27 DOMINGO DEL TIEMPO ORDINARIO – CICLO C- 2022
El tema de la celebración de este
domingo es la fe
Ø El profeta habla con
confianza a su Dios para quejarse de que parece estar sordo a su súplica.
Ø Fe tan fuerte como la
fuerza necesaria para arrancar un árbol fuerte y
Ø Tan llena de novedad como
sería el plantar un árbol en el mar.
Ø Tan sencilla que descubra la presencia incomprensible del Dios que está detrás de toda realidad.
EL PROFETA HABACUC
Ø El nombre de este profeta
es único en la Biblia, podría venir de una planta “albaca”
Ø No se sabe de él ni
origen, ni familia, ni lugar
Ø Y los tres capítulos que
forman el libro son difíciles de entender
Ø El contenido es una
proclamación recibida en el transcurso de una visión
Ø El profeta está
preocupado y sufre por la realidad social y le pide a Dios le explique
Ø El tiempo de su
composición entre el 606 a.C y el exilio
de Babilonia 587 a.C)
Ø El mensaje parece ser: hay que dejar la forma tradicional de entender el premio y castigo, es decir la retribución de Dios. Hay que entender de otra forma la actuación de Dios en la historia humana.
PRIMERA LECTURA Habacuc 1,2-3;2,2-4
ü
El profeta se queja porque
pide ayuda al Señor y parece que el Señor no escuche
ü
¿Por qué tengo que ver
violencia y destrucción?
ü
La respuesta de Dios es
decirle al profeta que escriba la visión
ü
“Si tarda, espérala, porque
ciertamente vendrá, sin falta”
ü
La lectura termina diciendo
“el justo vivirá por su fe”
ü
Esta lectura la tenemos uno
de los días de adviento en la liturgia de las horas.
ü
Llena el corazón de
esperanza y de fuego de amor, saber que ciertamente vendrá.
ü
Y es cierto el Señor ha
venido y sigue viniendo a nuestra vida, a veces como el profeta nos quejamos
porque no nos damos cuenta de que ya está en nuestra vida.
Salmo 94, 1-2.
6-7. 8-9
R.
Señor, que no seamos sordos a tu voz.
Vengan, lancemos vivas al Señor,
aclamemos al Dios que nos salva.
Acerquémonos a él, llenos de júbilo,
y démosle gracias.
R. Señor, que no seamos sordos a tu voz.
Vengan, y puestos de rodillas,
adoremos y bendigamos al Señor, que nos hizo,
pues él es nuestro Dios y nosotros, su pueblo;
él es nuestro pastor y nosotros, sus ovejas.
R. Señor, que no seamos sordos a tu voz.
Hagámosle caso al Señor, que nos dice:
"No endurezcan su corazón,
como el día de la rebelión en el desierto,
cuando sus padres dudaron de mí,
aunque habían visto mis obras".
R. Señor, que no seamos sordos a tu voz.
v El salmista nos invita
o
a la alabanza a Dios,
o
a la adoración de Dios
o a escucharle
EVANGELIO Lc 17,5-10
Ø Esta lectura tiene como dos partes
Ø La primera en que los
apóstoles le piden a Jesús que les aumente la fe
Ø Tal vez ellos al escuchar
lo que Jesús les hablaba y la misión que les iba a confiar se dieron cuenta que
su fe tradicional, todavía infantil, no les iba a ayudar.
Ø Y por eso esa petición,
que a veces nosotros también hacemos
Ø No es que no tengamos fe,
sino que esta fe es todavía la del catecismo de cuando éramos niños, o la fe de
la abuelita pero que todavía no he hecho mía, y por eso no me ayuda.
Ø Y Jesús les da una
respuesta que nos sorprende.
Ø Parece que con esta
comparación les quiere decir que necesitan:
o
una fe tan fuerte
como la fuerza que se necesita para arrancar una morera, árbol fuerte y difícil
de arrancar de raíz
o
Una fe capaz de aceptar y proponer la novedad,
como es novedoso que un árbol se siembre en el mar.
Ø Les pongo a continuación
algo que he leído en un comentario de José Antonio Pagola que me ha parecido
tan bonito y me ha hecho bien, y deseo
compartir con ustedes.
Decía el teólogo Karl Rahner, este “abandonarnos” propio
de la fe es la “máxima osadía del hombre”. Una ínfima partícula del cosmos(universo)
se atreve a relacionarse con la “totalidad incomprensible y fundante del
universo”, y lo hace, además, confiando absolutamente en su poder y su amor.
Los cristianos hemos de tomar más conciencia de la audacia que supone
atrevernos a confiar en el misterio de Dios.
El mensaje original de Jesús ha consistido precisamente
en invitar al ser humano a confiar incondicionalmente en el Misterio insondable
que está en el origen de todo. Esto es lo que resuena en su anuncio “No tengan
miedo… Confíen en Dios. Llámenlo Abbá, Padre querido. Él cuida de ustedes.
Hasta los cabellos de su cabeza están contados. Tengan fe en Dios.
SEGUNDA LECTURA 2Tm 1,6-8;13-14
ü Reaviva el don que recibiste
con la imposición de mis manos. Vuelve al primer amor.
ü Dios no nos quiere
cobardes, sino atrevidos movidos por el amor y no por el miedo.
ü No te avergüences de dar
testimonio de Jesús, tampoco te avergüences de mí, aunque esté en la cárcel.
ü Lleva la parte del duro
trabajo que te corresponde, ¿cuál es este trabajo? Es el anuncio del evangelio
de palabra y con la vida.
ü Guarda el tesoro que está en ti y en todos nosotros, con la ayuda del Espíritu Santo. ¿Cuál es ese tesoro? Es la fe recibida y que necesitamos hacer crecer en nosotros, con la amistad e intimidad con Jesús en la oración en nuestra vida.
RINCON CLARETIANO
3.2.
“Una
Orden Nueva...”
Aunque así pudiera parecer a primera vista,
sin embargo la misión que se le confía no consiste en una obra concreta. Es cierto que, tanto en el Antiguo como en el Nuevo
Testamento, la tarea que se le encomienda al llamado, a veces es una cosa muy
concreta; vr. gr. La guerra de Gedeón contra los Madianitas, aunque también
tenga una repercusión salvífica sobre
todo el Pueblo de Israel (Jc.7). Pero en el caso de la Madre Fundadora la
misión que Dios le confía tiene desde el primer momento una dimensión totalizante, universalizadora.
A ella se le encomienda fundar una “Orden nueva; pero nueva, no en la doctrina sino en la práctica” (Aut. 7). Sin embargo, esta “nueva Orden” ha de ser paradigma o modelo de una situación universal de salvación para la Iglesia:
... se dignó Nuestro Señor enseñarme con mucho agrado el modo con que quería ser servido de esta ingrata criatura; y fue este modo ponerme a la vista la guarda de su Santísima Ley y Consejos Evangélicos, y me dijo quería los guardara con toda perfección (Aut.3).
No se trata, en efecto, de una obra concreta sino de una misión salvífica universal; porque “guardar la Santísima Ley y Consejos Evangélicos” equivale a poner a la Iglesia en situación salvífica universal, porque, de hecho, la realidad de la Iglesia ene aquel tiempo no se adecuaba con las exigencias evangélicas:
...y me dijo con grande pena que no tenía en su Casa quien los guardara, por lo mucho que habían degenerado todas las Órdenes Religiosas en la guarda de sus santas leyes y que por eso permitía su destrucción con grandísimo dolor (Aut. 3).
Por eso mismo, la tarea que se le encomienda no es innovar nada en la Vida Religiosa, sino retornar al cumplimiento exacto de la Santísima Ley de Dios y de los Consejos Evangélicos. A esto se orienta la “nueva Orden”, “nueva no en la doctrina sino en la práctica”. En la práctica, en una doble dirección:
-
Hacer realidad en la propia Orden el
cumplimiento exacto de la santísima Ley del Señor y Consejos Evagélicos; en
toda su perfección, hasta un ápice (Blanco y Fin).
-
Enseñar la Ley de Dios y Consejos
Evangélicos, “buscando la conversión de todo el mundo”; y “la santificación de todas las personas consagradas al servicio de Dios” (Blanco y Fin).
BIBLIOGRAFÍA
ALVAREZ GOMEZ, Jesús, cmf. Visión Inicial. 1991
PARIS, María
Antonia.
Autobiografía en Escritos Introducciones
y comentarios por Juan Manuel Lozano, cmf.
PAGOLA, José
Antonio. El camino Abierto
por Jesús – 3 Lucas,p. 261. 2012
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