- El
cuarto domingo de Cuaresma se llama domingo de laetare, es decir domingo
de alegrarse, pues nuestro camino cuaresmal está ya en la mitad de su
recorrido, la Pascua se ve ya más
cercana. Se llama laetare porque la antífona para empezar la misa en latin
empieza así “Laetare…”
- En
este domingo los catecúmenos que se preparan para los sacramentos de
iniciación cristiana pasan su segundo escrutinio, es decir la segunda
oportunidad de entrar dentro de sus corazones y examinarse como va su
vida, su deseo de seguir al Señor.
- El domingo pasado el tema de la liturgia fue el agua, hoy el tema es la luz.
LIBROS DE SAMUEL
Ø Los dos
libros de Samuel se encuentran entre el libro de los Jueces y los de los Reyes
Según la tradición judía Según
la tradición cristiana
Forman parte de los Profetas
anteriores
Josué, Jueces, 1 y 2 Samuel, 1 y
2 Reyes Forman parte de
los libros históricos juntamente con: Josué,Jueces,1 y 2 Samuel, 1 y 2 Reyes 1
y 2 Crónicas, Rut, Esdras, Nehemías,
Tobit, Judit, Ester y 1 y 2 Macabeos
Ø Las
repeticiones, los distintos estilos literarios que encontramos juntos en estos
libros hacen pensar en una redacción no solamente de un autor, sino en
distintas redacciones a lo largo de varios siglos.
Ø Todo la
información de cada libro está organizada de acuerdo a un esquema particular
Ø Además
de mirar a la expresión literaria de estos libros, necesitamos mirar y
considerar la teología que transmiten.
Ø La
preocupación central: la cuestión de la monarquía
Ø En torno
a este tema central encontramos otros que giran alrededor del principal:
historia, iniciativas humanas, la vocación, la confrontación religiosa y algún
otro tema.
PRIMERA LECTURA: 1 Sm 16,1b,6-7,10-13a
ü El autor
del libro de Samuel nos narra como David fue ungido rey de Israel.
ü En
realidad fue ungido rey, pero no ejerció su misión hasta después de la muerte
del rey Saul. En el segundo libro de Samuel c. 4 hay otra versión de cómo David
llega a ser rey de Israel.
ü Samuel
es enviado por Dios para ungir rey a un hijo de Jessé de Belén en Judá
ü Samuel
se deja llevar de las apariencias agradables de los jóvenes, pero el Señor le
va diciendo que no hasta que al pasar David le manda que lo unja.
ü Al ser
ungido el Espíritu de Dios baja sobre él.
ü Nosotros
somos ungidos en nuestro bautismo y en nuestra confirmación, y somos ungidos
reyes para ser reyes como Jesús, que vino a servir y no a ser servido.
SALMO
RESPONSORIAL Sal 23, 1-3a-3b-4,5,6
El Señor es mi pastor,
nada me puede faltar.
El me hace descansar en verdes praderas,
me conduce a las aguas tranquilas
y repara mis fuerzas;
me guía por el recto sendero,
por amor de su Nombre.
Aunque cruce por oscuras quebradas,
no temeré ningún mal,
porque tú estás conmigo:eza
y mi copa rebosa.
Tu bondad y tu gracia me
acompañan
a lo largo de mi vida;
y habitaré en la Casa del Señor,
por muy largo tiempo.
v El salmo 23 es uno de los
más hermosos salmos del salterio. Lo usamos casi siempre en las misas de
funerales, pues describe la realidad de lo que el Señor hace por cada ser
humano, seamos conscientes de ello o no.
v En la primera lectura
leimos como David fue escogido rey de Israel. También hemos visto como nosotros
somos ungidos en nuestro bautismo para ser reyes que sirven a sus hermanos y
hermanas en el camino de la vida.
v Para saber ser servidores
necesitamos la presencia y el acompañamiento de Dios en nuestra vida.
SEGUNDA
LECTURA: Ef 5,8-14
El autor de la carta a los Efesios nos recuerda como
hemos pasado de ser tiniebla a ser luz en Cristo por nuestro bautismo, aunque
no menciona en este fragmento el bautismo, pero si la conducta cristiana en versos anteriores.
Ahora que somos luz, se nos invita a vivir en la luz de
Cristo, porque la luz hace que hagamos obras buenas, obras de luz.
Se nos invita a dejar de lado todo cuanto ha sido y es
tiniebla, malas obras, en nuestra vida para ser luz.
Si recordamos en el evangelio de Mateo Jesús nos dice que
la luz se enciende para ponerla en lugar visible. Podemos imaginar una
población en lo alto de un monte totalmente a oscuras durante la noche. Si
alguien enciende una luz en su casa, es como invitación a hacer lo mismo,
pronto una casa tras otra encienden también una luz, pronto aquel monte oscuro
está todo iluminado y atrae a quienes pasan por el camino. Así hemos de ser
cada uno y toda la comunidad eclesial.
La lectura de hoy termina con una invitación apremiante
“Levántate tú que duermes y Cristo te dará su luz”
Sí levantémonos, emprendamos con decisión el camino
diario de la conversión a Cristo, dejemos que él nos ayude a pasar día a día de
la tiniebla a la luz.
EVANGELIO
Jn 9,1-41
Como decíamos la semana pasada en
relación al evangelio de la Samaritana, este domingo Juan nos vuelve a
presentar una reflexión teológica sobre un hecho real, un ciego a quien Jesús
le devuelve la vista.
El relato lo podemos dividir
también en diferentes escenas, como se hace en las representaciones teatrales.
Primera escena
ü Yendo de camino Jesús con
sus discípulos se encuentran a un hombre ciego que pide limosna, cosa muy
corriente en aquel tiempo y también ahora.
ü Los discípulos, como
buenos Israelitas, conocen lo que dicen los que interpretan las escrituras: si
te portas bien Dios te dará su favor y todo irá bien en tu vida. Si algo va mal
es porque te portas mal. Recordemos el libro de Job, pues este evangelio de
Juan podríamos decir es como una versión reducida de la historia de Job. Si
estás tan mal es porque has pecado. Y le preguntan al Señor ¿quién ha pecado él
o sus padres?
ü La pregunta parece algo
fuera de lugar, quien puede pecar antes de nacer, pues este hombre nació ciego.
ü Jesús les dice que nadie
ha pecado, que en este hombre se manifestará la gloria de Dios que puede sacar de
la tiniebla a la luz, que puede devolver la vista corporal pero sobre todo
espiritual.
ü Jesús hace barro con su
saliva y envía el hombre a la piscina de Siloé, enviado, para que se lave los
ojos.
ü Jesús quiere devolver la
vista a este hombre, pero este hombre va a tener que colaborar. Lo mismo pasa
en nuestra vida, el Señor quiere convertirnos a Él, pero nos pide nuestra
colaboración con nuestras obras buenas o de luz.
ü El hombre regresa
pudiendo ver
Segunda escena
ü Los vecinos del que había
sido ciego estaban divididos en cuanto a la identidad de este hombre que ahora
veía, unos decían que era el mismo, otros que se le parecía.
ü El repetía una y otra
vez, “soy yo”
ü Entonces ¿cómo es que
ves? El les decía el hombre llamado Jesús hizo barro, me lave y veo.
ü Y ¿Dónde está este
hombre? No sé.
Tercera escena
ü Lo llevan ante los
fariseos. Juan nos aclara que Jesús había hecho esta obra buena en sábado, en
sábado los fariseos habían interpretado cada vez con más cerrazón que no se
podía hacer “ningún trabajo” y hacer barro era de alguna manera trabajar.
ü Juan nos pone a
continuación un diálogo muy interesante entre los fariseos, hombres sabios y
letrados de posición social elevada y este pobre mendigo ciego que ahora veía. En
esta conversación hay una gran dosis de ironía. Podemos imaginarnos como ellos
miraban a este ignorante y la simplicidad y sentido común de este hombre
sencillo, pero que como toda persona sencilla, tiene la sabiduría propia del
ser humano salido de las manos del Creador.
ü Este hombre no puede ser
de Dios trabajando en sábado… ellos mismos estaban divididos respecto a esto.
ü ¿Qué tienes tú que decir?
Es un profeta
ü Despiden al hombre
momentáneamente y llaman a sus padres
Cuarta escena
ü Para asegurarse de que se
trata del que era ciego y no de otro preguntan a sus padres
ü ¿es éste su hijo? Sí
ü ¿cómo es que ahora ve? No
sabemos, pregúntenle a él tiene edad para responder
ü Sus padres no querían
ponerse en problemas y ser echados de la comunidad de fe por causa de lo que
Jesús había hecho a su hijo.
ü No sabemos si se quedan o
se van y presencia la segunda parte del interrogatorio de su hijo. Juan no nos
dice nada.
Quinta escena
ü De nuevo hacen entrar al
que había sido ciego y siguen preguntando
ü Da gloria a Dios, pues
nosotros sabemos que este hombre es un pecador
ü Si es pecador o no, no lo
sé, lo que sí sé es que me ha devuelto la vista
ü ¿cómo te abrió los ojos?
ü ¿por qué me preguntan de
nuevo? ¿acaso quieren hacerse discípulos suyos?
ü Tú si eres discípulo de
este hombre, nosotros somos discípulos de Moisés. A Moisés le habló Dios, pero
no sabemos de donde viene este hombre
ü Esto es lo que es
sorprendente que ustedes no saben de donde viene, pero me ha abierto los ojos.
Sabemos que Dios no escucha los pecadores. (Este hombre sabía bien que un
milagro solo lo hace Dios y aquellos a través de los cuales Dios quiere actuar)
ü Ante la sabiduría de este
hombre pobre y sencillo, sin estatus en la sociedad religiosa, civil y política
de Israel los jefes se sienten amenazados y lo expulsan de la comunidad de fe
de Israel (la Sinagoga)
Sexta escena
Esta escena es el climax de la
historia, toda este relato nos ha llevado a la revelación de Jesús a este
hombre, así como en la historia de la samaritana todo nos lleva a la revelación
de Jesús como Mesías
ü Jesús sale al encuentro de
este hombre, toda la historia de Dios con el ser humano es un constante salir
Dios a nuestro encuentro.
ü ¿Crees en el Hijo del
hombre? ¿Quién es? ¿El que habla contigo? Sí creo
ü Y Jesús como si hablara
en voz alta lo que hay en su corazón, dice que la razón de venir él a este
mundo es para que quien es ciego pueda ver y quien se cree que ve quede ciego,
es decir se de cuenta de que está ciego y pida también como el ciego poder ver.
ü Los fariseos preguntan
¿acaso somos ciegos nosotros? No, si lo fueran no tendrían pecado porque no
verían, pero sí ven, sí saben, pero tapan la luz para no ver y tener que
cambiar de vida.
ü Pongámonos nosotros en
lugar de este hombre, leamos este evangelio poniendo nuestro nombre donde el
evangelista pone al ciego y preguntémonos si nuestra fe es como la de este
hombre o como la de los fariseos, ¿en quién creemos? Y ¿a quién seguimos?
ü Jesús se reveló a la Samaritana
como el Mesías, aquí se revela como el Hijo del Hombre. Para aquellas gentes
esto les decía que el esperado por siglos estaba ya aquí.
RINCON CLARETIANO
Pero Dios Nuestro Señor que quería toda la honra para
sí, y ser todo mi apoyo, hasta en lo más mínimo, dispuso que después de
arregladas todas las cosas, sacadas las licencias del clérigo, que el Arzobispo
se las dio con mucho gusto, a los cuatro días antes de marchar, llegaron los
parientes de este buen sacerdote, al saber su resolución, y se enfurecieron
tanto que parecían se lo querían comer. Y le dijeron tantas cosas, y tantos
horrores del mar, que el pobre espantado se desdijo de su voluntario
ofrecimiento. Y tuvo tanta vergüenza que no sabía cómo decírmelo. (Venerable María Antonia París, Fundadora de las Misioneras
Claretianas, Autobiografía 129-130)
El día 16 de julio de 1849, hallándonos
ya reunidos, con aprobación del Ilmo. Sr. Obispo y del Sr. Rector, empezamos en
el Seminario los santos ejercicios espirituales nosotros sólos con todo rigor y
fervor, y como cabalmente en este día 16 es la fiesta de la Santa Cruz y de la
Virgen del Carmen, por tema de la primera plática puse aquellas palabras del
Salmo 22: Virga tua et baculus tuus ipsa me consolata sunt, v.4.
Aludiendo a la devoción y confianza que hemos de tener en la santa Cruz y en
María Santísima; aplicando además todo el salmo a nuestro objeto. De aquellos
ejercicios todos salimos muy fervorosos, resueltos y determinados a perseverar,
y, gracias sean dadas a Dios y a María Santísima , todos han perseverado muy
bien. Dos han muerto y se hallan actualmente en la gloria del cielo gozando de
Dios y del premio de sus trabajos apostólicos y rogando por sus hermanos. (San Antonio
María Claret, Fundador de las Misioneras Claretianas, Autobiografía 490).
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