Sunday, February 27, 2022

 

PRIMER DOMINGO DE CUARESMA – C -  2022

Ø  Empezamos el tiempo santo y lleno de bendiciones de Cuaresma, ejercicios espirituales que la iglesia pone delante de nosotros todos los años, de una manera siempre nueva.

Ø  Este año la Cuaresma se presenta con un matiz diferente, la humanidad está de duelo por nuestros hermanos de Ucrania y también por los de Rusia que desean paz y fraternidad y tiene que matar a sus hermanos y hermanas.

Ø  Nosotros que, como decía un sacerdote a su asamblea dominical, no tenemos ningún poder diplomático, tenemos que ofrecer lo que tenemos, nuestra oración y nuestros sacrificios, de los cuales está llena nuestra vida.

Ø  Emprendamos pues con entusiasmo renovado este tiempo de penitencia, pero no triste sino alegre porque el Señor está con nosotros.

Resalta en las lecturas

Ø  la confianza en Dios que nace de la memoria de sus obras en favor nuestro

Ø  el apoyo en la Palabra contra toda tentación que pretende alejarnos de nuestro Dios

Ø  El recuerdo o la memoria de quienes somos “mi padre fue un arameo errante…”

PRIMERA LECTURA  Dt 26, 4-10

v  Cuando llevas tu ofrenda al Señor recuerda quien eres y quien es el Dios a quien le traes la ofrenda

v  Moisés dice al pueblo que cuando llevan la ofrenda, el sacerdote la recibirá y lo pondrá en frente del altar de Dios.

v  Recordarás quien eres, “soy descendiente de un arameo errante”  uno que no tenía lugar fijo ni  estable, que emigraba de un lugar a otro, como tantos todavía, que van en busca de trabajo y bienestar para los suyos.

v  A este arameo errante Dios le ha concedido un sin número de bendiciones, y son las que yo ahora recuerdo, traigo a mi memoria ante el altar del Señor. Enseñemos a nuestros hijos e hijas a recordar lo que nuestros padres o ante pasados sufrieron para tener el presente que ellos tienen ahora.

v  Traigo esta memoria, hago memoria de las obras que Dios ha hecho en favor de mi pueblo, en favor mío para aprender que si Dios hizo esto en el pasado lo sigue haciendo en el presente, sólo necesito ojos para ver, fuego en el corazón para admirar y agradecer

v  Este “credo” de Israel es de una gran belleza, al recitarlo pasa delante de los ojos del corazón, como una película, toda la historia del pueblo, su aventura en compañía y bajo la guía de su Dios.

v  También nosotros tenemos nuestro credo, no está redactado con tanta unción como el que estamos viendo ahora, pero en él también podemos saborear las obras maravillosas hechas por Dios, en favor de todos nosotros, los seres humanos.

v  ¿Qué obras buenas y bellas ha hecho Dios para ti, en tu vida?  

 

 

SALMO RESPONSORIAL    SAL 90, 1-2. 10-11. 12-13. 14-15

R. Tú eres mi Dios y en ti confío.
Tú, que vives al amparo del Altísimo
y descansas a la sombra del todopoderoso,
dile al Señor: “Tú eres mi refugio y fortaleza;
tú eres mi Dios y en ti confío”.
R. Tú eres mi Dios y en ti confío.
No te sucederá desgracia alguna,
ninguna calamidad caerá sobre tu casa,
pues el Señor ha dado a sus ángeles la orden
de protegerte a donde quiera que vayas.
R. Tú eres mi Dios y en ti confío.
Los ángeles de Dios te llevarán en brazos
para que no te tropieces con las piedras,
podrás pisar los escorpiones y las víboras
y dominar las fieras.
R. Tú eres mi Dios y en ti confío.
“Puesto que tú me conoces y me amas, dice el Señor,
yo te libraré y te pondré a salvo.
Cuando tú me invoques, yo te escucharé,
y en tus angustias estaré contigo,
te libraré de ellas y te colmaré de honores”.
R. Tú eres mi Dios y en ti confío.

ü  Tú eres mi Dios y en ti confío, sí confío siempre en ti Señor mío y Dios mío.

ü  Confianza ilimitada en Él porque es “mi Dios”  “me conoces y me amas”.

ü  Cuando me invoques yo te escucharé.

ü  ¿Son estos nuestros sentimientos respecto a Dios, o hay en nuestro corazón todavía la desconfianza y el miedo? Pidámosle humildemente como un niño a su Padre tener esta confianza que nos llena de paz y gozo.

ü  Hagamos memoria en nuestro corazón de las obras que el Señor, nuestro Dios, ha hecho por cada uno de nosotros.

SEGUNDA LECTURA Rom 10, 8-13

·         La Palabra está cerca de ti, si crees en ella serás salvo.

·         ¿Por qué dice esto Pablo? Pienso que es algo así como decía Jesús siempre que curaba a alguien “tu fe te ha salvado”

·         Sí,  tu fe te ha salvado, porque fe no es decir simplemente “creo”.

·         La fe es algo vital, es una relación de amor, de intimidad creciente con el Dios que obra la salvación, que obra grandes cosas en y para nosotros.

·         La fe es confianza y seguridad en Dios que no es un ídolo, sino el Dios vivo, el creador, el redentor.

·         Confianza en el Dios que no puedo manipular, sino sólo dejarme amar por él y aprender día a día a amarle como Él se merece.

EVANGELIO Lc 4,1-13

*      Lucas nos narra las tentaciones de Jesús en distinto orden que lo hace Mateo. En Lucas la segunda es la tercera de Mateo y la tercera de Lucas es la segunda de Mateo.

*      Cuando leo las tentaciones en cualquiera de los dos evangelistas, me llama la atención y me ha hecho pensar mucho es “si eres el hijo de Dios…”

*      Es como que la tentación es ésta, no es el pan, ni el poder, ni la ambición…. Es como si fuese la duda ¿seré de verdad el Hijo, como experimenté a mis doce años, como volví a experimentar en el Jordán? 

*      Y esto me ayuda en mi vida cuando vienen las dudas y la desconfianza. Él también experimentó esta limitación humana, quiso ser uno de nosotros.

*      El tentador presenta diferentes circunstancias como para decirle “si eres el hijo, como tú quieres creer o como te ha dicho tu padre, haz todo esto para estar seguro de que es verdad esta palabra que Dios te ha dicho.

*      Y Jesús responde con esta misma palabra, que es él mismo, Palabra hecha carne “y el Verbo se hizo carne…”

*      Gracias Jesús, Palabra eterna del Padre, lleno de gracia y de verdad;  gracias porque me enseñas a confiar sin límites en el Padre que nos ha dado su Palabra, que eres Tú.

*      Pero si nos fijamos no nos dice el evangelio que el maligno lo dejó definitivamente, dice por un tiempo. Y en otras traducciones dice hasta el tiempo oportuno. Este tiempo será en la agonía del huerto, en la flagelación, en las burlas, en la cruz.

*      Señor que durante esta cuaresma nos dejemos moldear y preparar por ti, para lo que puedas pedirnos o darnos en nuestra vida.

RINCÓN CLARETIANO

MADRE FUNDADORA

Cuando mi Director me mandó escribir los apuntes que Nuestro Señor me marcó para la formación de la Orden, sentí tal pena, que confieso que si no hubiese sido la gracia de María Santísima, que me confortó asegurándome de su ayuda para todo, habría muerto de pesar. De buena gana habría yo preferido el publicar mis grandes pecados por las calles y plazas de la ciudad, antes que las piedras hubieran sabido el más pequeño de los beneficios de Dios. Mientras escribí estos apuntes (que fue bastante tiempo por la grande repugnancia que sentía, porque más presente tenía las grandes y muchas ofensas que había cometido contra mi Soberano Criador, que las gracias que recibía de su larga y liberal misericordia), digo que fueron muchas las veces que Dios Nuestro Señor me hacía compañía a la noche mientras yo velaba, puesta de rodillas, orando y escribiendo.[1]

PADRE FUNDADOR

 Mi padre me ocupó en todas las clases de labores que hay en una fábrica completa de hilados y tejidos, y por una larga temporada me puso juntamente con otro joven a dar la última mano a las labores que hacían los demás. Cuando teníamos que corregir a alguno, a mí me daba mucha pena y, sin embargo, lo hacía, pero antes observaba si había en aquella labor alguna cosa que estuviese bien, y por allí empezaba haciendo el elogio de aquello, diciendo que aquello estaba muy bien sólo que tenía este y este defecto, que, corregidos aquellos defectillos, sería una labor perfecta.[2] 

BIBLIOGRAFÍA

 CLARET, Antonio María. Autobiografía.

 PARIS, María Antonia. Autobiografía.

RAVASI, Gianfranco. Según las Escrituras – Ciclo C. San Pablo 2006. 

SCHÖKEL , Luis Alonso, La Biblia de nuestro Pueblo.

SAGRADA BIBLIA, Versión Oficial de la Conferencia Episcopal Española

 

 

 

 

 

 



[1] PARIS, Venerable  Ma. Antonia. Autobiografía, 20.

[2] CLARET, San Antonio Ma. Autobiografía 33

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