OCTAVO
DOMINGO DEL TIEMPO ORDINARIO – CICLO C – 2019
Ø Las lecturas de este domingo nos ayudan a
reflexionar sobre nuestras palabras y a cuidarlas, ya que son el reflejo de
nuestro interior
Ø Jesus nos invita además a no juzgar a
nadie.
LIBRO DEL SIRACIDA (Eclesiástico)
[1]
v Este es el único libro del Antiguo
Testamento que lleva la firma de su autor (50,27)
v Escrito originalmente en Hebreo por el maestro
de sabiduría Jesús Ben Sira
v Hacia el 180 a.C. en Jerusalén
v Ben Sira se dedicó a estudiar lo que
nosotros llamamos ahora el Antiguo Testamento: La Ley, los Profetas y los otros
Escritos de sus antepasados.
v Escribió para los jóvenes de las familias
pudientes de Jerusalén.
v Quiso transmitir el patrimonio religioso
de Israel a las nuevas generaciones.
v Supo inculcar a los jóvenes el valor de
sus tradiciones y sobre todo, su fe incondicional en Dios
v Su nieto tradujo el libro al griego,
lengua más fácil y conocida por las nuevas generaciones.(132-117 a.C)
v Este libro quedó excluido del canon de los
libros, aceptados como revelados por la comunidad judía, por creerse había sido
escrito originariamente en griego.
v Y por lo tanto también de los libros del
Antiguo Testamento aceptados como revelados por las comunidades de la reforma
protestante que siguen la Biblia Hebrea.
PRIMERA LECTURA Sir 27, 5-8
ü Según el autor nuestros defectos
se hacen visibles en las discusiones.
ü La prueba de quien somos se manifiesta en nuestro razonamiento.
ü Nuestras palabras revelan nuestra
mentalidad, nuestra mente, nuestros razonamientos, nuestros pensamientos que se
hacen patentes en nuestras discusiones.
ü Por eso el consejo del sabio es no alabar a nadie antes de que esta
persona hable, es decir manifieste su interior y revele como se ha ido formando
a través de las experiencias de la vida.
SALMO
RESPONSORIAL - Salmo 92 (91)
R.
¡Qué bueno es darte gracias, Señor!
¡Qué bueno es darte gracias, Dios altísimo,
y celebrar tu nombre,
pregonando tu amor cada mañana
y tu fidelidad, todas las noches!
R. ¡Qué bueno es darte gracias, Señor!
Los justos crecerán como las palmas,
como los cedros en los altos montes;
plantados en la casa del Señor,
en medio de sus atrios darán flores.
R. ¡Qué bueno es darte gracias, Señor!
Seguirán dando fruto en su vejez,
frondosos y lozanos como jóvenes,
para anunciar que en Dios, mi protector,
ni maldad ni injusticia se conocen.
R. ¡Qué bueno es darte gracias, Señor
¡Qué bueno es darte gracias, Dios altísimo,
y celebrar tu nombre,
pregonando tu amor cada mañana
y tu fidelidad, todas las noches!
R. ¡Qué bueno es darte gracias, Señor!
Los justos crecerán como las palmas,
como los cedros en los altos montes;
plantados en la casa del Señor,
en medio de sus atrios darán flores.
R. ¡Qué bueno es darte gracias, Señor!
Seguirán dando fruto en su vejez,
frondosos y lozanos como jóvenes,
para anunciar que en Dios, mi protector,
ni maldad ni injusticia se conocen.
R. ¡Qué bueno es darte gracias, Señor
·
Este salmo es un himno individual de acción de gracias, cuya
introducción es:
o
Introducción (2-4)
o
Cuerpo del himno (5-12) se alternan las obras de los justos y de los
impíos
o
Conclusión (13-16)Las acciones de Dios son piedra de escándalo en la que
tropiezan los necios, como lo fue la muerte en cruz de Cristo (1Cor 1,23) Sólo
quien vive en el Espíritu puede comprender las acciones de Dios en la pasión de
Cristo.[2]
·
Siguiendo el tema empezado en la primera lectura, el salmo por medio de
imágenes sugestivas alaba a Dios por los justos.
·
Estos crecerán como palmas, como cedros, en la casa del Señor
·
En la edad anciana seguirán dando frutos como jóvenes
·
Con sus vidas anunciarán que en nuestro Dios no hay ni maldad ni
injusticia.
EVANGELIO 6,39-45
En el fragment del evangelio que leeremos este
domingo hay 3 dichos o enseñanzas de Jesús a sus discípulos, que tienen que ver con llevar una vida
con sabiduría, no solamente humana, sino sabiduría divina.
Algo muy obvio un ciego no puede guiar, porque no ve
o
Y Jesús sigue diciendo que el discípulo no es superior
al maestro pero
o
Cuando haya terminado su aprendizaje será como el
Maestro.
o
¿Cuándo se termina el aprendizaje? Será cuando se alcanza la santidad, o se llega a la
eternidad? porque una vez llegados a la eternidad, no hay más tiempo para
aprender.
El ejemplo participa de las exageraciones que a veces
Jesús usa.
o
Una paja puede estar en el ojo pero dificilmente una
viga
o
Tal vez Jesús quiere hacernos reflexionar que si
nuestro ojo no ve nada, somos como el ciego del otro dicho que no puede guiar
porque no ve
o
¡Qué fácil se nos hace juzgar, criticar actuaciones
ajenas y no vemos lo mismo en nosotros, tal vez todavía más grandes!
Cada árbol da los frutos correspondientes a la clase
de árbol y al estado de “salud” del árbol
o
Dice Jesús que conoceremos el árbol al ver sus frutos
o
Lo mismo pasa con nosotros, pues la boca habla de lo
que hay en el corazón
o
Eso mismo quiso decirnos el sabio Ben Sira que hemos
leído en la primera lectura.
¿Soy tan ciego que no veo como son mis frutos?
SEGUNDA LECTURA 1 Cor 15, 54-58
v Pablo nos dice que la muerte será aniquilada por la victora, la victoria de Cristo
v Y el apóstol nos invita a trabajar,
con fervor, en la obra de Cristo
v La obra de Cristo es nuestra
salvación, la de todos
v Y nosotros con nuestras obras
colaboramos, “completamos” la obra de Cristo
v Y nos dice Pablo que nuestras
fatigas, las fatigas por el anuncio de la salvación no se perderán
v ¿Trabajamos con entusiasmo,
colaboramos con fervor y con alegría en
la obra de Cristo, la salvación de nuestros hermanos y hermanas?
RINCON CLARETIANO
Yo me espanté mucho en esto, porque hasta entonces siempre había
creído que todas las personas que profesan perfección, servían derechamente a
Dios; y por esto quería yo ser religiosa. Aquí Nuestro Señor me puso de nuevo
delante de los ojos del alma, a mi entender, porque con los del cuerpo nada vi,
su Santísima Ley y Consejos Evangélicos. Venerable María
Antonia París, fundadora de las Religiosas de María Inmaculada Misioneras
Claretianas. Autobiografía 4
Las primeras ideas de que tengo memoria son que cuando tenía unos cinco
años, estando en la cama, en lugar de dormir, yo siempre he sido muy poco
dormilón, pensaba en la eternidad, pensaba siempre, siempre, siempre; me
figuraba unas distancias enormes, a éstas añadía otras y otras, y al ver que no
alcanzaba al fin, me estremecía, y pensaba: los que tengan la desgracia de ir a
la eternidad de penas, ¿jamás acabarán el penar, siempre tendrán que sufrir?
¡Sí, siempre, siempre tendrán que penar...! San Antonio
María Claret, Fundador de las Religiosas de María Inmaculada Misioneras
Claretianas. Autobiografía 8.
BIBLIOGRAFÍA
CLARET, San Antonio María.
Autobiografía.
PARIS, Venerable María
Antonia. Autobiografía
CONFERENCIA EPISCOPAL
ESPAÑOLA. Sagrada Biblia, versión oficial.
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