XVIII DOMINGO DEL TIEMPO ORDINARIO – CICLO B – 2018
Ø El domingo XVII empezamos a leer en el evangelio del domingo el capítulo
6 de Juan sobre el Pan de Vida.
Ø Juan no tiene la narración de la institución de la Eucaristía, pero
dedica el capítulo 6 de su evangelio al Pan de Vida, que es Jesús.
PRIMERA LECTURA – Ex 16, 2-4, 12-15
Ø Dios ha liberado a Israel de la esclavitud de Egipto por medio de
Moisés, ayudado por Aarón y por María, la hermana de ambos.
Ø Ahora de frente a las dificultades de la vida en el desierto, que
le separa de la tierra prometida a la
que se dirige, aquel pueblo se queja, y
tiene que culpar a alguien de sus dificultades, y culpan a Moisés y a sus
hermanos que les convencieron de salir de Egipto.
Ø Es una reacción que los humanos tenemos con frecuencia, buscar
culpables.
Ø Los Israelitas acostumbrados a la esclavitud, a hacer aquello que se les
manda, y comer bien para poder trabajar, se quejan. No sabían que la libertad
tiene un precio muy alto.
Ø Tal vez nosotros también nos quejamos cuando las cosas no salen como
queremos, y le pedimos cuentas a Dios. ¿Por qué
no hace algo? ¿ por qué no elimina a cuantos se oponen al bien? ¿Dónde
estás cuando pasan estas cosas…? Cuando así hablamos nos olvidamos que hemos
sido creados, somos creados libres con todas las consecuencias positivas y
también negativas de este don, el más precioso que Dios nos ha dado.
Ø Pero Dios rico en misericordia, tiene paciencia con su pueblo, y les da
alimento como ellos piden, exigen. Les da carne y les da pan.
Ø Un pan extraño que habrá que recogerse a primera hora de la mañana. Sólo
se podrá recoger lo que se necesite, lo que es de más, se perderá, otros lo
podrían utilizar si ellos no recogiesen más de lo que necesitan.
Ø Tal vez esté pasando esto también en nuestros días, cuando acumulamos no
nos sirve a nosotros y tampoco a quienes no tienen. Nosotros no podemos usar
todo cuanto acumulamos, pero esto no aprovecha tampoco a otros.
SALMO RESPONSORIAL Salmo 77, 3 y 4bc. 23-24. 25 y 54
R. (24b) El Señor les dio pan del cielo.
Cuanto hemos escuchado y conocemos
del poder del Señor y de su gloria,
cuanto nos han narrado nuestros padres,
nuestros hijos lo oirán de nuestra boca.
R. El Señor les dio pan del cielo.
A las nubes mandó desde lo alto
que abrieran las compuertas de los cielos;
hizo llover maná sobre su pueblo,
trigo celeste envió como alimento.
R. El Señor les dio pan del cielo.
Así el hombre comió pan de los ángeles;
Dios le dio de comer en abundancia
y luego los condujo hasta la tierra
y el monte que su diestra conquistara.
R. El Señor les dio pan del cielo.
Cuanto hemos escuchado y conocemos
del poder del Señor y de su gloria,
cuanto nos han narrado nuestros padres,
nuestros hijos lo oirán de nuestra boca.
R. El Señor les dio pan del cielo.
A las nubes mandó desde lo alto
que abrieran las compuertas de los cielos;
hizo llover maná sobre su pueblo,
trigo celeste envió como alimento.
R. El Señor les dio pan del cielo.
Así el hombre comió pan de los ángeles;
Dios le dio de comer en abundancia
y luego los condujo hasta la tierra
y el monte que su diestra conquistara.
R. El Señor les dio pan del cielo.
Ø La reflexión que hace este salmo de la historia del pueblo es como una
parábola que se percibe entre líneas.
Ø Al final sabemos el significado de la parábola: Israel es rebaño sacado
de Egipto(vv. 52-54) y encomendado a
David (vv. 70-72)
Ø Por otra parte el salmista nos presenta la acción maravillosa de Dios y
un pueblo que no entiende. Este pueblo favorecido por Dios, liberado, sacado de
la esclavitud sigue desconfiando una y otra vez. Esto mismo encontraremos en el
evangelio respecto de las personas en el tiempo de Jesús.
Ø Tal vez nosotros también desconfiamos.
EVANGELIO Jn 6, 24-35
Ø La gente que acaba de comer el pan que Jesús les ha dado, al ver que no
está lo buscan
Ø Jesús les enfrenta y les ayuda a descubrir lo que de verdad tienen en su
corazón: no es la señal que Jesús ha hecho, es que han comido pan sin tener que
hacer nada para conseguirlo.
Ø El evangelio de Juan llama a las obras milagrosas de Jesús, señales.
Señales ¿de qué? De la presencia y actuación de Dios en medio de su pueblo, en
el joven profeta Jesús, al que nosotros
reconocemos como el Hijo de Dios.
Ø Jesús les exhorta a no trabajar para lo que perece.
Ø Aquellos hombres y mujeres desean saber cómo pueden hacer la obra de
Dios. Nosotros también deseamos saber qué hemos de hacer.
Ø Hacer nos agrada porque nos da la satisfacción de que tenemos las
riendas de nuestra vida en nuestras manos, que no dependemos ni de seres
humanos, ni de Dios.
Ø Pero la respuesta de Jesús es desconcertante y no les agrada. Ahora ya
muestran su agresividad y su soberbia.
Ø Lo único que hay que hacer es creer, ¿qué? ¿en quién? ….. En él que el
Padre Dios ha enviado… ¿qué obras haces para que podamos creer en ti? ¿Pero ya se han olvidado de lo que comieron?
Ø Sí Moises dio de comer al pueblo el pan del cielo, no Moisés no, mi
Padre, y ahora les he dado de comer yo a ustedes, yo que soy el enviado del
Padre, a quien ustedes llaman su Dios. Yo soy el Pan que da vida.
Ø El que viene a mí no tendrá hambre y el que cree en mí nunca tendrá
sed".
Ø ¡Qué misterio del corazón humano! Y ¡Qué insondable el misterio de la
misericordia de nuestro Dios!
SEGUNDA LECTURA Ef 4, 17.
20-24
Ø Cuando Pablo visitó Éfeso(Hechos 19,1) encontró algunos cristianos no
muy bien formados, que él instruyó y con quienes formó una comunidad de paganos
convertidos. Vivió en Éfeso 3 años, en los cuales tuvo éxitos y dificultades.
Ø Hay tres cosas en relación a esta carta: 1) no parece ser una carta,
carece del tono personal, mas bien parece un homilía, parece pertenecer al
género de enseñanza más que al de una carta. 2) se duda de que la carta hay
sido escrita por Pablo, su estilo no es el de Pablo. 3) Se cuestiona que esta
carta haya sido dirigida a los Efesios. Unos creen que estaba dirigida a
Laodicea, y otros en cambio a un público más amplio de aquellas regiones.
Ø Sea lo que sea la carta tiene un mensaje vivo para la iglesia de todos
los tiempos.
Mensaje para este domingo
Ø Lo primero que nos dice, que no obremos como los paganos
Ø Porque no es esto lo que hemos aprendido de Cristo, de él hemos
aprendido la verdad
Ø Se nos invita a despojarnos del hombre viejo, es decir de nuestro pasado
errado; a renovar nuestro espíritu y nuestra mente y a revestirnos del hombre
nuevo.
Ø En el bautismo somos despojados del pecado y revestidos de Cristo; pero
mucho más que revestidos, transformados para vivir la vida misma de Cristo.
RINCON CLARETIANO
- de las cartas de los fundadores de las Religiosas de María Inmaculada
Misioneras Claretianas.
A la señora hermana María Antonia
París Manzanillo,
3 junio de 1852.
Apreciada hermana en Jesucristo: Acabo de recibir las dos apreciadas cartas de
usted, la una escrita en Canarias y la otra en Cuba. Gracias a Dios, han
llegado ya . Ahora descansen, encomiéndenme a Dios a fin de que nos inspire la
manera con que quiere ser de ustedes servidor. Según usted me indica, aunque yo
no me hallo presente, ya se cumple lo que dispuse antes de marcharme.
Expresiones a todas las hermanas y todas dispongan
de su seguro servidor.
ANTONIO MARÍA CLARET, arzobispo
de Cuba.
… todo lo arrostramos y todo lo
abandonamos por amor a Jesucristo, deseosas de mayor perfección y de ocuparnos
en su santo servicio allí donde las necesidades espirituales fuesen más
apremiantes, y en donde por estar la educación religiosa menos atendida nuestros
esfuerzos fuesen más aceptos a los ojos de Dios, como que nada nos propusimos,
sino su mayor gloria en el cumplimiento de la santa regla que abrazamos. No sin
contratiempos graves en la larga y penosa navegación que emprendimos, abordamos
por fin a estas costas y los piadosos habitantes de Cuba nos acogieron con los
brazos abiertos, recibiendo todos los días pruebas inequívocas de su caridad, y
manifestando muchos padres de familia de los más bien conceptuados en la
población por su posición social y acendrada religiosidad vivos deseos de que
cuanto antes solicitemos la autorización debida para el establecimiento
canónico y legal del santo instituto de la enseñanza que deseamos profesar. (Fragmento de la petición de María
Antonia París dirigida a S. Antonio María Claret estando ya en Santiago de
Cuba, 25 de septiembre de 1852 para iniciar el proceso de la fundación del
Instituto. María Antonia París y compañeras).
BIBLIOGRAFÍA
CLARET, SAN ANTONIO MARÍA, Cartas.
LA BIBLIA DE NUESTRO PUEBLO, Adaptación del texto y
comentarios de Luis Alonso Schökel.
PARIS, MARÍA ANTONIA, Cartas
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