOLA, José A. Following in the Footsteps of Jesus.
Meditations on the Gospels for Year C.
RAVASI, Gianfranco, Según las Escrituras, Año C.
The
Catholic Study Bible -New American Bible.
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