TERCER DOMINGO DE ADVIENTO - CICLO A - DICIEMBRE 11,
2016
Hemos llegado ya a la mitad del
Adviento, al Domingo en que se nos
invita al regocijarnos porque el Señor está muy cerca.
PRIMERA LECTURA - Is 35,1-6a, 10
v De nuevo escuchamos en la
primera lectura al profeta Isaías con un mensaje de esperanza y alegría.
v En este texto hay como
tres partes y en todas ellas recibimos la misma invitación a regocijarnos.
v Los versos 1 y 2 nos dan
una descripción de como la naturaleza manifestará esta alegría de que habla el
profeta, florecerá, su belleza será como la del Carmelo, verán la belleza de
nuestro Dios.
v Los dos versos siguientes
3 y 4 son una invitación a cuantos se sienten pequeños, oprimidos, cobardes
ante el dolor, los que tienen miedo, los que dudan de recobrar las fuerzas,
porque Dios mismo viene para liberarlos.
v En los versos 5 y 6a se
describe lo que pasará a todos estos que hemos mencionado antes, cuando sea
realidad la presencia de nuestro Dios: los ojos ciegos verán, los oídos
cerrados se abrirán, la lengua que no sabe hablar, cantará
v El verso 10 es como el
final de las obras de teatro en que todos los personajes salen juntos, aquí el
profeta Isaías nos repite el tema de la alegría, ahora es una alegría
desbordante, regresan los rescatados con cantos, danzas, y termina anunciando
que cuando lo que ha anunciado de la presencia de Dios mismo rescatando su
pueblo sea una realidad, el dolor y la aflicción ya no existirán más.
v En el evangelio se nos
anunciará que esta presencia de Dios entre nosotros es Jesús.
v Cada uno de nosotros
puede entrar en su corazón y recordar con gozo el momento en que nuestra vida
cambió y entró en ella el gozo y la paz al abrirnos al encuentro del Señor y a
dejarle ser parte de nuestra historia personal.
SALMO RESPONSORIAL: Salmo 146
SEÑOR, VEN A SALVARNOS
El Señor mantiene su fidelidad para siempre,
hace justicia a los oprimidos
y da pan a los hambrientos.
SEÑOR, VEN A SALVARNOS
El Señor libera a los cautivos,
abre los ojos de los ciegos
y endereza a los que están encorvados.
El Señor protege a los
extranjeros
y sustenta al huérfano y a la
viuda
SEÑOR, VEN A SALVARNOS
el Señor ama a los justos
y entorpece el camino de los
malvados.
El Señor reina eternamente,
reina tu Dios, Sión,
a lo largo de las generaciones.
¡Aleluya!
SEÑOR, VEN A SALVARNOS



EVANGELIO Mt 11,2-11
Ø De nuevo tenemos a Juan
Bautista en el evangelio de este domingo.
Ø Juan ya no está a orillas
del Jordán predicando y bautizando
Ø Ha llegado el ocaso de
este profeta de fuego, no puede moverse, pero su lengua sigue interpelando a
Herodes y a todos nosotros.
Ø En la cárcel oye hablar
de Jesús, y está confundido, no entiende, no es esto lo que el entendió que
sería cuando Dios mismo viniese entre nosotros, como hemos leído en el profeta
Isaías.
Ø Cuando Dios viniese iba a
confundir, destruir los designios y caminos de los malvados, iba a
destruir.
Ø En cambio lo que oye de
Jesús es diferente, este joven profeta come con pecadores, deja que las
prostitutas se acerquen a él, que las
mujeres enfermas lo toquen para sanarse, abraza a los niños, Juan no acaba de
entender.
Ø Al principio cuando
bautizó a Jesús estaba feliz porque ya había llegado el que había de venir,
pero ahora no está seguro de lo que entendió entonces
Ø Y envía como mensajeros
algunos de sus discípulos a preguntarle a Jesús "Eres tú o hemos de
esperar a otros"
Ø Jesús no le responde directamente sino que le hace ver lo
que está pasando para que Juan entienda que esto es lo anunciado por el profeta
Isaías
Ø Los ciegos ven, los cojos
andan, los leprosos quedan limpios, los sordos oyen, los muertos regresan a la
vida, y la buena nueva se anuncia a los pobres.
Ø Y felices los que no se
escandalizan de mi, sino que saben descubrir en mi la presencia del Dios que
salva amando o amando salva.
Ø Cuando los mensajeros se
van Jesús hace un elogio de Juan:
v No es como una caña que
se mueve en la dirección del viento, Juan no cambia su mensaje ni su vida aun
amenazado de muerte
v No es alguien que viste
ropas finas, su vestidura es de pelo de camello. No viste fino porque las ropas
finas las llevan los que viven en palacios y no en el desierto.
v Juan es más que
profeta, es más, es el profeta anunciado
que venía a preparar el camino del Señor
v y es el más grande de los
hijos de mujer, pero el más pequeño en el reino que Jesús anuncia es más grande
que Juan.
Ø En cada uno de nosotros
cuando dejamos al Señor ser rey, ser
quien dirija nuestra vida, sucede todo cuanto Jesús le dice a Juan:
v Empezamos a ver la
realidad, los seres humanos, nosotros mismos de manera diferente, vemos nuestra
verdad y por eso iniciamos un camino de conversión
v Caminamos buscando la
justicia y la verdad
v Nos acercamos a que el
Señor nos limpie de nuestra lepra
v Y empezamos a no sólo ver
la realidad en su verdad, sino que tenemos oídos para escuchar el clamor de nuestros
hermanos y hermanas que sufren
v Y aceptamos nuestra
pobreza y buscamos vivir pobres con lo necesario para poder escuchar el mensaje
de salvación del evangelio.
v Dichosos nosotros si, Jesús puede decir que no somos una caña que se
mueve de acuerdo al viento, y también dichosos nosotros si, lo que Jesús predica no es causa de escándalo
para nosotros.
SEGUNDA
LECTURA Stgo 5,7-10
Antes de entrar en el texto de hoy, vamos a decir algo sobre la carta
misma:







Veamos ahora el fragmento de este domingo qué nos dice:
ü El autor invita a la
comunidad a ser paciente, y pone la comparación de la paciencia del campesino
que espera que lo sembrado de fruto a su tiempo
ü Invita también a
fortalecer el corazón, estar firmes podríamos añadir en la vivencia de nuestra
fe, ¿por qué? EL SEÑOR ESTÁ CERCA.
ü No se quejen unos de
otros, la razón es porque el Juez de todos está tan cerca que está a la puerta.
ü Termina este fragmento con
la invitación a mirar a los trabajos pasados por los profetas que hablaron en
nombre del Señor.
ü Todos estos consejos nos
ayudan a hacer realidad en nuestra vida lo anunciado por el profeta Isaías y
realizado por Jesús.
EXHORTACIÓN
APOSTÓLICA POST-SINODAL AMORIS
LAETITIA
PAPA FRANCISCO
97.
Sigue el término perpereuotai, que indica la vanagloria, el ansia de
mostrarse como superior para impresionar a otros con una actitud pedante y algo
agresiva. Quien ama, no sólo evita hablar demasiado de sí mismo, sino que
además, porque está centrado en los demás, sabe ubicarse en su lugar sin
pretender ser el centro. La palabra siguiente —physioutai— es muy
semejante, porque indica que el amor no es arrogante. Literalmente expresa que no
se «agranda» ante los demás, e indica algo más sutil. No es sólo una obsesión
por mostrar las propias cualidades, sino que además se pierde el sentido de la
realidad. Se considera más grande de lo que es, porque se cree más «espiritual»
o «sabio». Pablo usa este verbo otras veces, por ejemplo para decir que «la
ciencia hincha, el amor en cambio edifica» (1 Co 8,1). Es decir, algunos
se creen grandes porque saben más que los demás, y se dedican a exigirles y a
controlarlos, cuando en realidad lo que nos hace grandes es el amor que
comprende, cuida, protege al débil. En otro versículo también lo aplica para
criticar a los que se «agrandan» (cf. 1 Co 4,18), pero en realidad
tienen más palabrería que verdadero «poder» del Espíritu (cf. 1 Co
4,19).
98.
Es importante que los cristianos vivan esto en su modo de tratar a los
familiares poco formados en la fe, frágiles o menos firmes en sus convicciones.
A veces ocurre lo contrario: los supuestamente más adelantados dentro de su
familia, se vuelven arrogantes e insoportables. La actitud de humildad aparece
aquí como algo que es parte del amor, porque para poder comprender, disculpar o
servir a los demás de corazón, es indispensable sanar el orgullo y cultivar la
humildad. Jesús recordaba a sus discípulos que en el mundo del poder cada uno
trata de dominar a otro, y por eso les dice: «No ha de ser así entre vosotros»
(Mt 20,26). La lógica del amor cristiano no es la de quien se siente más
que otros y necesita hacerles sentir su poder, sino que «el que quiera ser el primero
entre vosotros, que sea vuestro servidor» (Mt 20,27). En la vida
familiar no puede reinar la lógica del dominio de unos sobre otros, o la
competición para ver quién es más inteligente o poderoso, porque esa lógica
acaba con el amor. También para la familia es este consejo: «Tened sentimientos
de humildad unos con otros, porque Dios resiste a los soberbios, pero da su
gracia a los humildes» (1 P 5,5).
BIBLIOGRAPHY:
NOLAN, Albert, Jesus Before Christianity, traducción al
español ¿Quién es este hombre?, 1976.
PAGOLA, José Antonio. El Camino abierto por JESUS. 2012.
PAPA FRANCISCO, EXHORTACIÓN APOSTÓLICA POST-SINODAL AMORIS LAETITIA
SCHÖKEL, Luis Alonso, Comentarios
en la Biblia de Nuestro Pueblo. 2010.
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