CUARTO DOMINGO DE CUARESMA – A - 2020
- El cuarto domingo de Cuaresma se llama domingo de laetare, es decir domingo de alegrarse, pues nuestro camino cuaresmal está ya en la mitad de su recorrido, la Pascua se ve ya más cercana. Se llama laetare porque la antífona para empezar la misa en latin empieza así “Laetare…”
- En este domingo los catecúmenos que se preparan para los sacramentos de iniciación cristiana pasan su segundo escrutinio, es decir la segunda oportunidad de entrar dentro de sus corazones y examinarse como va su vida, su deseo de seguir al Señor.
- El domingo pasado el tema de la liturgia fue el agua, hoy el tema es la luz.
LIBROS DE SAMUEL
Ø Los dos
libros de Samuel se encuentran entre el libro de los Jueces y los de los Reyes
Según la tradición
judía forman parte de los Profetas anteriores (Josué, Jueces, 1 y 2 Samuel, 1 y
2 Reyes). Esta clasificación corresponde a la tradición judía
Ø Según la
tradición cristiana los dos libros de Samuel forman parte de la historia
deuteronomista (Josué,Jueces,1 y 2 Samuel, 1 y 2 Reyes)
Ø Los dos
libros de Samuel formaban un solo libro que más tarde se agrupó con los dos de
Reyes formando los cuatro volúmenes que la Biblia hebrea titula “Los Reyes (Melakim).
Ø Las
repeticiones, los distintos estilos literarios que encontramos juntos en estos
libros hacen pensar en una redacción no solamente de un autor, sino en
distintas redacciones a lo largo de varios siglos.
Ø Toda la
información de cada libro está organizada de acuerdo a un esquema particular
Ø Además
de mirar a la expresión literaria de estos libros, necesitamos mirar y
considerar la teología que transmiten.
Ø La
preocupación central: la cuestión de la monarquía
Ø En torno
a este tema central encontramos otros que giran alrededor del principal:
historia, iniciativas humanas, la vocación, la confrontación religiosa y algún
otro tema.
PRIMERA LECTURA: 1 Sm 16,1b,6-7,10-13a
ü El autor
del libro de Samuel nos narra como David fue ungido rey de Israel.
ü En
realidad fue ungido rey, pero no ejerció su misión hasta después de la muerte
del rey Saúl. En el segundo libro de Samuel c. 4 hay otra versión de cómo David
llega a ser rey de Israel.
ü Samuel
es enviado por Dios para ungir rey a un hijo de Jesé de Belén en Judá
ü Samuel
se deja llevar de las apariencias agradables de los jóvenes, pero el Señor le
va diciendo que no hasta que al pasar David le manda que lo unja.
ü Al ser
ungido, el Espíritu de Dios baja sobre
él.
ü Nosotros
somos ungidos en nuestro bautismo y en nuestra confirmación, y somos ungidos
reyes para ser reyes como Jesús, que vino a servir y no a ser servido.
SALMO
RESPONSORIAL Sal 23, 1-3a-3b-4,5,6
El Señor es mi pastor, nade me faltará.
v El salmo 23 es uno de los
más hermosos salmos del salterio. La
última estrofa es de una belleza incomparable, cantamos que la bondad y la
misericordia del Señor nos acompañan todos los días de nuestra
vida.
v El salmista está seguro, apoyado en esta bondad del Señor, que vivirá en la casa del Señor para
siempre. ¿Creo yo esto? ¿Es esta mi confianza, mi seguridad, mi felicidad?
v En la primera lectura leímos
como David fue escogido rey de Israel. También hemos recordado como nosotros
somos ungidos en nuestro bautismo para ser reyes que sirven a sus hermanos y
hermanas en el camino de la vida.
v Para saber ser servidores
necesitamos la presencia y el acompañamiento de Dios en nuestra vida.
SEGUNDA LECTURA: Ef 5,8-14
El autor de la carta a los
Efesios nos recuerda como hemos pasado de ser tiniebla a ser luz en Cristo por
nuestro bautismo, aunque no menciona en este fragmento el bautismo, pero si la conducta cristiana en versos anteriores.
Ahora que somos luz, se
nos invita a vivir en la luz de Cristo, porque la luz hace que hagamos obras
buenas, obras de luz.
Se nos invita a dejar de
lado todo cuanto ha sido y es tiniebla, malas obras, en nuestra vida para ser
luz.
La lectura de hoy termina
con una invitación apremiante “Levántate tú que duermes y Cristo te dará su
luz”
Sí levantémonos,
emprendamos con decisión el camino diario de la conversión a Cristo, dejemos
que él nos ayude a pasar día a día de la tiniebla a la luz.
Confiemos que Jesús, que
camina con nosotros y está con cada uno de nosotros en la situación que toda la
humanidad experimenta ahora, en la amenaza del coronavirus. Apoyémonos entre
nosotros y todos juntos en Él, abramos nuestros corazones a la confianza, a la
paz, al amor porque Él camina con nosotros.
EVANGELIO Jn 9,1-41
Como decíamos la semana pasada en
relación al evangelio de la Samaritana, este domingo Juan nos vuelve a
presentar una reflexión teológica sobre un hecho real, un ciego a quien Jesús
le devuelve la vista.
El relato lo podemos dividir
también en diferentes escenas, como se hace en las representaciones teatrales.
Primera escena
ü Yendo de camino Jesús con
sus discípulos se encuentran a un hombre ciego que pide limosna, cosa muy
corriente en aquel tiempo y también ahora.
ü Los discípulos, como
buenos Israelitas, conocen lo que dicen los que interpretan las escrituras: si
te portas bien Dios te dará su favor y todo irá bien en tu vida. Si algo va mal
es porque te portas mal. Recordemos el libro de Job, pues este evangelio de
Juan podríamos decir es como una versión reducida de la historia de Job. Si
estás tan mal es porque has pecado. Y le preguntan al Señor ¿quién ha pecado él
o sus padres?
ü La pregunta parece algo
fuera de lugar, quien puede pecar antes de nacer, pues este hombre nació ciego.
ü Jesús les dice que nadie
ha pecado, que en este hombre se manifestará la gloria de Dios que puede sacar
de las tinieblas a la luz, que puede devolver la vista corporal pero sobre todo
espiritual.
ü Jesús hace barro con su
saliva y envía el hombre a la piscina de Siloé para que se lave los ojos.
ü Jesús quiere devolver la
vista a este hombre, pero este hombre va a tener que colaborar. Lo mismo pasa
en nuestra vida, el Señor quiere convertirnos a Él, pero nos pide nuestra
colaboración con nuestras obras buenas o de luz.
ü El hombre regresa
pudiendo ver
Segunda escena
ü Los vecinos del que había
sido ciego estaban divididos en cuanto a la identidad de este hombre que ahora
veía, unos decían que era el mismo, otros que se le parecía.
ü El repetía una y otra
vez, “soy yo”
ü Entonces ¿cómo es que
ves? Él les decía, el hombre llamado
Jesús hizo barro, me lavé y veo.
ü Y ¿Dónde está este
hombre? No sé.
Tercera escena
ü Lo llevan ante los fariseos.
Juan nos aclara que Jesús había hecho esta obra buena en sábado, en sábado los
fariseos habían interpretado cada vez con más cerrazón que no se podía hacer
“ningún trabajo” y hacer barro era de alguna manera trabajar.
ü Juan nos pone a
continuación un diálogo muy interesante entre los fariseos, hombres sabios y
letrados de posición social elevada y este pobre mendigo ciego que ahora veía. En
esta conversación hay una gran dosis de ironía. Podemos imaginarnos como ellos
miraban a este ignorante y la simplicidad y sentido común de este hombre
sencillo, pero que como toda persona sencilla, tiene la sabiduría propia del
ser humano salido de las manos del Creador.
ü Este hombre no puede ser
de Dios trabajando en sábado… ellos mismos estaban divididos respecto a esto.
ü ¿Qué tienes tú que decir?
Es un profeta
ü Despiden al hombre
momentáneamente y llaman a sus padres
Cuarta escena
ü Para asegurarse de que se
trata del que era ciego y no de otro preguntan a sus padres
ü ¿es éste su hijo? Sí
ü ¿cómo es que ahora ve? No
sabemos, pregúntenle a él tiene edad para responder
ü Sus padres no querían
ponerse en problemas y ser echados de la comunidad de fe por causa de lo que
Jesús había hecho para su hijo.
ü No sabemos si se quedan o
se van, si presencian la segunda parte del interrogatorio de su hijo. Juan no
nos dice nada.
Quinta escena
ü De nuevo hacen entrar al
que había sido ciego y siguen preguntando
ü Da gloria a Dios, pues
nosotros sabemos que este hombre es un pecador
ü Si es pecador o no, no lo
sé, lo que sí sé es que me ha devuelto la vista
ü ¿cómo te abrió los ojos?
ü ¿por qué me preguntan de
nuevo? ¿acaso quieren hacerse discípulos suyos?
ü Tú si eres discípulo de
este hombre, nosotros somos discípulos de Moisés. A Moisés le habló Dios, pero
no sabemos de dónde viene este hombre
ü Esto es lo que es sorprendente
que ustedes no saben de dónde viene, pero me ha abierto los ojos. Sabemos que
Dios no escucha los pecadores. (Este hombre sabía bien que un milagro sólo lo
hace Dios y aquellos a través de los cuales Dios quiere actuar)
ü Ante la sabiduría de este
hombre pobre y sencillo, sin estatus en la sociedad religiosa, civil y política
de Israel los jefes se sienten amenazados y lo expulsan de la comunidad de fe
de Israel (la Sinagoga)
Sexta escena
Esta escena es el clímax de la
historia, todo este relato nos ha llevado a la revelación de Jesús a este
hombre, así como en la historia de la samaritana todo nos lleva a la revelación
de Jesús como Mesías
ü Jesús sale al encuentro
de este hombre, toda la historia de Dios con el ser humano es un constante
salir Dios a nuestro encuentro.
ü ¿Crees en el Hijo del
hombre? ¿Quién es? ¿El que habla contigo? Sí creo
ü Y Jesús, como si hablara
en voz alta lo que hay en su corazón, dice que la razón de venir él a este
mundo es para que quien es ciego pueda ver y quien se cree que ve quede ciego,
es decir se de cuenta de que está ciego y pida también como el ciego poder ver.
ü Los fariseos preguntan
¿acaso somos ciegos nosotros? No, si lo fueran no tendrían pecado porque no
verían, pero sí ven, sí saben, pero tapan la luz para no ver y tener que
cambiar de vida.
ü Pongámonos nosotros en
lugar de este hombre, leamos este evangelio poniendo nuestro nombre donde el
evangelista pone al ciego y preguntémonos si nuestra fe es como la de este
hombre o como la de los fariseos, ¿en quién creemos? Y ¿a quién seguimos?
ü Jesús se reveló a la
Samaritana como el Mesías, aquí se revela como el Hijo del Hombre. Para
aquellas gentes esto les decía que el esperado por siglos estaba ya aquí.
RINCON CLARETIANO
Claret comprende más tarde aquel llamamiento a
evangelizar que le brotaba de dentro, como a Jeremías: “Había en mi corazón algo así como un fuego ardiente prendido en mis
huesos y aunque yo trabajaba por ahogarlo, no podía” (20,9); era la gracia
misma de Cristo que rebosaba en su corazón, por el Espíritu.
Podemos sacar una primera conclusión: la vocación
apostólica de Claret en la
Iglesia ha surgido de la contemplación de Cristo
evangelizador a través del texto de Is 61,1. (capítulo 2, p.54. )
Mª Antonia
tiene un conocimiento profético de que los males de la Iglesia , por los que ella
oraba, son una consecuencia de no vivir en fidelidad. Dios le descubre los
remedios: fidelidad al Evangelio y pobreza
Por eso la llamará a que consagre
su vida a anunciar la Ley
Santa del Señor mediante la fundación de una Orden nueva.
Nueva no en la doctrina, sino en la práctica . La novedad está en la
vivencia de lo que es esencial a la Vida Religiosa , fidelidad al seguimiento de Jesús
y pobreza evangélica, fundamento de nuevos Apóstoles.
Como conclusión podemos decir que
la Experiencia
Inicial ejerció un influjo decisivo en el desarrollo
posterior de su vida, especialmente porque Dios imprimió en su alma el ideal
evangélico que tenía que vivir la
Iglesia y, dentro de ella, la Vida Religiosa. De
ahí nace su espiritualidad, profundamente eclesial. ( capítulo 2, p.62. )
(Ambos fragmentos están tomados del libro Dos plumas movidas por un mismo Espíritu. 2010)
BIBLIOGRAFÍA
MUÑOZ, Hortensia y TUTZO,
Regina (Misioneras Claretianas), Dos
plumas movidas por un mismo Espíritu. 2010
CONFERENCIA EPISCOPAL ESPAÑOLA. Sagrada Biblia, Versión Oficial. 2012
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