Ø Las imágenes que usa el
profeta Isaías en este fragmento están tomadas de la relación mamá/bebé y
tierra/agua
Ø El profeta invita a quienes
aman a Jerusalén a que se alegren, porque está experimentando una gran alegría
después de haber llevado luto, seguramente debido a luchas con otros poderes
políticos.
Ø Este gozo se describe como
el gozo del bebé que puede alimentarse de la madre.
Ø Otra forma de describir este
gozo está en la siguiente oración “la paz como un río” Esta es una imagen muy
bonita de paz, paz que llena todo como el río riega por donde pasa y despierta
la vida que tal vez estaba adormecida.
Ø El profeta describe la
alegría de quien experimenta la ternura y la paz de Dios diciendo que el
corazón se alegrará y que los huesos florecerán, podríamos decir que los huesos
envejecidos rejuvenecerán, ya no dolerán.
Ø El resultado final de todas
estas experiencias es que los siervos, nosotros, conoceremos, experimentaremos
el poder del Señor, que es un poder que crea y recrea no un poder que aplasta.
R.
(1) Las obras del Señor son admirables.
Que aclame al Señor toda la tierra;
celebremos su gloria y su poder,
cantemos un himno de alabanza,
digamos al Señor: “Tu obra es admirable”.
R. Las obras del Señor son admirables.
Que se postre ante ti la tierra entera
y celebre con cánticos tu nombre.
Admiremos las obras del Señor,
los prodigios que ha hecho por los hombres.
R. Las obras del Señor son admirables.
El transformó el mar Rojo en tierra firme
y los hizo cruzar el Jordan a pie enjuto.
Llenémonos por eso de gozo y gratitud:
El Señor es eterno y poderoso.
R. Las obras del Señor son admirables.
Cuantos temen a Dios vengan y escuchen,
y les diré lo que ha hecho por mí.
Bendito sea Dios que no rechazó mi súplica,
ni me retiró su gracia.
R. Las obras del Señor son admirables
Que aclame al Señor toda la tierra;
celebremos su gloria y su poder,
cantemos un himno de alabanza,
digamos al Señor: “Tu obra es admirable”.
R. Las obras del Señor son admirables.
Que se postre ante ti la tierra entera
y celebre con cánticos tu nombre.
Admiremos las obras del Señor,
los prodigios que ha hecho por los hombres.
R. Las obras del Señor son admirables.
El transformó el mar Rojo en tierra firme
y los hizo cruzar el Jordan a pie enjuto.
Llenémonos por eso de gozo y gratitud:
El Señor es eterno y poderoso.
R. Las obras del Señor son admirables.
Cuantos temen a Dios vengan y escuchen,
y les diré lo que ha hecho por mí.
Bendito sea Dios que no rechazó mi súplica,
ni me retiró su gracia.
R. Las obras del Señor son admirables
Ø Las obras descritas en la primera lectura, esas obras que
dan felicidad a la ciudad, a los habitants de Jerusalén a nosotros son:
o El transformó el mar Rojo, en tierra firme y también el Jordán para que el pueblo
pudiese pasar sin peligro.
o Esas son las dos grandes obras de liberación , obradas por Dios en favor de su pueblo en
peligro, en necesidad de ayuda. A lo
largo de la historia Dios hará nuevo prodigios en favor de sus hijos e hijas.
o El salmo responsorial termina con esta alabanza
“Bendito sea Dios que no rechazó mi súplica, ni me retiró su gracia
o Oración de alabanza que nos hace entender que hubo
antes una súplica insistente, “que no rechazó m i súplica” y tal vez también algún pecado, alguna falta “ni me retiró su
gracia”.
o Miremos nuestra vida, descubramos en ella las obras
hermosas que Dios ha hecho para poder repetir conscientemente “Las obras del
Señor son admirables”.
SEGUNDA LECTURA Gal 6, 14-18
v Pablo quiere gloriarse
solamente en la cruz del Señor
v No en lo que vio cuando se
encontró con el Señor en el camino de Damasco, “vio lo que ni ojo vio, ni oído
oyó” no, a él sólo le interesa la cruz de Cristo
v En esta cruz el mundo está
crucificado para Pablo, es decir no tiene ningún valor, es algo depreciable
como lo es todo hombre crucificado, cuya imagen hiere a la vista.
v Y se percibe la discusión
que siempre tiene Pablo con los judíos acerca de la circuncisión. Esta no vale
nada, lo que vale después de haber descubierto a Cristo en la cruz es ser una
nueva creatura, una nueva creación.
v Copio a continuación un
fragmento del credo del Obispo brasileño
Elder Cámara que dice así:
Quiero creer en los derechos del hombre, en la mano
abierta, en el poder de los no violentos.
No creo ni en la raza, ni en
la riqueza , ni en los privilegios, ni en el orden establecido
Quiero creer que el mundo
entero es mi casa.
Quiero creer que el derecho
es uno aquí y allá, y que no soy libre mientras haya un solo hombre sea esclavo.
No creo que la guerra
y el hambre sean inevitables y que la paz sea inaccesible[…]
No creo que el sueño del
hombre vaya a permanecer solo como un sueño y que la muerte será el final[…]
Me atrevo a creer en el sueño de
Dios: Un cielo nuevo y una tierra nueva
donde habitará la justicia.
v Creo que no hay que añadir
nada más a este fragmento de este Credo, pues describe magníficamente el cielo
nuevo y la tierra nueva.
v ¿Nos atreveremos a trabajar
para que se haga realidad el “cielo y la tierra nuevos”?
EVANGELIO Lc. 10,1-9
Jesús elige, designa otros
discípulos quiere decirse que ya había enviado otros antes, seguramente los 12
que vivían con él.
Los envía de dos en dos, no
los envía solos sino con otro seguramente para poder compartir la misión, gozos
y dificultades.
Jesús les pide oren porque
la mies es abundante, son muchas las personas que necesitan oir la buena nueva
que Jesús nos ha traído.
¿nos acordamos de orar por
esta intención? ¿Y si el Señor elige a mi hijo o hija únicos, o si tengo varios
hijos e hijas el Señor elige uno o una, colaboro, animo, o me dejo llevar de
mis intereses y me opongo porque quiero nietos…?
El Señor les previene o
avisa de las dificultades “como corderos entre lobos”
Esto hace pensar en la
oposición, la perscución, el desprecio, ….. cuando esto se da en mi vida,
porque todos somos enviados de una manera o de otra, ¿Cómo respondo? Con
venganza, pagando con la misma moneda, o como Jesús que curó el siervo a quien
Pedro le cortó la oreja?
Luego les dice que no lleven
dinero y describe otras cosas, que nos
hacen pensar en la confianza absoluta del discípulo en la providencia de su
Maestro que cuida de cada uno de nosotros.
Y siguen otras
recomendaciones, que me parecen decirnos que no busquemos nuestra comodidad,
nuestros intereses, que aceptemos todo cuanto se nos da y aceptemos todas las
personas sin distinción.
Sólo así podremos decir que
el “Reino de Dios se acerca” porque seremos heraldos creíbles del Reino.
RINCON CLARETIANO
Estaba yo un día muy afligida y en la oración no
hacía más que llorar, porque el confesor me puso bajo precepto de Santa
Obediencia el escribir con toda claridad los apuntes que Su Divina Majestad me
había marcado para la reformación de la Iglesia; y en esta aflicción me dijo
Nuestro Señor: «Qué temes hija? Bien puedes escribir sin ningún temor, porque
esto no prueba ningún mérito tuyo. No prueba que tú seas muy buena por tener
estas visiones, sepas que no has de pensar que eres buena por tener estas
visiones, y estas comunicaciones que Yo te doy,
sino que has de juzgar de la virtud por los actos prácticos de la
perfecta abnegación de ti misma y la perfecta obediencia. Venerable María Antonia París, fundadora de las
Misioneras Claretianas, Autobiografía
40
Siendo
muy niño, cuando estaba en el Silabario, fui preguntado por un gran señor que
vino a visitar la escuela, qué quería ser. Yo le contesté que quería ser
sacerdote. Al efecto, concluidas con perfección las primeras letras, me
pusieron en la clase de latinidad, cuyo profesor era un sacerdote muy bueno y
muy sabio llamado Dr. D. Juan Riera. Con él aprendí o decoré nombres, verbos,
géneros y poco más, y como se cerró esta clase, no pude estudiar más y me quedé
así.
Como
mi padre era fabricante de hilados y tejido, me puso en la fábrica a trabajar.
Yo obedecí sin decir una palabra, ni poner mala cara, ni manifestar disgusto.
Me puse a trabajar y trabajaba cuanto podía, sin tener jamás un día de pereza,
ni mala gana; y lo hacía todo tan bien como sabía para no disgustar en nada a
mis queridos padres, a quienes amaba mucho y ellos también a mí. San Antonio
María Claret, fundador de las Misioneras Claretianas, Autobiografía 30-31
BIBLIOGRAFÍA
CLARET, San Antonio
María. Autobiografía.
PARIS, Venerable María
Antonia. Autobiografía
US Conference of Catholic Bishops, usccb.org
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