ü Hoy el evangelio es una llamada a confiar en Jesús que nos
dice “ánimo, soy yo”.
ü En la primera lectura el profeta Elías reconoce la presencia de Dios
en la brisa suave.
ü Y Pablo en su carta a los
Romanos nos dice que sufre por su pueblo, y desea que todos conozcan a Jesús.
LIBRO LOS
REYES
Ø Los dos libros de los
Reyes son la continuación de los dos libros de Samuel.
Ø En la Biblia Hebrea los
libros de los Reyes constituyen un solo libro llamado Melakim.
Ø En la traducción griega
(LXX) y en la traducción latina (Vulgata) se les llama tercero y cuarto de los
Reyes ya que los dos libros de Samuel se llaman primero y segundo de Reyes.
Ø Forman parte de la
Historia Deuteronomista que va desde la entrada en la tierra prometida (Josué)
hasta el destierro de Babilonia (587 a.C). Esta colección de libros era llamada
por los judíos: profetas anteriores.
Ø La lectura está tomada de
la parte del primer libro de Reyes que constituye el ciclo de Elías 1Re
14-2Re1.
PRIMERA LECTURA 1Re 19,9ª,11-13a
Ø Elías se encuentra en el
monte de Dios el Horeb.
Ø Debido a que en la Biblia
se narran algunos episodios repetidos ocurriendo indistintamente en el Horeb o
en el Sinaí algunos han llegado a pensar que es un solo monte con dos nombres.
Ø Para los que opinan es el
mismo Horeb seria el nombre usado por
los Madianitas y Sinaí por Cananeo y Amorreos; el nombre de Horeb parece aludir
a la sequedad de la región, mientras que Sinaí se debería a su cercanía al
desierto de Sin.
Ø Sin embargo hay evidencia
también para pensar que son dos lugares
diferentes.
Ø Elías ha hecho caer una
sequía sobre todo el país, pero ya ha orado y el Señor les ha mandado la
lluvia.
Ø Ahora Elías se dirige al
Horeb y allí espera a Yahveh
Ø Dios le habla y le dice
que va a pasar delante de Él.
Ø Se dan diferentes
manifestaciones atmosféricas y Elías no percibe la presencia de Dios, sino
cuando percibe una brisa suave.
Ø En la Escritura muchas
veces las teofanías van representadas por rayos, relámpagos, muchas manifestaciones
meteorológicas, pero aquí Dios quiere
enseñar a Elías algo más acerca de si
mismo, Dios está en la paz, Dios es Dios de paz, de ternura.
SALMO RESPONSORIAL Sal 85, 9. 10.
11-12. 13-14
Voy a proclamar lo que dice el
Señor:
el Señor promete la paz,
la paz para su pueblo y sus
amigos,
y para los que se convierten de
corazón.
Su salvación está muy cerca de
sus fieles,
y la Gloria habitará en nuestra
tierra.
El Amor y la Verdad se
encontrarán,
la Justicia y la Paz se
abrazarán;
la Verdad brotará de la tierra
y la Justicia mirará desde el
cielo.
El mismo Señor nos dará sus
bienes
y nuestra tierra producirá sus
frutos.
La Justicia irá delante de él,
y la Paz, sobre la huella de sus
pasos.
Ø La promesa de la paz para
los que se convierten, y esto es ciertamente una realidad quien se acerca más
al Señor descubre poco a poco esta paz llena de gozo y de energía que da la
proximidad a Dios.
Ø Parecería que el salmista
quiere decirnos que amor y justicia son realidades semejantes y que la verdad y
la paz lo son también.
EVANGELIO Mt 14,22-33
v Jesús pide a sus
discípulos que vayan a la otra orilla y allí le esperen. ¿Cómo pensaba él
llegar a la otra orilla?
v Despide a las personas
que habían ido para ser curados y a los que alimentó, y ahora ya solo en
entrega en la soledad del monte a orar con su Padre. Esto es por lo que había venido, pero la
compasión no le permitió desatender a tantas personas necesitadas y enfermas que
lo estaban esperando.
v Mientras él está en
oración en la soledad y silencio de la noche, los discípulos están en medio del
mar y su barca está en peligro a causa del
viento fuerte.
v Y esto sigue siendo
realidad ahora, sus discípulos nos encontramos inmersos en el mar de nuestra
vida, de nuestra sociedad, de nuestro mundo y las adversidades y peligros nos
amenazan muchas veces.
v Y Jesús va hacia ellos
caminando sobre el mar.
v Los discípulos, como
nosotros, andan asustados cuando las cosas no son como siempre, asustados ante
lo que desconocen, ante lo que no tienen ni una explicación ni una respuesta,
en una palabra ante lo que va más allá de nuestra capacidad de entender.
v Se creen que es un
fantasma, esto mismo les volverá a suceder el día de la resurrección.
v Y Jesús en ambas
ocasiones los tranquiliza identificándose, soy yo, no teman.
v Pedro, impetuoso como
siempre, hombre práctico e inclinado a lo que es concreto y palpable, le pide
de poder caminar sobre las aguas como él y así poder estar seguro de que es el
Señor y no un fantasma.
v Cuantas veces, nosotros
hoy, discípulos del siglo XXI actuamos igual, Señor si esto es de ti, dame una
señal.
v Y Pedro se lanza al
mar guiado por su corazón impetuoso,
¡oh! maravilla puede caminar como si el agua fuese tierra firme; pero vienen la duda, se da cuenta de que
camina sobre agua y se olvida de que Jesús es quien le ha dicho “ven”… y
empieza a hundirse.
v ¡Hombre de poca fe!, sí
eso mismo puede decir de nosotros, ¡mujeres, hombres de poca o ninguna fe en mi! Yo he vencido al mundo, ¿por qué temen? Soy
yo,
v Soy yo cuando estás
envuelto en tinieblas y no sabes por donde seguir, cuando te sientes sólo,
cuando crees que nadie te escucha, cuando estás enfermo, cuando estás
cansado….. sí yo estoy contigo en todo esto aunque no me sientas, ni percibas
mi presencia. Ten ánimo, soy yo.
v Al llegar Jesús a la
barca los vientos se calman, y aquellos hombres se sobrecogen, se asustan, y
seguramente se avergüenza de haber temido y le gritan ¡Verdaderamente, tú eres
el hijo de Dios!
SEGUNDA LECTURA Rom 9,1-5
Pablo confiesa sencillamente a la comunidad de
Roma que está sufriendo grandemente por su pueblo, porque su pueblo no reconoce
en Jesús al Mesías esperado.
Sufre tanto que hasta desea algo imposible, ser el mismo
maldito o condenado con tal de que su pueblo pudiese aceptar al Señor.
Reflexiona en alta voz sobre quien es su pueblo, y
enumera todo cuanto lo hace el pueblo de elección, el pueblo de la promesa,
pero ellos no creen.
Hace pensar todo esto, nosotros bautizados somos el nuevo
pueblo, pero necesitamos humildemente lanzarnos en los brazos de nuestro Dios,
de nuestro Señor Jesús y no presumir de nuestras propias fuerzas, no
abandonarnos a nuestra vanidad y soberbia. La fe es un don, don precioso que
puede marchitarse como la flor, romperse como el cristal, perderse como se
pierde lo que los ladrones roban.
El Señor siempre está con nosotros, “soy yo”, pero
nosotros necesitamos estar de verdad con Él.
Cuando ya estaba el buque tan lleno de agua que entraba por la
abertura que dejo referida, y ya humanamente no podía sostener más, sino que
era preciso hundirse, entonces va al despensero, en Santa Bárbara, a buscar
azúcar movido por una fuerza interior; como él mismo confesó, porque ni tenía
necesidad de aquel azúcar, ni en tal hora (eran las 4 de la mañana) nunca iban
en tal lugar. Mas Dios Nuestro Señor que se tomó tan en cuenta esta navegación,
quiso avisar el peligro cuando no había ya remedio humano, para que fuese más
manifiesto el prodigio, y así que entró el despensero en Santa Bárbara, se
encontró en una balsa de agua inmensa, pues había entrado tanta que ya llegaba
a siete palmos en alto de un hombre. Venerable María Antonia París, Fundadora de las Misioneras
Claretianas, Autobiografía 146.
Continuamos el
viaje hasta Cuba con suma felicidad y admirable orden. La cámara estaba
dividida en dos partes; del palo mayor a la popa estaba yo con todos mis
agregados, y del mismo palo mayor a la proa estaban todas las Hermanas,
enteramente incomunicadas con unas puertas persianas que había de por medio.
Nosotros, todos los días por la mañana en hora fija nos levantábamos, nos
lavábamos, etc., y teníamos media hora de oración mental en común. Las Hermanas
en su departamento hacían lo mismo, concluía la oración mental, celebraba la
Misa en la misma cámara, en un altar que habíamos armado. Yo celebré todos los
días de la embarcación, y oían la Misa todos los de mi comitiva, y también
todas las Hermanas desde su departamento, quienes al efecto abrían entonces las
puertas que había en la línea divisoria. Las Hermanas y todos los sacerdotes
comulgaban , menos uno, que se reservaba para celebrar la segunda Misa que
había cada día en acción de gracias. Y el sacerdote que celebraba la segunda
Misa andaba por turno, por manera que cada día en el buque se celebraron dos
Misas, una yo y otra uno de los Sacerdotes, por turno. San Antonio María
Claret, Fundador de las Misioneras Claretianas, Autobiografía 506.
BIBLIOGRAFÍA
CLARET, Antonio María Claret, Autobiografía.
PAGOLA, José A. El camino abierto
por Jesús. PPC 2012
PARIS, María Antonia, Autobiografía
STOCK, Klemens. La Liturgia de la Palabra. Ciclo A (Mateo) 2007
ENCICLOPEDIA DE LA BIBLIA, cuarto volumen. Editorial Éxito 1963.
LA BIBLIA, traducción tomada de la página web del Vaticano.
SAGRADA BIBLIA. Versión oficial de la Conferencia Episcopal Española,
Madrid 2012.
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