CRISTO REY DEL UNIVERSO -34° DOMINGO
DEL TIEMPO ORDINARIO -C - 2022
- En
este domingo celebramos y honramos a Jesús Rey del Universo
- El
año litúrgico empezó con el bautismo de Jesús y termina con la celebración
de Jesucristo Rey del Universo.
- El
joven carpintero de Nazaret fue al Jordán para unirse a todos cuantos se
hacían bautizar por Juan, y luego empieza una predicación considerada
peligrosa por las autoridades religiosas y civiles de su pueblo.
- Este
joven oye la voz de su Padre que le dice "Tú eres mi Hijo muy
amado"
- Este
joven después de su muerte y resurrección ha sido constituido Señor de
vivos y muertos, se nos ha revelado plenamente quien es. Pero en realidad ha sido siempre este Rey
pues no puede ser nadie más que el mismo.
- Es
el Hijo eterno del Padre, la Segunda Persona de la Trinidad, la Palabra
creadora de Dios, por quien todo fue hecho.
- La
solemnidad de Cristo Rey es una celebración litúrgica bastante reciente.
Fue instituida por el Papa Pío XI en 1925 en respuesta a los gobiernos
totalitarios y ateos que negaban los derechos de Dios y de la
Iglesia. Muchos mártires de esa
época y de después fueron a la muerte gritando la profesión de fe “Viva
Cristo Rey” .
- Pero si es
verdad que la celebración litúrgica es reciente, el significado no lo es;
podemos decir que nació con el cristianismo pues la frase Cristo reina es
lo mismo que decían las primeras comunidades “Jesús es Señor”, frase
central en la predicación apostólica.
·
Para tener más información
del significado de este domingo tal vez nos pueda ayudar leer del Catecismo de
la Iglesia Católica el número 671.
PRIMERA LECTURA: 2 Sm 5,1-3
ü Este
pasaje nos narra como David fue constituido rey sobre Israel.
ü La
figura de David está sumamente exaltada en la Escritura. Se le ve como amigo de
Dios, hombre de acuerdo al corazón de Dios pero también pecador. Guerrero con
los demás pueblos para defender su reino, y cantor de las maravillas de Dios.
Aunque pecador también hombre justo.
ü De su
designación como rey de Israel tenemos varios textos: 1 Sm 16,1-13; 2Sm 5,1-3;
1Cr 11,1-3; Sal 78, 70-72.
ü Hacen un
pacto mutuo entre David y el pueblo.
ü Antes de
llegar al pacto le recuerdan que a pesar de que Saúl era el rey, quien traía
las victorias para Israel era él, David
ü David,
que había sido sacado de su rebaño por Samuel para ungirlo rey de Israel, oye a
los ancianos recordarle que ahora tiene que ser pastor del pueblo.
ü Como
pastor será el jefe. Bonita imagen de un jefe ser pastor como Jesús ha sido.
ü El jefe,
de acuerdo a la Escritura, es el pastor de su pueblo; quiere decir que sirve a
su pueblo, no lo domina, lo cuida y pone su vida por su pueblo.
SALMO RESPONSORIAL 122,1-2.3-4.4-5
ü
R. Vayamos
con alegría al encuentro del Señor.
¡Qué alegría sentí, cuando me dijeron:
"Vayamos a la casa del Señor"!
Y hoy estamos aquí, Jerusalén,
jubilosos, delante de tus puertas.
R. Vayamos con alegría al encuentro del Señor.
las tribus del Señor,
según lo que a Israel se le ha ordenado,
para alabar el nombre del Señor.
R. Vayamos con alegría al encuentro del Señor.
Por el amor que tengo a mis hermanos,
voy a decir: "La paz esté contigo".
Y por la casa del Señor, mi Dios,
pediré para ti todos los bienes.
R. Vayamos con alegría al encuentro del Señor.
ü Este salmo canta la
fascinación del peregrino cuando se acerca a la ciudad de Jerusalén
ü Tiene la belleza externa de
su construcción, de sus edificios, que cautiva la mirada y el corazón de quien
la visita
ü Y tiene una belleza interna que le da la paz de que gozan sus moradores y la justicia que se imparte a sus puertas
EVANGELIO Lc 23,35-43
En este domingo
leemos lo que sucedió entre los criminales crucificados con Jesús y Jesús.
Los jefes lo
insultan, los soldados se burlan de su persona, de su predicación, de su vida.
Lo tientan, si eres quien dices que eres, sálvate a ti
mismo.
Si recordamos un poco lo que leímos, al principio de la
Cuaresma, Jesús tentado por el espíritu del mal. Cuando Lucas termina la
narración nos dice que el diablo lo dejó hasta el momento oportuno.
En esta cruz, ahora que ha perdido sus fuerzas, que está
totalmente fracasado a los ojos humanos, en que experimenta lo más profundo del
desamparo y abandono, es el momento de regresar el tentador
Y lo hace por medio de los hombres que lo rodean.
Uno de los dos compañeros de suplicio que tiene a cada lado
también lo tienta, tú puedes porque no lo haces, te salvas a ti mismo y también
a nosotros, así de fácil, ¿por qué no lo haces?
Es la misma tentación que la del pan en el desierto, si
eres Hijo di que estos panes... por qué no usas tu poder en beneficio tuyo y
nuestro.
Pero el otro compañero de suplicio reprende al que está
en contra de Jesús y le recuerda que ellos están en este suplicio porque con
sus actuaciones lo han merecido, pero este hombre no ha hecho nada malo.
Qué verdad es que incluso los más malvados y los más
pecadores tienen la posibilidad de abandonar el mal y volver al bien, la
posibilidad de conversión, para esto sólo hace falta querer abrirse al amor
misericordioso y sal salvador de Dios.
Este hombre no entiende muy bien, como el joven nazareno
predicador itinerante puede ser rey, pero lo confiesa así. Qué vio en aquel
hombre desfigurado en la cruz que le hizo descubrir en él al Señor del Reino
que predica.
Cuan cierto es que Dios nos acoge inmediatamente en sus
brazos así que nos volvemos a él.
Hoy mismo estarás conmigo en mi reino.
¡Feliz ladrón, que fiel a su oficio, robó el paraíso, el corazón de nuestro Redentor.
Copio a continuación algo muy hermoso que he leído en un
comentario de Gianfranco Ravassi:
Lucas en el acontecimiento de los dos criminales, narrado solamente por él,
hace brillar ya el horizonte del reino
que se inaugura precisamente con ese hombre crucificado en un día de primavera en Jerusalén. En efecto las únicas
palabras que Jesús pronuncia semejantes casi a un soplo tienen como vértice un
término simbólico de origen persa, paraíso,
que literalmente significa "jardín
de delicia" y que es colocado en paralelo con la palabra "reino" pronunciada por el
compañero de muerte de Jesús. La imagen del paraíso tomada del mundo oriental
con sus palacios reales rodeados de
fascinantes parques ricos de fuentes y de vegetación lozana, esta imagen en labios de Jesús evoca la
primera página fundamental con la que se abre la Biblia, la del paraíso del Edén, de donde el
hombre con su pecado y con su rebelión fue expulsado y a la que ahora regresa
con la guía de Cristo. El hombre reencontrará paz y plenitud de vida, armonía y
felicidad.
SEGUNDA LECTURA Col 1,12-20
v En la liturgia de hoy,
por ser una solemnidad, las tres lecturas coinciden en el mismo tema, aquí es
el tema de la realeza de Cristo.
v El primer párrafo que
leeremos este domingo es una invitación a dar gracias al Padre por habernos
concedido participar en la herencia de los santos.
v El Padre nos ha librado
del poder de las tinieblas y nos ha introducido en el reino de su hijo querido,
en el que tenemos la redención de nuestros pecados.
v Estas palabras
complementan y explican lo que Lucas nos ha narrado de Cristo crucificado.
v El segundo párrafo es una
descripción de quién es ese Hijo en cuyo reino hemos sido introducidos.
Ø Es la visibilidad del
Dios invisible.
Ø Es el primogénito, el
primero de todo cuanto existe
Ø Para Él, por medio de Él
y por Él todo fue creado
Ø Todo encuentra en Él su
cohesión.
Ø Él es la cabeza de la
Iglesia
Ø Él es el primer
resucitado
Ø Toda la plenitud del ser
reside en Él
Ø Y por medio de Él todo
encuentra su reconciliación, haciendo la paz en su sangre, es decir en su vida
entregada por amor.
v Ésta es una hermosa descripción
de la realeza de Cristo, que Lucas nos describe en el episodio del criminal,
compañero de muerte de Jesús, que hasta el final de su vida se encuentra
rodeado de quienes la sociedad rechaza.
v Todo lo que leeremos este domingo es una invitación a volver a encontrar en el fondo de nuestro ser la respuesta a la pregunta de Jesús ¿Quién dices que soy yo? ¿Quién soy yo para ti?
BIBLIOGRAFÍA
PAGOLA,
José A. Following in the Footsteps of Jesus. Meditations on the Gospels for
Year C.
RAVASI, GIANFRANCO. Según las Escrituras.Ciclo C.
La Biblia de Nuestro Pueblo . Luis Alonso Schökel.
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