32° DOMINGO DEL TIEMPO ORDINARIO - C - 2022
Ø Nos estamos acercando al
final del año litúrgico y la iglesia nos invita a reflexionar sobre las
verdades que se refieren al final de nuestra vida terrena.
Ø Hoy de alguna manera la
pregunta para nosotros es ¿cuál es mi fe en la resurrección de los
muertos?
¿De verdad creo que yo resucitaré, como Jesús ha
resucitado?
Ø No me preguntan si
entiendo, si se como es, la pregunta es si creo, si cada domingo cuando me paro
ante la asamblea durante la Eucaristía y digo "creo en la resurrección de
los muertos y la vida eterna" ¿soy consciente de lo que digo, o lo digo
por rutina?
Ø Y si damos un paso más,
¿espero con ilusión, como el que espera ver el ser amado, el encuentro
definitivo con mi Creador y Redentor?
SEGUNDO LIBRO DE LOS MACABEOS
v Segundo libro de los Macabeos no es la continuación del
Primero, incluso hay capítulos en ambos libros que se sobreponen uno al otro.
1Mac 3-7 y 2 Mac 8-15 tienen muchas cosas similares.
v Segundo Macabeos tiene una literatura más pulida.
v Estos dos libros nos dan a conocer como Israel cayó bajo
la influencia de la cultura Helenista, y como vivió esta situación. Unos fueron
fieles a la fe de sus padres, otros se asimilaron a la cultura pagana que los
rodeaba.
v Estamos hablando de un período de la historia que tuvo su
apogeo en Atenas en el siglo V antes de Cristo.
v Hasta entonces Israel había experimentado la influencia
de los reinos del Este, del continente asiático. La Helenización o corriente de
la influencia de la cultura griega pone a Israel y a otros pueblos bajo la
influencia de la cultura occidental.
v Estos libros nos presentan la resistencia de los
Israelitas fieles a esta corriente cultural. El autor hace una reflexión sobre
varios puntos de interés para la fe de Israel y para la nuestra, nosotros
también vivimos en una cultura que no es la nuestra de origen y experimentamos
su influencia, que nos cuestiona algunos de los puntos de nuestra fe. Veamos
algunos puntos de reflexión que nos presenta este libro
·
Lo que
les sucede de malo es consecuencia de sus comportamientos, de lo que cada cual
escoge en la vida; no es castigo de Dios. Escoge estar con Dios o escoge seguir sus
propios antojos o lo que está de moda.
·
El
martirio, es decir la capacidad del hombre/mujer de ser fiel a las normas de su
fe hasta entregar la vida.
·
De alguna
manera este comportamiento tiene en el trasfondo la fidelidad y el amor a Yahvé
y la fe en la vida después de la muerte.
·
Y por lo
tanto la fe en la resurrección de los que han muerto en el Señor.
v Este libro está considerado como "Deuterocanónico",
es decir de los libros reconocidos como revelado por la iglesia católica, pero
no reconocido ni por la comunidad de fe de Israel, ni por las iglesias
cristianas de otras tradiciones diferentes a la católica.
PRIMERA LECTURA: 2 Mc 7,1-2, 9-14
ü Este pasaje del libro de los Macabeos nos relata la
historia de 7 hermanos que con su madre, prefieren morir a comer carne de
cerdo, pues la ley de Dios lo prohibía.
ü Tal vez nosotros pensemos que no tiene sentido morir por
negarse a comer carne de cerdo, que en realidad no tiene nada de malo, pues
cuanto Dios ha creado es bueno.
ü Pero aquí no se trata del hecho de comer carne o no, sino
de ser fiel a la fe que tenemos en Dios. En una palabra, se trata de adherirse
a Dios por amor a él, y por amor a él ser fieles hasta dar la vida. Es amarle
más que a nuestra propia vida, el martirio nace del temor de alejarnos de Él
para siempre. De nuevo no es Dios que nos aparta, somos nosotros que elegimos
estar o no con Él.
ü Como dice un salmo "porque tu amor vale más que la
vida." .
ü A nosotros personas que vivimos en una cultura donde
tiene predominio lo práctico, se nos hace difícil poner nuestra fe por encima
de nuestro bienestar e incluso de nuestra vida, y por lo tanto entender el
valor del martirio.
ü Uno de los jóvenes que sufren la tortura por su fe
confiesa su fe en la vida después de la muerte, más todavía en la resurrección
"Tú nos arrancas la vida presente, pero el Rey del universo nos resucitará
a una vida eterna, ya que nosotros morimos por su ley."
ü Otro de los jóvenes dice "vale la pena morir a manos
de los hombres cuando se espera que Dios mismo nos resucitará
ü Esta lectura es una llamada a entrar dentro de nosotros y
preguntarnos como vamos de fe y amor a Dios, ¿le amamos hasta el punto de ser
capaces de dar la vida por Él? Es cierto que el martirio es un don y una
llamada que nos hace Dios, por nosotros mismos no podemos, pero si podemos
preguntarnos como está el termómetro de nuestro amor.
ü SALMO RESPONSORIAL 17,1.5-6.8.15
R. Al despertar, Señor, contemplaré tu
rostro.
Señor, hazme justicia
y a mi clamor atiende;
presta oído a mi súplica,
pues mis labios no mienten.
R. Al despertar, Señor, contemplaré tu
rostro.
Mis pies en tus caminos
se mantuvieron firmes,
no tembló mi pisada.
A ti mi voz elevo, pues sé que me respondas.
Atiéndeme, Dios mío, y escucha mis palabras.
R. Al
despertar, Señor, contemplaré tu rostro.
Protégeme, Señor, como a las niñas de tus ojos,
bajo la sombra de tus alas escóndeme,
pues yo, por serte fiel, contemplaré tu rostro
y al despertarme, espero saciarme de tu vista.
R. Al despertar, Señor, contemplaré tu rostro
Ø El autor de este salmo manifiesta su fe y amor a Dios, usando frases que
repiten este mismo concepto de muchas maneras.
Ø Se percibe en estas palabras una confianza segura y profunda en el amor que
Dios le tiene.
Ø Sus palabras son fuego de amor que nos puede ayudar a reavivar el fuego del amor a Dios que, tal vez tengamos bajo las cenizas de nuestras preocupaciones de cada día.
EVANGELIO Lc 20,27-38
Unos de los Saduceos, es
decir el grupo que no cree más que en lo que se puede ver y tocar, por lo tanto,
en sus parámetros no entra la resurrección después de la muerte.
Se burlan de Jesús que habla
de la realidad de esta vida después de la muerte y le presentan un caso
inventado por ellos que demuestra su falta de fe, su falta de descubrir la
trascendencia, su espíritu, diría, grosero.
A parte del tema de la vida
y resurrección después de la muerte que ellos no creen, manifiestan con esta
historia un desprecio hacia la mujer considerada de alguna manera como el
objeto del cumplimiento de una ley. No se trata de vivir la ley por amor a
Dios, sino de usar otro ser humano, en este caso una mujer, para
"tranquilizar su conciencia" de hacer lo que dice la letra de la
ley.
Jesús les responde
diciéndoles que en la vida futura no se casarán porque nadie morirá, sino que
vivirán eternamente.
Les recuerda que Dios es el
Dios de la vida, y les hace ver que incluso desde el tiempo de Moisés existe
esta fe al llamar a Dios el "Dios de Abraham, de Isaac y de Jacob" .
De alguna manera Jesús
quiere que se reconecten con la fe que dicen profesar, que la fe en la
resurrección no es una novedad sino algo que ha existido desde muy antiguo en sus
creencias.
Este texto evangélico,
aunque poco atractivo, puede darnos la oportunidad de ver si de verdad creemos
que nuestro Dios es el Dios de la vida, el Dios que nos ha llamado a vivir para
siempre desde el momento en que fuimos concebidos, o tal vez podríamos decir
desde el momento en que Dios nos pensó, y si él es eterno quiere decirse que
pensó en nosotros desde siempre, y no sólo pensó en nosotros, sino que nos amó
pues él sólo sabe amar porque su nombre es Amor.
Este texto nos puede ayudar
a reflexionar sobre el valor de toda vida humana, concebida en el corazón de
Dios y destinada a regresar y unirse para siempre a su Dios Creador y
Redentor.
Tal vez esto también nos
puede ayudar, como creyentes, a reflexionar sobre la tendencia de nuestra sociedad
actual de eliminar toda vida que nos molesta y sólo pensar en nuestro
bienestar: aborto, eutanasia, y todas las demás formas de matar que tenemos:
guerras, pena de muerte, hambre en el mundo, falta de trabajo, abusos
psicológicos, sexual, físico, discriminaciones de toda especie,
difamación. A todos nos espera el Padre del Cielo, cuando
nos encontremos cara a cara con Él que le responderemos a su pregunta, ¿la que
hizo a Caín “dónde está tu hermano, tu hermana?”
SEGUNDA LECTURA 2 Tes 2,16-3,5
v El autor de esta carta pide a Dios que conceda a sus lectores valor y los
fortalezca en toda obra buena
v Les pide oraciones para que:
·
la palabra de Dios que él
predica se difunda y fructifique como lo hizo entre ellos
·
que Dios lo proteja del
maligno
v También les dice que está seguro de que la Palabra predicada entre ellos
continuará dando fruto en ellos.
v Termina este fragmento pidiendo que el Señor los encamine hacia el amor a
Dios y les conceda la paciencia de Cristo.
v Podemos hacer nuestra esta hermosa petición.
RINCON CLARETIANO
El Concilio Vaticano II ha redefinido la
vocación cristiana como una vocación
apostólica. Esta categoría,
propia de toda vida cristiana, fue aplicada también de un modo específico a la
Vida Religiosa, la cual fue definida como “apostólica”, no sólo por lo que hace sino también por lo que es. Lo cual significa que la misión o el apostolado es un elemento constitutivo de la Vida Religiosa en sí
misma considerada.
En el caso del Instituto de Misioneras
Claretianas esto es algo que está fuera de toda discusión desde sus mismos
orígenes. En su propio título existió siempre una connotación apostólica. El
hecho de que la misión se haya identificado como “a imitación de los Apóstoles”
(Blanco y Fin), lo clarifica todo. Porque, al decir de Marcos, Jesús “instituyó
Doce, para que estuvieran con El, y para enviarlos a predicar con poder de
expulsar demonios” (Mc. 3,14). Esta expresión de Marcos define la identidad
institucional de los primeros Apóstoles, a cuya imitación, también las
Misioneras Claretianas habrán de ser “nuevos apóstoles.”
También la Misionera Claretiana ha sido
invitada para “estar con El”, “para permanecer en Él”; es decir, para
conformarse con el propio estilo de vida de Jesús; porque como afirma San Beda
el Venerable, “quien dice que permanece en Cristo debe vivir como vivió Él”
(BEDA, Homilía 21, CCL 122, p. 149).
Ahora bien, en el caso de las Misioneras
Claretianas, el problema no radica en su especificidad apostólica porque ésta está bien definida desde el
principio: “a imitación de los Santos Apóstoles trabajar hasta morir en enseñar
a toda criatura la Ley Santa del Señor” (Blanco y Fin); sino que, más bien, el
problema está en qué estilo de misión
para el mundo de hoy.
Entiendan bien este punto todas las religiosas, que con esta quietud de ánimo que con la gracia del Señor pueden alcanzar, juntarán la acción con la contemplación, punto el más necesario de nuestro Instituto (Const. Trat. III, c.6, n, 9).
BIBLIOGRAFÍA
ALVAREZ GOMEZ, Jesús. La visión inicial.
PAGOLA, José A. El camino
abierto por Jesús.
RAVASI, Gianfranco, Según las Escrituras, Año C.
SCHÖKEL, Luis Alonso. La Biblia de Nuestro Pueblo.
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