XXIV DOMINGO DEL TIEMPO ORDINARIO – CICLO C –
SEPTIEMBRE 11, 2016
ü Cada
domingo tenemos una nueva enseñanza de Jesús que Lucas pone en su evangelio
ü Hoy
tanto la primera lectura como la segunda nos hablan de la bondad y amor
incondicional de Dios
ü Y
de su capacidad de escuchar y cambiar sus planes
ü Esto
nos puede parecer, tal vez, un error una equivocación, pero veamos que nos
dicen las lecturas
PRIMERA LECTURA Ex 32,7-11.13-14
Ø Si
vamos al capítulo 24 leeremos como el Señor llama a Moisés para darle las
tablas de piedra con los mandamientos que ya le había explicado en el capítulo
20.
Ø Ahora
va a ratificar su alianza con el pueblo que aceptó ser su pueblo
Ø Pero
como es frecuente entre nosotros los humanos, nos olvidamos de lo que
prometemos cuando estamos entusiasmados y nos cansamos.
Ø El
pueblo se cansa de esperar que Moisés baje y decide hacer su propio Dios, a
quien podrá manipular.
Ø Dios
se enoja y decide destruir este pueblo, no caminar más con él
Ø Y
ahora se da algo muy interesante la conversación de Moisés con Dios en favor
del pueblo
Ø Como
en otro tiempo Abraham conversó con Dios para que no destruyera las ciudades
pecadoras.
Ø Moisés
le recuerda a Dios como el mismo ha salvado a esas gentes y las ha constituido
en su pueblo, ¿ahora lo va a destruir?
Ø Le
pide a Dios que se acuerde de Abraham, Isaac, e Israel a quienes prometió que
su descendencia sería más numerosa que las estrellas del cielo o las arenas del
mar
Ø Y
¿ahora vas a destruir al pueblo, sin cumplir tu promesa?
Ø Y
Dios cambió su decisión, igual que en el caso de Abrahán Dios estaba dispuesto
a perdonar al pueblo si encontraba 10 justos en vez de 50 como había sido la
primera propuesta de Abraham
Ø Me
parece muy interesante esta manera de ver a Dios, no es el Dios inmutable de
los griegos y sabios, no es el Dios que decide y no escucha porque sabe todo
Ø Mas
bien parece el Dios que acepta las palabras de sus amigos.
Ø No
es esto lo que nosotros creemos, porque si no creemos esto, ¿por qué oramos
para que se curen los enfermos, salgan bien los examenes de nuestros hijos,
pueda encontrar trabajo….
Ø Recordemos
las parábolas de Jesús, sobre la oración.
Ø Pero me gustaría
que reflexionáramos durante esta semana y nos preguntáramos ¿cuál es mi becerro
de oro? No el becerro de oro de nuestra sociedad, porque esto se nos hace fácil
de señalar porque no nos sentimos implicados, pero bajemos la pregunta a
nuestra vida, y con sinceridad pidamos al Señor su luz para que ilumine nuestra
oscuridad interior y podamos descubrir nuestro becerro de oro, bien guardado y
protegido para que no tengamos que destruirlo.
Salmo Responsorial Sal 50, 3-4. 12-13. 17 y 19
R. Me levantaré y volveré a mi padre.
Por tu inmensa compasión y misericordia,
Señor, apiádate de mí olvida mis ofensas.
Lávame bien de todos mis delitos
y purifícame de mis pecados.
R. Me levantaré y volveré a mi padre.
Crea en mí, Señor, un corazón puro,
un espíritu nuevo para cumplir tus mandamientos.
No me arrojes, Señor, lejos de ti,
ni retires de mí tu santo espíritu.
R. Me levantaré y volveré a mi padre.
Señor, abre mis labios
y cantará mi boca tu alabanza.
Un corazón contrito te presento
y a un corazón contrito, tú nunca lo desprecias.
R. Me levantaré y volveré a mi padre.
Por tu inmensa compasión y misericordia,
Señor, apiádate de mí olvida mis ofensas.
Lávame bien de todos mis delitos
y purifícame de mis pecados.
R. Me levantaré y volveré a mi padre.
Crea en mí, Señor, un corazón puro,
un espíritu nuevo para cumplir tus mandamientos.
No me arrojes, Señor, lejos de ti,
ni retires de mí tu santo espíritu.
R. Me levantaré y volveré a mi padre.
Señor, abre mis labios
y cantará mi boca tu alabanza.
Un corazón contrito te presento
y a un corazón contrito, tú nunca lo desprecias.
R. Me levantaré y volveré a mi padre.
EVANGELIO LUCAS 15,1-32
v Este
domingo tenemos dos opciones, leer la versión larga que abarca todo el capítulo
15 o solamente las dos primeras parábolas.
v El
comentario que voy a hacer es sobre la última parte:
v Todos
conocemos esta historia tan hermosa y que llega tanto a nuestro corazón, porque
nos sentimos el hijo prodigo que regresa a casa, y nosotros deseamos regresar a
casa
v Pero
yo quisiera dirigir nuestra meditación
por otro rumbo siguiendo algo que he leido que me ha parecido muy bueno para
todos
v Hay
dos hijos, volvamos a mirar un poco el más joven el que se va de casa
o
Pide lo que no le corresponde, pero
su Padre se lo da, le da la libertad de elegir su camino, a pesar de que se le
rompe el corazón al verlo marchar
o
Como no le ha costado nada todo este
dinero, lo despilfarra, lo tira, y se hace amigos y amigas que duran hasta que
duran las monedas
o
Busca trabajo y acepta un trabajo
degradante, tan bajo a caído en su persona, que acepa algo que un judio no
podía hacer y nunca hará “cuidar cerdos”
o
El hambre, la soledad, la baja estima
propia, todo se junta para que este joven toque fondo, y sólo entonces se
acuerda de su padre y encuentra la energia de regresar
o
“volveré, le diré…. No soy digno…
acéptame como….
v El
otro hijo, el mayor
o
Es un hombre sensato y trabajador,
pero ha dejado endurecer su corazón de tanto que detesta la forma de ser de su
hermano
o
Obedece y sirve no con agrado y con
amor, sino sólo por obligación, pues
esto es lo que hay que hacer para ser honrado y bien visto
o
No es capaz de perdonar a su hermano,
ni de alegrarse porque su padre es feliz ahora; esto le da más resentimiento
o
Nunca me has dado…. Tanto tiempo que
te sirvo…..
v Ninguno
de los dos ha conocido a su padre de verdad
o
El más joven tal vez lo conozca más,
por lo menos sabe que será aceptado de alguna manera
o
El mayor que ha estado siempre junto
a su padre no ha sido capaz, ni de conocerlo , ni de ser feliz junto a él, lo
ha visto como una carga
o
La paradoja es que el que empezó mal
termina bien, en cambio el que parecería que empezó bien, por el final sabemos
que nunca estuvo bien.
v Pero
que pasa con el padre. Voy a transcribirles algunos puntos de una autor José
Antonio Pagola que me parecen muy interesantes, prefiero los lean directamente
en vez de interpretarlos yo.
o
“Exégetas contemporáneos han abierto
una nueva vía de lectura de la parábola… descubrir en ella la tragedia de un
padre que, a pesar de su amor “increible” por sus hijos, no logra construir una familia unida. Esa
sería, según Jesús, la tragedia de Dios
o
El padre (que salió al encuentro del
menor) sale ahora también al encuentro del mayor y le revela el deseo más hondo
de su corazón de padre: ver a sus hijos sentados a la misma mesa, compartiendo amistosamente un
banquete festivo , por encima de enfrentamientos, odios y condenas.
o
Pueblos enfrentados por la guerra,
terrorismos ciegos, políticas insolidarias, religiones de corazón endurecido,
países hundidos en el hambre…Nunca compartiremos la tierra de manera digna y
dichosa si no nos miramos con el amor compasivo de Dios.
o
Esta mirada nueva, es lo más
importante que podemos introducir hoy en el mundo los seguidores de Jesús
v Creo
que estos párrafos no necesitan explicación y nos pueden ayudar a ver esta
parábola con ojos, oídos y corazón nuevos.
SEGUNDA LECTURA 1 Tm 1,12-17







EXHORTACIÓN APOSTÓLICA POSTSINODAL
LA ALEGRÍA DEL AMOR (AMORIS LAETITIA) -DEL PAPA FRANCISCO
LA ALEGRÍA DEL AMOR (AMORIS LAETITIA) -DEL PAPA FRANCISCO
En el horizonte del amor, central en la
experiencia cristiana del matrimonio y de la familia, se destaca también otra
virtud, algo ignorada en estos tiempos de relaciones frenéticas y
superficiales: la ternura. Acudamos al dulce e intenso Salmo 131. Como se
advierte también en otros textos (cf. Ex 4,22; Is 49,15; Sal
27,10), la unión entre el fiel y su Señor se expresa con rasgos del amor
paterno o materno. Aquí aparece la delicada y tierna intimidad que existe entre
la madre y su niño, un recién nacido que duerme en los brazos de su madre
después de haber sido amamantado. Se trata —como lo expresa la palabra hebrea gamul—
de un niño ya destetado, que se aferra conscientemente a la madre que lo lleva
en su pecho. Es entonces una intimidad consciente y no meramente biológica. Por
eso el salmista canta: «Tengo mi interior en paz y en silencio, como un niño
destetado en el regazo de su madre» (Sal 131,2). De modo paralelo,
podemos acudir a otra escena, donde el profeta Oseas coloca en boca de Dios
como padre estas palabras conmovedoras: «Cuando Israel era joven, lo amé [...]
Yo enseñe a andar a Efraín, lo alzaba en brazos [...] Con cuerdas humanas, con
correas de amor lo atraía; era para ellos como el que levanta a un niño contra
su mejilla, me inclinaba y le daba de comer» (11,1.3-4).(28)
BIBLIOGRAFIA
PAGOLA, JOSE ANTONIO. El camino abierto por Jesús – 2
Lucas- PPC 2011
SAGRADA BIBLIA – Conferencia episcopal española – BAC
2012
PAPA FRANCISCO EXHORTACIÓN APOSTÓLICA POSTSINODAL
LA ALEGRÍA DEL AMOR (AMORIS LAETITIA) - 2016
LA ALEGRÍA DEL AMOR (AMORIS LAETITIA) - 2016
No comments:
Post a Comment